Alonso y sus 46G: 7 veces la montaña rusa más rápida
Melbourne, As
Según los datos que han llegado de algunos expertos, Fernando Alonso sufrió un golpe de 46G en su terrorífico accidente de Australia, pero ¿a qué equivale tal medida? Antes de responder a la pregunta, es necesario tener claro el concepto de la Fuerza G: es una medida basada en la aceleración que produce la gravedad en un objeto comparándolo con su peso. Estando al nivel del mar, las personas aguantamos 1G, así el asturiano de 68 kg tuvo que soportar 3.128 kg en su colisión.
Pero pongamos ejemplos de Fuerzas G en situaciones más cercanas a nuestra vida real. Con un estornudo podemos llegar a soportar 2,9G, al toser 3.5G, los airbags de un coche saltan a los 3G, al recibir una palmada fuerte en la espalda 4,1G, un viaje en una montaña rusa oscila entre los 3,5G y los 6,3G, y desplomarnos de una silla nos puede llevar a los 10,1G. Pasando de 25G se corre riesgo real de sufrir una lesión grave o incluso la muerte.
Los 46G que experimentó Fernando tienen una comparación exacta en John Stapp, un oficial de las Fuerza Aérea de Estados Unidos pionero en los estudios de las fuerzas de aceleración y deceleración que alcanzó idénticas Fuerzas G que el español en su viaje con un trineo cohete (una plataforma sobre unos rieles impulsada por cohetes). Y 46G son unas cuatro veces más de los que se enfrentan los pilotos de caza y de vuelos acrobáticos (entre 9G y 12G) y equivaldría a frenar en seco de 325 km/h a 0 km/h en dos décimas.
La Fuerza G es un término muy utilizado en las competiciones de velocidad y, por lo tanto, en la Fórmula 1. Pasar por ‘Eau Rouge’, la legendaria curva del circuito de Spa, supone aguantar 4G, y al hacerlo por las rápidas enlazadas de Maggots y Beckets del circuito de Silverstone, las sucesión de curvas más rápidas del Mundial, se alcanzan los 5G. Estos son sólo unos ejemplos para ilustrar lo que vivió Alonso dentro de su McLaren. Viéndolos, es un milagro que sólo saliera con un vendaje en la rodilla.
Según los datos que han llegado de algunos expertos, Fernando Alonso sufrió un golpe de 46G en su terrorífico accidente de Australia, pero ¿a qué equivale tal medida? Antes de responder a la pregunta, es necesario tener claro el concepto de la Fuerza G: es una medida basada en la aceleración que produce la gravedad en un objeto comparándolo con su peso. Estando al nivel del mar, las personas aguantamos 1G, así el asturiano de 68 kg tuvo que soportar 3.128 kg en su colisión.
Pero pongamos ejemplos de Fuerzas G en situaciones más cercanas a nuestra vida real. Con un estornudo podemos llegar a soportar 2,9G, al toser 3.5G, los airbags de un coche saltan a los 3G, al recibir una palmada fuerte en la espalda 4,1G, un viaje en una montaña rusa oscila entre los 3,5G y los 6,3G, y desplomarnos de una silla nos puede llevar a los 10,1G. Pasando de 25G se corre riesgo real de sufrir una lesión grave o incluso la muerte.
Los 46G que experimentó Fernando tienen una comparación exacta en John Stapp, un oficial de las Fuerza Aérea de Estados Unidos pionero en los estudios de las fuerzas de aceleración y deceleración que alcanzó idénticas Fuerzas G que el español en su viaje con un trineo cohete (una plataforma sobre unos rieles impulsada por cohetes). Y 46G son unas cuatro veces más de los que se enfrentan los pilotos de caza y de vuelos acrobáticos (entre 9G y 12G) y equivaldría a frenar en seco de 325 km/h a 0 km/h en dos décimas.
La Fuerza G es un término muy utilizado en las competiciones de velocidad y, por lo tanto, en la Fórmula 1. Pasar por ‘Eau Rouge’, la legendaria curva del circuito de Spa, supone aguantar 4G, y al hacerlo por las rápidas enlazadas de Maggots y Beckets del circuito de Silverstone, las sucesión de curvas más rápidas del Mundial, se alcanzan los 5G. Estos son sólo unos ejemplos para ilustrar lo que vivió Alonso dentro de su McLaren. Viéndolos, es un milagro que sólo saliera con un vendaje en la rodilla.