El régimen castrista vende visas a norteamericanos, pero luego no los deja ingresar
Infobae
Si bien Estados Unidos y Cuba ya transitan el proceso de entendimiento que declararon a fines de 2014, todavía hay muchas cuestiones que siguen como antes y que llevarán años modificar.
Según consigna El Nuevo Herald, tras el levantamiento de casi todas las restricciones de Washington a los norteamericanos que desean viajar a la isla, el régimen castrista en varios casos les vende visas a los turistas y cuando éstos llegan al país, se les niega la entrada.
Acto seguido, la dictadura cubana no devuelve el dinero y obliga a los viajeros a retornar a su país, como parte de su plan para mantener el estricto control en la isla.
Un boleto desde Miami a La Habana puede llegar a costar más de 300 dólares, para muchos una cifra elevada teniendo en cuenta la cercanía de ciudades.
Hay algunos norteamericanos que tienen suerte y no sufren ningún problema. En cambio, otros gastan una importante suma de dinero, más el esfuerzo de los trámites para obtener la visa, para luego ser enviados de regreso a sus casas por las fuerzas castristas.
"Es insultante, es una decisión retrógrada. (...) Esta apertura es un cuento. Ellos hacen lo que quieren y no hay consecuencias. Es terrible", señaló Arturo Villar, editor del Hispanic Market Works y ciudadano norteamericano nacido en España de madre cubana.
El hombre, de 82 años, compró la visa por 85 dólares y el boleto de ida y vuelta por la aerolínea Gulfstream Air Charter por 349 dólares para asistir a una reunión familiar en la localidad cubana de Caibarién y visitar a amigos en La Habana.
Pero al llegar al aeropuerto internacional José Martí, fue llevado a un salón por agentes castristas, quienes le consultaron por una historia que había escrito 23 años atrás para The Wall Street Journal sobre la dolarización de la economía cubana.
Cinco horas después, lo obligaron a subir a un avión para retornar a Miami.
Esta situación también se verá en los cruceros culturales que llegan a la isla, indicó el medio de la Florida.
Si bien Estados Unidos y Cuba ya transitan el proceso de entendimiento que declararon a fines de 2014, todavía hay muchas cuestiones que siguen como antes y que llevarán años modificar.
Según consigna El Nuevo Herald, tras el levantamiento de casi todas las restricciones de Washington a los norteamericanos que desean viajar a la isla, el régimen castrista en varios casos les vende visas a los turistas y cuando éstos llegan al país, se les niega la entrada.
Acto seguido, la dictadura cubana no devuelve el dinero y obliga a los viajeros a retornar a su país, como parte de su plan para mantener el estricto control en la isla.
Un boleto desde Miami a La Habana puede llegar a costar más de 300 dólares, para muchos una cifra elevada teniendo en cuenta la cercanía de ciudades.
Hay algunos norteamericanos que tienen suerte y no sufren ningún problema. En cambio, otros gastan una importante suma de dinero, más el esfuerzo de los trámites para obtener la visa, para luego ser enviados de regreso a sus casas por las fuerzas castristas.
"Es insultante, es una decisión retrógrada. (...) Esta apertura es un cuento. Ellos hacen lo que quieren y no hay consecuencias. Es terrible", señaló Arturo Villar, editor del Hispanic Market Works y ciudadano norteamericano nacido en España de madre cubana.
El hombre, de 82 años, compró la visa por 85 dólares y el boleto de ida y vuelta por la aerolínea Gulfstream Air Charter por 349 dólares para asistir a una reunión familiar en la localidad cubana de Caibarién y visitar a amigos en La Habana.
Pero al llegar al aeropuerto internacional José Martí, fue llevado a un salón por agentes castristas, quienes le consultaron por una historia que había escrito 23 años atrás para The Wall Street Journal sobre la dolarización de la economía cubana.
Cinco horas después, lo obligaron a subir a un avión para retornar a Miami.
Esta situación también se verá en los cruceros culturales que llegan a la isla, indicó el medio de la Florida.