Italia pugna con Alemania por el tope a los bonos soberanos en la banca
Matteo Renzi avisa de que vetará cualquier límite a la posesión de deuda soberana por parte de las entidades
María Salas Oraá
Roma, El País
El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, se enfrentará a Alemania por las reglas bancarias que se negocian en Europa. Renzi ha sido muy duro al anunciar que Italia vetará la propuesta alemana de limitar la posesión de deuda pública que las entidades bancarias pueden tener en su balance. Así lo aprobó el miércoles el Senado italiano, y de este modo lo defenderá Renzi ante el resto de socios europeos cuando se debatan las reglas bancarias comunitarias para la creación del fondo de garantía de depósitos común.
“Vetaremos cualquier intento que se dirija a fijar un techo a la presencia de bonos del Estado en las carteras de las entidades bancarias”, anunció Renzi en el Senado, antes de viajar al Consejo Europeo para participar en la cumbre en la que se debaten medidas para evitar la salida de Reino Unido de la UE. Renzi está dispuesto a mantener esta postura “con una coherencia y una fuerza ejemplar”, lo que puede suponer un nuevo escollo para que avance la creación del fondo de garantía de depósitos común para la UE, una de las patas de la unión bancaria, cuya negociación lleva ya meses de atasco. Alemania ha condicionado su visto bueno a que se limite, o penalice, la inversión de la banca en deuda pública. Una medida que sería lesiva para las entidades italianas (y españolas).
El primer ministro italiano se defendió atacando, poniendo en duda la solvencia de los bancos alemanes. “Además de preocuparnos por los bonos de Estado italianos en las entidades bancarias, es necesario tener la valentía de reconocer lo que hay dentro de cada banco”, lanzó. Renzi fue claro y se refirió directamente a “la primera y la segunda entidad bancaria alemana”, es decir, al Deutsche Bank y Commerzbank. Añadió que deben “tener el valor de decir que en el interior de los bancos europeos hay un exceso de títulos tóxicos”. Fue en este momento en el que aprovechó para destacar que “si algún banco europeo hubiera tenido bonos de Estado italianos en el año 2011, hoy tendrían mejores rendimientos”.
Pese a los ataques a Alemania y sus bancos, Renzi tiene contratiempos en casa: desde principios de año, el valor bursátil de los bancos de Italia ha disminuido una media del 20% —un 40% en el caso de entidades como Monte dei Paschi—. A finales del mes pasado, Italia logró un acuerdo con Bruselas para no sufrir un rescate financiero como el de España. En su caso, los bancos no recibirán dinero de la Unión Europea, pero tampoco tendrá que pasar por duros ajustes y recortes como los españoles. Sin embargo, sí deberá reestructurar sus entidades, lo que pasará más que probablemente por fusiones y revisiones de algunos modelos, como las cooperativas de crédito.
Así, Italia reestructurará el sector bancario sin dinero europeo y a su ritmo. Los bancos podrán titularizar (empaquetar) los créditos dudosos y morosos que tengan, que ascienden a 350.000 millones de euros, el 17% del total, y venderlo con un aval público como colchón de seguridad.
María Salas Oraá
Roma, El País
El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, se enfrentará a Alemania por las reglas bancarias que se negocian en Europa. Renzi ha sido muy duro al anunciar que Italia vetará la propuesta alemana de limitar la posesión de deuda pública que las entidades bancarias pueden tener en su balance. Así lo aprobó el miércoles el Senado italiano, y de este modo lo defenderá Renzi ante el resto de socios europeos cuando se debatan las reglas bancarias comunitarias para la creación del fondo de garantía de depósitos común.
“Vetaremos cualquier intento que se dirija a fijar un techo a la presencia de bonos del Estado en las carteras de las entidades bancarias”, anunció Renzi en el Senado, antes de viajar al Consejo Europeo para participar en la cumbre en la que se debaten medidas para evitar la salida de Reino Unido de la UE. Renzi está dispuesto a mantener esta postura “con una coherencia y una fuerza ejemplar”, lo que puede suponer un nuevo escollo para que avance la creación del fondo de garantía de depósitos común para la UE, una de las patas de la unión bancaria, cuya negociación lleva ya meses de atasco. Alemania ha condicionado su visto bueno a que se limite, o penalice, la inversión de la banca en deuda pública. Una medida que sería lesiva para las entidades italianas (y españolas).
El primer ministro italiano se defendió atacando, poniendo en duda la solvencia de los bancos alemanes. “Además de preocuparnos por los bonos de Estado italianos en las entidades bancarias, es necesario tener la valentía de reconocer lo que hay dentro de cada banco”, lanzó. Renzi fue claro y se refirió directamente a “la primera y la segunda entidad bancaria alemana”, es decir, al Deutsche Bank y Commerzbank. Añadió que deben “tener el valor de decir que en el interior de los bancos europeos hay un exceso de títulos tóxicos”. Fue en este momento en el que aprovechó para destacar que “si algún banco europeo hubiera tenido bonos de Estado italianos en el año 2011, hoy tendrían mejores rendimientos”.
Pese a los ataques a Alemania y sus bancos, Renzi tiene contratiempos en casa: desde principios de año, el valor bursátil de los bancos de Italia ha disminuido una media del 20% —un 40% en el caso de entidades como Monte dei Paschi—. A finales del mes pasado, Italia logró un acuerdo con Bruselas para no sufrir un rescate financiero como el de España. En su caso, los bancos no recibirán dinero de la Unión Europea, pero tampoco tendrá que pasar por duros ajustes y recortes como los españoles. Sin embargo, sí deberá reestructurar sus entidades, lo que pasará más que probablemente por fusiones y revisiones de algunos modelos, como las cooperativas de crédito.
Así, Italia reestructurará el sector bancario sin dinero europeo y a su ritmo. Los bancos podrán titularizar (empaquetar) los créditos dudosos y morosos que tengan, que ascienden a 350.000 millones de euros, el 17% del total, y venderlo con un aval público como colchón de seguridad.