Trump y Clinton, un paso más cerca de la nominación presidencial
Jairo Mejia - Corresponsal en Washington
Las decisivas primarias de Nueva York de ayer consolidaron aún más si cabe las posibilidades de que la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, por el bando demócrata, y el magnate Donald Trump, por el republicano, se conviertan en los dos rivales entre los que se decidirá el sustituto de Barack Obama en la Casa Blanca.
Clinton se proclamó vencedora en la primaria demócrata con un 58% de los votos, especialmente por su buen papel en grandes centros urbanos, en especial en la ciudad de Nueva York, donde su maquinaria política y sus conexiones con miembros de la comunidad surtieron efecto.
Su rival, el senador independiente y socialista Bernie Sanders, se impuso en condados rurales, que por su peso demográfico no sirvieron para la victoria general. Ahora depende de hacer un papel especialmente bueno en estados como Pensilvania, y especialmente, en California, donde se podría decidir la nominación a la espera de la convención de partido de este verano.
Donald Trump, jugaba en casa (es originario de Queens) y ganó más del 60% de los votos, muy por delante de el gobernador de Ohio, John Kasich, que tiene matemáticamente imposible llegar a la convención republicana como ganador. El que sufrió el mayor revés en Nueva York fue el senador de Texas Ted Cruz, que sin superar el 15% no ve una vía clara para evitar que Trump supere la barrera de los 1.237 delegados antes de la convención de verano, con lo que podría lanzar un ataque hostil para hacerse con una mayoría en segunda ronda de votos. Cruz, que se ha visto aupado por el voto ultrareligioso, podría no tener mayorías suficientes en las primarias que quedan por celebrar, especialmente porque en los estados del este industrial y del oeste el votante evangelista no tiene el peso necesario para decantar la balanza a su favor.
Las decisivas primarias de Nueva York de ayer consolidaron aún más si cabe las posibilidades de que la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, por el bando demócrata, y el magnate Donald Trump, por el republicano, se conviertan en los dos rivales entre los que se decidirá el sustituto de Barack Obama en la Casa Blanca.
Clinton se proclamó vencedora en la primaria demócrata con un 58% de los votos, especialmente por su buen papel en grandes centros urbanos, en especial en la ciudad de Nueva York, donde su maquinaria política y sus conexiones con miembros de la comunidad surtieron efecto.
Su rival, el senador independiente y socialista Bernie Sanders, se impuso en condados rurales, que por su peso demográfico no sirvieron para la victoria general. Ahora depende de hacer un papel especialmente bueno en estados como Pensilvania, y especialmente, en California, donde se podría decidir la nominación a la espera de la convención de partido de este verano.
Donald Trump, jugaba en casa (es originario de Queens) y ganó más del 60% de los votos, muy por delante de el gobernador de Ohio, John Kasich, que tiene matemáticamente imposible llegar a la convención republicana como ganador. El que sufrió el mayor revés en Nueva York fue el senador de Texas Ted Cruz, que sin superar el 15% no ve una vía clara para evitar que Trump supere la barrera de los 1.237 delegados antes de la convención de verano, con lo que podría lanzar un ataque hostil para hacerse con una mayoría en segunda ronda de votos. Cruz, que se ha visto aupado por el voto ultrareligioso, podría no tener mayorías suficientes en las primarias que quedan por celebrar, especialmente porque en los estados del este industrial y del oeste el votante evangelista no tiene el peso necesario para decantar la balanza a su favor.