"Michael Schumacher quería desaparecer del foco público"

Sabine Kehm, su representante, explica la causa por la que no dan información sobre su estado de salud: "Quiero proteger su deseo, su sueño secreto, y no dejo que salga nada".

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Han pasado más de dos años desde aquel fatídico accidente de esquí en la estación de Méribel, en plenos Alpes franceses. Michael Schumacher pasó 159 días en coma inducido y lleva más de 18 meses en su residencia suiza atendido por especialistas neurológicos, terapeutas y rehabilitadores. Su estado de salud actual es una profunda incógnita y tan sólo la rumorología y manifestaciones de amigos, expilotos o personas cercanas a la F-1 dan indicios de cómo está el Kaiser. Oficialmente no hay información. Ahora, al menos, se ha conocido el porqué de esa falta de noticias.


Sabine Kehm, la representante del heptacampeón de F-1, lo ha desvelado en un evento celebrado en el Lago Starnberg que tenía como tema de debate delimitar la frontera entre el derecho a la información y el derecho a la privacidad de los individuos. Ante casi un centenar de periodistas, la alemana explicó: "Una vez Michael y yo tuvimos una larga conversación y me dijo: 'No hace falta que me llames el año que viene, voy a desaparecer de la atención pública'. Creo que su sueño secreto era hacer eso algún día. Esa es la razón por la que todavía quiero proteger su deseo y por eso no dejo que salga nada de información sobre su estado".

La periodista natural de Frankfurt también reveló cómo se entero del suceso de Schumacher (29 de diciembre de 2013), como recoge el 'Daily Mirror': "La noticia me llegó como siempre suelen conocerse las noticias. Recibí una llamada para confirmar que Michael había tenido un accidente. No lo podía confirmar ya que estaba de vacaciones y no sabía nada. Cinco minutos después, otro periodista me preguntó que por qué no podía confirmar que había tenido un accidente. Esa tarde recibí muchas llamadas. Intenté recopilar por mí misma la información y empezar a cuidar de Michael".

Sin embargo, las cosas no fueron nada fáciles y los meses que el campeón germano estuvo ingresado en el hospital fueron muy duros para preservar su privacidad: "Tuvimos que asegurar la zona del hospital y traer seguridad privada. Teníamos que mantener alejados a los periodistas porque hubiera sido difícil para los médicos. Entiendo que es algo de lo que hay que informar y que la gente está interesada, pero pienso que como periodista tienes que preguntarte qué haces y cómo lo cuentas. El párking y la entrada del hospital estaban abarrotados. Los periodistas hablaban con los familiares de otros pacientes para ver si sabían alguna cosa. Era caótico. También hubo familiares de otros pacientes que intentaron conseguir dinero de los periodistas. Se paseaban y ofrecían información sobre Michael. Algunos preguntaron a los doctores si podían tomar una foto con su teléfono".

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