Nikki Haley, la ‘Obama republicana’ que sacudió a los ultras de su propio partido

AFP
Nimrata Randhawa ‘Nikki’ Haley es una joven política republicana, que está por cumplir 44 años, y fue electa gobernadora de Carolina del Sur en 2010, la primera mujer en alcanzar ese puesto y la persona más joven actualmente al frente de un estado del país.


Su ascendencia india –sus padres son sikh de la India que llegaron a Estados Unidos en la década de 1960–, su filiación religiosa sihk (aunque también practica el metodismo cristiano) y su actitud dialogante en ciertos aspectos como la controversia sobre la bandera confederada luego del atentado mortal en una iglesia afroamericana en Charleston le han dado un perfil dialogante en un contexto en que muchos en su partido se han volcado a los extremos nativistas, xenófobos, racistas y antiinmigrantes.

Es por ello que su respuesta al discurso de Obama, inscrito dentro de posiciones y valores conservadores, también fue una sacudida para esas ramas del Partido Republicano que están creciendo ariscas y espinosas, como es el caso de los precandidatos presidenciales Donald Trump o Ted Cruz.

Y no es que Haley tenga posiciones liberales o tolerantes en asuntos como la inmigración. Por el contrario, se trata de una política de raíz conservadora, que apoya la reducción de impuestos y regulaciones, que ha mantenido su oposición a la entrada de indocumentados e incluso de refugiados de Siria y ha apoyado en su estado normas para combatir la inmigración ilegal.

Pero su origen inmigrante, su etnicidad e incluso sus antecedentes religiosos, además de su posición pragmática y relativamente moderada (al menos en comparación con los ultras en auge de su partido) han provocado que algunos ya la llamen la “Obama del Partido Republicano”, como comentó hace algunos años la New York Magazine. Y hay quien ya le vaticina un papel en próximas elecciones presidenciales, incluso en la de este 2016.

Lo cierto es que Haley parecería ser mucho de lo que el Partido Republicano necesita, al menos desde el punto de vista de la dirigencia republicana moderada. Y diferenciar o distanciar a su partido, o al menos a parte de él, de las posiciones extremas de Trump y Cruz habría sido su intención explícita durante su discurso en respuesta a Obama, como comentó The Atlantic.

Pero su llamado a una apertura tolerante a la inmigración legal (con un no en paralelo a la ilegal), su rechazo a la estigmatización y el rechazo por cuestiones religiosas y raciales y su convicción de que si bien la administración Obama ha dejado muchas cosas sin resolver o ha empeorado otras no se puede, con todo, soslayar la responsabilidad que el propio Partido Republicano tiene en las causas y en las soluciones de esta crisis no sentaron bien en los ámbitos más contestatarios y radicales de su partido, donde el calificativo de ser “la Obama del Partido Republicano” suena más a insulto que a posibilidad.

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