Sarkozy, imputado por financiación irregular en la campaña de 2012
El líder de Los Republicanos ha sido interrogado por gastar el doble de lo legalmente autorizado
Ana Teruel
París, El País
El Tribunal de Gran Instancia de París imputó este martes por la noche al expresidente francés Nicolas Sarkozy por financiación irregular de su campaña electoral de 2012. Se trata de la investigación en torno al caso conocido como Bygmalion, por el nombre de la empresa de organización de eventos que emitió facturas falsas para permitir al candidato sobrepasar el límite legal de financiación de su campaña. Sarkozy se libra de la imputación por falsificación, estafa y abuso de confianza, cargos por los que los jueces lo han colocado bajo el estado de “testigo asistido”, una figura entre la imputación y la de simple testigo.
El ahora presidente del partido conservador Los Republicanos había acudido por la mañana a la convocatoria de los jueces de la sección financiera del Tribunal de Gran Instancia de París, que investigan este caso. Pasadas las ocho y media de la noche, tras 11 horas de interrogatorio, la fiscalía anunciaba su imputación.
El abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, destacó este martes que la imputación corresponde a una simple “infracción formal” y que no implica el conocimiento de Sarkozy de la existencia de un sistema de facturas falsas. El exmandatario siempre ha negado todo conocimiento sobre un sistema delictivo para financiar su campaña.
El tribunal investiga el papel que desempeñó en la campaña para su reelección como presidente de la República al frente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) —perdió frente a François Hollande— en un sistema de facturas falsas que la empresa Bygmalion usaba para disimular el sobrepaso del techo legal de financiación, de 22,5 millones de euros. Las falsas facturas atribuían a la UMP gastos de hasta 18,5 millones de euros, en realidad destinados a la campaña de Sarkozy.
La justicia trata de determinar si Sarkozy no solo se benefició de este sistema, cuya existencia han admitido dirigentes de Bygmalion, sino si estaba al corriente y lo alentó.
El caso, que inicialmente se centró en Bygmalion y en el entorno del entonces presidente de la UMP, François Copé —este tuvo que dejar su cargo por el escándalo en la primavera de 2014—, se ha ampliado a otros gastos imputados a la desaparecida UMP y usados para la campaña.
La imputación es un nuevo revés para Sarkozy. En 2014, ya fue imputado por corrupción y tráfico de influencias. Esta nueva investigación entorpece su candidatura a las primarias de su partido de cara a las presidenciales de 2017.
Ana Teruel
París, El País
El Tribunal de Gran Instancia de París imputó este martes por la noche al expresidente francés Nicolas Sarkozy por financiación irregular de su campaña electoral de 2012. Se trata de la investigación en torno al caso conocido como Bygmalion, por el nombre de la empresa de organización de eventos que emitió facturas falsas para permitir al candidato sobrepasar el límite legal de financiación de su campaña. Sarkozy se libra de la imputación por falsificación, estafa y abuso de confianza, cargos por los que los jueces lo han colocado bajo el estado de “testigo asistido”, una figura entre la imputación y la de simple testigo.
El ahora presidente del partido conservador Los Republicanos había acudido por la mañana a la convocatoria de los jueces de la sección financiera del Tribunal de Gran Instancia de París, que investigan este caso. Pasadas las ocho y media de la noche, tras 11 horas de interrogatorio, la fiscalía anunciaba su imputación.
El abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, destacó este martes que la imputación corresponde a una simple “infracción formal” y que no implica el conocimiento de Sarkozy de la existencia de un sistema de facturas falsas. El exmandatario siempre ha negado todo conocimiento sobre un sistema delictivo para financiar su campaña.
El tribunal investiga el papel que desempeñó en la campaña para su reelección como presidente de la República al frente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) —perdió frente a François Hollande— en un sistema de facturas falsas que la empresa Bygmalion usaba para disimular el sobrepaso del techo legal de financiación, de 22,5 millones de euros. Las falsas facturas atribuían a la UMP gastos de hasta 18,5 millones de euros, en realidad destinados a la campaña de Sarkozy.
La justicia trata de determinar si Sarkozy no solo se benefició de este sistema, cuya existencia han admitido dirigentes de Bygmalion, sino si estaba al corriente y lo alentó.
El caso, que inicialmente se centró en Bygmalion y en el entorno del entonces presidente de la UMP, François Copé —este tuvo que dejar su cargo por el escándalo en la primavera de 2014—, se ha ampliado a otros gastos imputados a la desaparecida UMP y usados para la campaña.
La imputación es un nuevo revés para Sarkozy. En 2014, ya fue imputado por corrupción y tráfico de influencias. Esta nueva investigación entorpece su candidatura a las primarias de su partido de cara a las presidenciales de 2017.