Arabia Saudí anuncia la construcción de un puente con Egipto sobre el mar Rojo
La visita del rey Salman a El Cairo intenta reforzar con nuevas inversiones al presidente Al Sisi
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
El anuncio de una obra de resonancias bíblicas marcó este viernes la visita oficial del rey Salman de Arabia Saudí a Egipto, donde propuso la construcción de un puente entre ambos países sobre el mar Rojo. Sin dar detalles sobre la localización del proyecto ni sobre su presupuesto, el monarca ensalzó el “histórico paso de conectar África y Asia para incrementar el comercio entre ambos continentes” en presencia del presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, a quien Riad ha respaldado sin reparar en gastos desde que derrocó al islamista Mohamed Morsi con un golpe de Estado en 2013.
No es la primera vez que se plantea la construcción de un puente entre Egipto y Arabia Saudí. Durante las casi tres décadas del régimen del presidente Hosni Mubarak se presentaron varios proyectos, con un coste evaluado en hasta 4.000 millones de dólares en la zona de Sharm el Sheij, en el Sinaí. El rey Salman, que inició el jueves una visita oficial de cinco días en la que ha sido recibido con gran boato y las más altas condecoraciones, asistió también en El Cairo a la firma de 17 planes de inversiones saudíes para inyectar 1.700 millones de dólares en la maltrecha economía egipcia.
Entre otros puntos, estos programas incluyen la construcción de una universidad en el sur de la península del Sinaí, así como de una planta de energía y de nuevas viviendas. Las economías de ambos países están estrechamente relacionadas. Frente a la visita de miles de turistas saudíes, millares de peregrinos de Egipto acuden cada año a La Meca. Las remesas enviadas por los cientos de miles de trabajadores egipcios en territorio saudí son vitales, además, para un país al que cinco años de inestabilidad política y los atentados yihadistas han privado de las divisas del turismo.
Tras imponer al monarca la Orden del Nilo, Al Sisi se apresuró a sugerir que el proyectado puente sea bautizado con el nombre del propio rey Salman. El agradecimiento expresado por el antiguo mariscal no es simple cortesía diplomática. Arabia Saudí —acompañada por las monarquías petroleras del Golfo— no parece dispuesta a dejar que Egipto se convierta en un Estado fallido bajo su mandato.
Con el precio del petróleo bajo mínimos, Riad no parece dispuesto esta vez, sin embargo, a financiar a fondo perdido a Egipto. “Hay un cambio de estrategia”, advierte un hombre de negocios saudí citado por Reuters. “Arabia Saudí quiere diversificar sus fuentes de ingresos y exige una rentabilidad para sus inversiones, mediante créditos blandos”. En esta línea, está previsto que ambos países firmen un acuerdo por importe de 20.000 millones dólares para financiar las importaciones de petróleo saudí al país norteafricano durante los próximos cinco años.
La visita del rey Salman —durante la que recibirá al papa copto Tawardros II y pronunciara un discurso ante el Parlamento— se produce después de que El Cairo se haya resistido a participar en la fuerza multinacional encabezada por los saudíes contra los rebeldes chiles de Yemen. Al Sisi mantiene también una buena relación con el presidente ruso Vladímir Putin, quien a su vez respalda al régimen de Bachar el Asad, mientras Riad apoya abiertamente a la oposición siria.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
El anuncio de una obra de resonancias bíblicas marcó este viernes la visita oficial del rey Salman de Arabia Saudí a Egipto, donde propuso la construcción de un puente entre ambos países sobre el mar Rojo. Sin dar detalles sobre la localización del proyecto ni sobre su presupuesto, el monarca ensalzó el “histórico paso de conectar África y Asia para incrementar el comercio entre ambos continentes” en presencia del presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, a quien Riad ha respaldado sin reparar en gastos desde que derrocó al islamista Mohamed Morsi con un golpe de Estado en 2013.
No es la primera vez que se plantea la construcción de un puente entre Egipto y Arabia Saudí. Durante las casi tres décadas del régimen del presidente Hosni Mubarak se presentaron varios proyectos, con un coste evaluado en hasta 4.000 millones de dólares en la zona de Sharm el Sheij, en el Sinaí. El rey Salman, que inició el jueves una visita oficial de cinco días en la que ha sido recibido con gran boato y las más altas condecoraciones, asistió también en El Cairo a la firma de 17 planes de inversiones saudíes para inyectar 1.700 millones de dólares en la maltrecha economía egipcia.
Entre otros puntos, estos programas incluyen la construcción de una universidad en el sur de la península del Sinaí, así como de una planta de energía y de nuevas viviendas. Las economías de ambos países están estrechamente relacionadas. Frente a la visita de miles de turistas saudíes, millares de peregrinos de Egipto acuden cada año a La Meca. Las remesas enviadas por los cientos de miles de trabajadores egipcios en territorio saudí son vitales, además, para un país al que cinco años de inestabilidad política y los atentados yihadistas han privado de las divisas del turismo.
Tras imponer al monarca la Orden del Nilo, Al Sisi se apresuró a sugerir que el proyectado puente sea bautizado con el nombre del propio rey Salman. El agradecimiento expresado por el antiguo mariscal no es simple cortesía diplomática. Arabia Saudí —acompañada por las monarquías petroleras del Golfo— no parece dispuesta a dejar que Egipto se convierta en un Estado fallido bajo su mandato.
Con el precio del petróleo bajo mínimos, Riad no parece dispuesto esta vez, sin embargo, a financiar a fondo perdido a Egipto. “Hay un cambio de estrategia”, advierte un hombre de negocios saudí citado por Reuters. “Arabia Saudí quiere diversificar sus fuentes de ingresos y exige una rentabilidad para sus inversiones, mediante créditos blandos”. En esta línea, está previsto que ambos países firmen un acuerdo por importe de 20.000 millones dólares para financiar las importaciones de petróleo saudí al país norteafricano durante los próximos cinco años.
La visita del rey Salman —durante la que recibirá al papa copto Tawardros II y pronunciara un discurso ante el Parlamento— se produce después de que El Cairo se haya resistido a participar en la fuerza multinacional encabezada por los saudíes contra los rebeldes chiles de Yemen. Al Sisi mantiene también una buena relación con el presidente ruso Vladímir Putin, quien a su vez respalda al régimen de Bachar el Asad, mientras Riad apoya abiertamente a la oposición siria.