The Strongest anuncia un proceso penal contra la dirigencia de Sport Boys

ANF / La Paz
Tras los lamentables hechos de violencia suscitados este miércoles al final del partido entre Sport Boys y The Strongest en Warnes, el comité jurídico del equipo atigrado solicitó este jueves las garantías correspondientes para volver a disputar un partido en el estadio Samuel Vaca, un escenario que no contemplaría condiciones en la seguridad ni tampoco futbolísticas.


La fiesta del fútbol en Warnes se empañó con hechos que, según la explicación de los jugadores y dirigentes del Tigre, la iniciaron el cuerpo técnico del rival, versión que respaldaron con la presentación de videos.

"No vamos a ingresar en polémica ni a responder las frases ya de anécdota que están lanzando los dirigentes de Sport Boys. Este apoyo que se le da al profesor Soria y a todo el equipo implica que se van a tomar acciones de tipo jurídico en contra de las personas que los han agredido”, manifestó Martín Iturri, miembro del equipo jurídico de The Strongest en contacto con los medios.

El representante resaltó el esfuerzo que hizo su equipo para conseguir un buen resultado, y que debido a cuestiones extrafutbolísticas no pudo ser. Además observó la participación de Cliver Rocha, a quien identificó como un funcionario público, y de personal de inteligencia dentro de la trifulca.

"Ha habido actitudes que no las vamos a dejar pasar (…) Hubo gente vestida de civil que empieza dar órdenes a la policía al interior del camarín, vehículos parqueados al borde de la cancha, algo inédito en el mundo entero”, agregó en referencia a la gasificación del que fueron objeto los jugadores del Tigre y la presencia de gente infiltrada en medio de los enfrentamientos.

¿Influencias políticas en el partido?

Finalizado el cotejo, el delegado de The Strongest, Juan Pablo Revilla, denunció públicamente a un medio paceño que funcionarios del Ministerio de Gobierno ingresaron a camerinos de los árbitros en el entretiempo, algo que provocó la sospecha y posterior reclamo del dirigente.

Ante tal denuncia, el ministro de Gobierno, Carlos Romero salió a la palestra y negó las acusaciones. Señaló que él estaba en el partido porque era "un fanático del fútbol” y que la culpa recaía en Soria porque se dedicó a "calentar el partido” con comentarios respecto a las condiciones de la cancha y el horario del cotejo.

"Yo no sé a qué hora jugaba cuando dirigía Blooming. Yo creo que los directores técnicos tienen que hablar de fútbol. El que no habla de fútbol no es un verdadero entrenador. Para eso es un entrenador, no tiene que hablar del clima o de la gente del pueblo”, afirmó a los medios.

Romero recordó que el entrenador del Tigre ya cometió el mismo error al frente del cuadro de Real Potosí y aseguró que no renunciaría a su cargo por este conflicto.

"Ya le paso a Soria: menospreció al pueblo de potosí y ahora menosprecia al pueblo de Warnes. Yo no voy a renunciar voy a seguir al frente, por más que el señor Soria se sienta ofendido”, agregó.

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