FMI: El crecimiento mundial en 2016 y 2017, será “decepcionante”
EEUU, AFP
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó un “decepcionante” crecimiento de la economía mundial en 2016 y 2017, y advirtió un mayor riesgo de episodios de volatilidad ocasionados por problemas económicos y geopolíticos.
La economía global crecerá 3.2 por ciento en 2016 y 3.5 por ciento en 2017, lo que representa un descenso de dos décimas y una décima de punto porcentual respectivamente en relación con sus proyecciones económicas de enero pasado.
“Se prevé que la recuperación se fortalezca a partir de 2017, empujada por los mercados emergentes y las economías en desarrollo, conforme las condiciones en las economías más afectadas se normalizan gradualmente”, señaló la entidad en su reporte de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO).
El análisis, divulgado en el marco de su Reunión de Primavera con el Banco Mundial, advierte sin embargo un incremento en el riesgo de episodios de incertidumbre y volatilidad, por lo que considera necesarias acciones urgentes de política económica.
“El crecimiento económico continúa, pero a un ritmo cada vez más decepcionante que deja a las economías más expuestas a riesgos negativos. El crecimiento ha sido demasiado lento durante demasiado tiempo”, dijo el jefe de investigación del FMI, Maurice Obstfeld.
Las economías avanzadas crecerán apenas 1.9 por ciento en 2016 y 2.0 por ciento en 2017, con situaciones disparejas. Mientras Estados Unidos crecerá 2.4 y 2.5 por ciento respectivamente, Europa sólo alcanzará 1.5 y 1.6 por ciento en el mismo periodo.
Las perspectivas son mejores para las economías emergentes y en desarrollo, con una proyección de 4.1 y 4.6 por ciento en 2016 y 2017, aunque seguirán deprimidas regiones como América Latina, que decrecerá 0.5 por ciento en 2016 y repuntará a apenas 1.5 por ciento en 2017.
Entre los principales riesgos que enfrenta el entorno internacional figuran, de acuerdo con el FMI, la posibilidad de nuevos capítulos de volatilidad alimentados por un contexto de aversión al riesgo, venta de activos y menores precios de las materias primas.
Obstfeld hizo notar que existen además riesgos que no son necesariamente de naturaleza económica, sino geopolítica, como la “inestabilidad violenta” en Siria, que ha empujado a millones de refugiados hacia Europa.
Otros factores de incertidumbre incluyen la eventual salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), las corrientes contra el libre comercio en Europa y Estados Unidos, así como la situación política interna en países emergentes y hasta fenómenos climatológicos como El Niño.
“Entre más débil el crecimiento, mayor la posibilidad que los riesgos, si se materializan, jalen a la economía mundial por debajo de una velocidad de estancamiento, donde la demanda es insuficiente para evitar un equilibrio deflacionario de crecimiento bajo”, dijo Obstfeld.
En este marco, el FMI comentó que en los países deben de enfocarse en políticas para fortalecer el crecimiento económico interno y poner en marcha “planes de contingencia” para una eventual materialización de los riesgos a la baja.
Para ello el FMI propuso un enfoque triple de respuesta económica que incluya una política monetaria flexible para situaciones donde existan presiones deflacionarias, apoyada por políticas presupuestarias y estructurales.
“No hay mucho espacio para el error (pero) quienes toman las decisiones pueden apuntalar la confianza, apoyar el crecimiento y protegerse más efectivamente contra el riesgo de un descarrilamiento de la recuperación”, expresó Obstfeld.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó un “decepcionante” crecimiento de la economía mundial en 2016 y 2017, y advirtió un mayor riesgo de episodios de volatilidad ocasionados por problemas económicos y geopolíticos.
La economía global crecerá 3.2 por ciento en 2016 y 3.5 por ciento en 2017, lo que representa un descenso de dos décimas y una décima de punto porcentual respectivamente en relación con sus proyecciones económicas de enero pasado.
“Se prevé que la recuperación se fortalezca a partir de 2017, empujada por los mercados emergentes y las economías en desarrollo, conforme las condiciones en las economías más afectadas se normalizan gradualmente”, señaló la entidad en su reporte de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO).
El análisis, divulgado en el marco de su Reunión de Primavera con el Banco Mundial, advierte sin embargo un incremento en el riesgo de episodios de incertidumbre y volatilidad, por lo que considera necesarias acciones urgentes de política económica.
“El crecimiento económico continúa, pero a un ritmo cada vez más decepcionante que deja a las economías más expuestas a riesgos negativos. El crecimiento ha sido demasiado lento durante demasiado tiempo”, dijo el jefe de investigación del FMI, Maurice Obstfeld.
Las economías avanzadas crecerán apenas 1.9 por ciento en 2016 y 2.0 por ciento en 2017, con situaciones disparejas. Mientras Estados Unidos crecerá 2.4 y 2.5 por ciento respectivamente, Europa sólo alcanzará 1.5 y 1.6 por ciento en el mismo periodo.
Las perspectivas son mejores para las economías emergentes y en desarrollo, con una proyección de 4.1 y 4.6 por ciento en 2016 y 2017, aunque seguirán deprimidas regiones como América Latina, que decrecerá 0.5 por ciento en 2016 y repuntará a apenas 1.5 por ciento en 2017.
Entre los principales riesgos que enfrenta el entorno internacional figuran, de acuerdo con el FMI, la posibilidad de nuevos capítulos de volatilidad alimentados por un contexto de aversión al riesgo, venta de activos y menores precios de las materias primas.
Obstfeld hizo notar que existen además riesgos que no son necesariamente de naturaleza económica, sino geopolítica, como la “inestabilidad violenta” en Siria, que ha empujado a millones de refugiados hacia Europa.
Otros factores de incertidumbre incluyen la eventual salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), las corrientes contra el libre comercio en Europa y Estados Unidos, así como la situación política interna en países emergentes y hasta fenómenos climatológicos como El Niño.
“Entre más débil el crecimiento, mayor la posibilidad que los riesgos, si se materializan, jalen a la economía mundial por debajo de una velocidad de estancamiento, donde la demanda es insuficiente para evitar un equilibrio deflacionario de crecimiento bajo”, dijo Obstfeld.
En este marco, el FMI comentó que en los países deben de enfocarse en políticas para fortalecer el crecimiento económico interno y poner en marcha “planes de contingencia” para una eventual materialización de los riesgos a la baja.
Para ello el FMI propuso un enfoque triple de respuesta económica que incluya una política monetaria flexible para situaciones donde existan presiones deflacionarias, apoyada por políticas presupuestarias y estructurales.
“No hay mucho espacio para el error (pero) quienes toman las decisiones pueden apuntalar la confianza, apoyar el crecimiento y protegerse más efectivamente contra el riesgo de un descarrilamiento de la recuperación”, expresó Obstfeld.