Barcos de la OTAN inician la misión contra los traficantes de refugiados
La Alianza envía ya información sensible a las autoridades griegas y turcas
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Los barcos de la OTAN desplegados en el mar Egeo desde mediados de febrero pueden ya trabajar para frenar a las mafias que trafican con refugiados entre Turquía y Grecia. El Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de decisión de la Alianza, aprobó en la madrugada del jueves el inicio de la misión acordada por los ministros de Defensa. Los trabajos preparatorios se han demorado más de lo previsto por los recelos entre Grecia y Turquía —vecinos históricamente mal avenidos— para cooperar.
Los cinco buques de guerra situados entre ambos territorios enviarán información sobre esas mafias a las autoridades turcas, a las griegas y también a Frontex, la agencia europea de control de fronteras. Todos ellos podrán operar tanto en aguas turcas como griegas, pero las fuerzas de cada país no entrarán en el otro, aclaró la OTAN en un comunicado. Sus labores serán de reconocimiento, control y supervisión. El personal de esos barcos ha comenzado ya a transmitir información a los guardacostas turcos y griegos, así como a otras autoridades de ambos países, explica una fuente aliada.
Devolución a Turquía
“Participamos en los esfuerzos internacionales para interrumpir las líneas de tráfico ilegal en el mar Egeo. Porque esta crisis nos afecta a todos y todos tenemos que encontrar soluciones”, argumentó el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. La organización —principalmente su aliado estadounidense— se había mostrado en principio muy reacia a involucrarse en la crisis de refugiados, pero la petición conjunta de Alemania, Grecia y Turquía venció las resistencias.
Pocas horas antes del visto bueno final de Stoltenberg, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, conversó por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel, y le insistió en la urgencia de poner ya en marcha la misión de la OTAN. Ambos socios confían en que servirá para frenar las salidas de refugiados.
La Alianza Atlántica recordó ayer que no está entre sus cometidos abordar a los barcos detectados ni realizar rescates de sus pasajeros. Aun así, las normas internacionales obligan a prestar ayuda si existe una embarcación que esté naufragando. En ese caso, el protocolo adoptado en el seno de la OTAN no favorecerá a los refugiados. “En caso de un rescate de personas procedentes de Turquía, serán devueltas a Turquía”, señaló Stoltenberg en el comunicado.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Los barcos de la OTAN desplegados en el mar Egeo desde mediados de febrero pueden ya trabajar para frenar a las mafias que trafican con refugiados entre Turquía y Grecia. El Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de decisión de la Alianza, aprobó en la madrugada del jueves el inicio de la misión acordada por los ministros de Defensa. Los trabajos preparatorios se han demorado más de lo previsto por los recelos entre Grecia y Turquía —vecinos históricamente mal avenidos— para cooperar.
Los cinco buques de guerra situados entre ambos territorios enviarán información sobre esas mafias a las autoridades turcas, a las griegas y también a Frontex, la agencia europea de control de fronteras. Todos ellos podrán operar tanto en aguas turcas como griegas, pero las fuerzas de cada país no entrarán en el otro, aclaró la OTAN en un comunicado. Sus labores serán de reconocimiento, control y supervisión. El personal de esos barcos ha comenzado ya a transmitir información a los guardacostas turcos y griegos, así como a otras autoridades de ambos países, explica una fuente aliada.
Devolución a Turquía
“Participamos en los esfuerzos internacionales para interrumpir las líneas de tráfico ilegal en el mar Egeo. Porque esta crisis nos afecta a todos y todos tenemos que encontrar soluciones”, argumentó el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. La organización —principalmente su aliado estadounidense— se había mostrado en principio muy reacia a involucrarse en la crisis de refugiados, pero la petición conjunta de Alemania, Grecia y Turquía venció las resistencias.
Pocas horas antes del visto bueno final de Stoltenberg, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, conversó por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel, y le insistió en la urgencia de poner ya en marcha la misión de la OTAN. Ambos socios confían en que servirá para frenar las salidas de refugiados.
La Alianza Atlántica recordó ayer que no está entre sus cometidos abordar a los barcos detectados ni realizar rescates de sus pasajeros. Aun así, las normas internacionales obligan a prestar ayuda si existe una embarcación que esté naufragando. En ese caso, el protocolo adoptado en el seno de la OTAN no favorecerá a los refugiados. “En caso de un rescate de personas procedentes de Turquía, serán devueltas a Turquía”, señaló Stoltenberg en el comunicado.