Malaui declara el estado de emergencia por la sequía causada por El Niño
Lilongüe, EFE
El presidente de Malaui, Peter Mutharika, declaró hoy el estado de emergencia en todo el país por la caída de la producción de cereal y la persistente sequía causada por el fenómeno climático de El Niño.
En un discurso televisado, Mutharika aseguró que las precipitaciones entre octubre y marzo han sido mucho menores de lo esperado en zonas del sur y del centro del país, en las que unos 2,8 millones de personas corren el riesgo de sufrir las consecuencias.
Malaui y la mayoría de países de África del Sur sufren las consecuencias de unas precipitaciones cada vez menos previsibles, que han mermado la producción agrícola ya sea con sequías o con lluvias torrenciales.
Igual que ocurrió en Zimbabue en febrero, la declaración del estado de emergencia es un paso vital para que agencias humanitarias y países donantes activen sus mecanismos de respuesta ante este tipo de crisis.
El presidente malauí alertó de que la cosecha de maíz de este año será al menos un 12% inferior a la temporada pasada, en la que el Gobierno ya tuvo que pedir ayuda a la comunidad internacional para hacer frente a la sequía.
Según las previsiones del Gobierno, el déficit de cereal durará hasta finales de año y la inseguridad alimentaria afectará cada vez a más personas, aunque todavía no hay cifras oficiales del número de afectados.
A principios del año pasado las lluvias torrenciales provocaron más de 100 muertos y cientos de miles de desplazados internos y, unos meses más tarde, la sequía dejó en una situación muy precaria a casi tres millones de personas en el sur del país.
El presidente de Malaui, Peter Mutharika, declaró hoy el estado de emergencia en todo el país por la caída de la producción de cereal y la persistente sequía causada por el fenómeno climático de El Niño.
En un discurso televisado, Mutharika aseguró que las precipitaciones entre octubre y marzo han sido mucho menores de lo esperado en zonas del sur y del centro del país, en las que unos 2,8 millones de personas corren el riesgo de sufrir las consecuencias.
Malaui y la mayoría de países de África del Sur sufren las consecuencias de unas precipitaciones cada vez menos previsibles, que han mermado la producción agrícola ya sea con sequías o con lluvias torrenciales.
Igual que ocurrió en Zimbabue en febrero, la declaración del estado de emergencia es un paso vital para que agencias humanitarias y países donantes activen sus mecanismos de respuesta ante este tipo de crisis.
El presidente malauí alertó de que la cosecha de maíz de este año será al menos un 12% inferior a la temporada pasada, en la que el Gobierno ya tuvo que pedir ayuda a la comunidad internacional para hacer frente a la sequía.
Según las previsiones del Gobierno, el déficit de cereal durará hasta finales de año y la inseguridad alimentaria afectará cada vez a más personas, aunque todavía no hay cifras oficiales del número de afectados.
A principios del año pasado las lluvias torrenciales provocaron más de 100 muertos y cientos de miles de desplazados internos y, unos meses más tarde, la sequía dejó en una situación muy precaria a casi tres millones de personas en el sur del país.