Merkel busca la ayuda de Turquía para frenar la llegada de refugiados
La canciller dice que Ankara está lista para adoptar las medidas que pongan fin a la inmigración ilegal
Enrique Müller
Berlín, El País
En un interesado y delicado gesto diplomático, la canciller Angela Merkel recibió este viernes en Berlín a una importante delegación del Gobierno turco, encabezada por el primer ministro, Ahmed Davutoglu, y seis de sus ministros. Son las primeras consultas bilaterales entre su país y Turquía. El encuentro, que había sido calificado por Merkel como un "elemento clave" en las relaciones entre los dos países, estuvo marcado por la crisis de los refugiados y el rol que ha jugado y puede seguir desempeñado Ankara en el futuro.
Durante un encuentro con la prensa que tuvo lugar en la sede del Gobierno alemán, Merkel recordó que Turquía había recibido a casi 2,5 millones de refugiados sirios y que necesitaba con urgencia la ayuda de la Unión Europea, que prometió 3.000 millones de euros para mejorar las condiciones de vida de los refugiados y que todavía no han sido transferidos.
"He prometido que la Unión Europea pondrá a disposición de Turquía los 3.000 millones de euros comprometidos", aseguró Merkel ante el primer ministro turco, al referirse a la oferta hecha por Bruselas para mejorar las condiciones de vida de los refugiados que viven en Turquía y también para frenar su llegada al continente europeo.
Davutoglu, por su parte, aseguró que su Gobierno mantendrá una política de "puertas abiertas" con los refugiados y que utilizaría todos sus recursos para combatir la inmigración ilegal. Pero el primer ministro turco recordó, durante la rueda de prensa conjunta, que la solución a la crisis de refugiados que ha sacudido a Europa y su país depende del éxito de las conversaciones de paz sobre Siria.
"La señora Merkel ha dado un paso histórico al ofrecer una solución humanitaria a la crisis de los refugiados. Dentro de 50 o 60 años se verá que se salvaron muchas vidas", dijo el primer ministro turco, al referirse a la decisión que puso en marcha la canciller alemana, el pasado 4 de septiembre, cuando decidió abrir las fronteras de su país a decenas de miles de refugiados que estaban retenidos en Budapest.
Merkel, por su parte, resaltó que el Gobierno turco está preparado para adoptar todas las medidas necesarias para poner fin a la inmigración ilegal, una observación interesada que le puede ayudar a combatir las críticas que está recibiendo en su propio país y que exigen que el Gobierno alemán fije un tope a la entrada de refugiados.
"No tengo la impresión de estar sola, ni en esta cuestión ni en otras situaciones", reveló la canciller, al defender su decisión de no cerrar las fronteras de su país a la llegada de refugiados. "La situación será resuelta, paso a paso", añadió Merkel al recordar que el próximo 18 de febrero el Consejo Europeo deberá dar una respuesta a los problemas que se han acumulado en los últimos meses.
Aunque las primeras consultas bilaterales entre Turquía y Alemania habían sido diseñadas para resaltar la estrecha cooperación que existe entre los dos países, en especial, en el tema de los refugiados, la cita concluyó sin resultados concretos y Merkel solo pudo resaltar que el encuentro había servido para profundizar las relaciones entre los dos países.
En otro intento para obtener la máxima cooperación de Ankara en la crisis de los refugiados, la canciller evitó mencionar el espinoso tema de los derechos humanos en Turquía y tampoco hizo referencia a la persecución que sufren los periodistas críticos con el régimen.
Esta reserva quedó reflejada en un comunicado conjunto que resumió el resultado del encuentro. "El primer ministro hizo hincapié en el compromiso del Gobierno de Turquía de realizar todos los esfuerzos posibles para reducir sustancialmente el número de migrantes irregulares en un futuro cercano", señala el comunicado. "La canciller y el primer ministro subrayaron su compromiso para hacer progresar significativamente las negociaciones entre Turquía y la Unión Europea, con el objetivo de levantar la obligación de visado para los ciudadanos turcos en el espacio Schengen antes de octubre de 2016".
Enrique Müller
Berlín, El País
En un interesado y delicado gesto diplomático, la canciller Angela Merkel recibió este viernes en Berlín a una importante delegación del Gobierno turco, encabezada por el primer ministro, Ahmed Davutoglu, y seis de sus ministros. Son las primeras consultas bilaterales entre su país y Turquía. El encuentro, que había sido calificado por Merkel como un "elemento clave" en las relaciones entre los dos países, estuvo marcado por la crisis de los refugiados y el rol que ha jugado y puede seguir desempeñado Ankara en el futuro.
Durante un encuentro con la prensa que tuvo lugar en la sede del Gobierno alemán, Merkel recordó que Turquía había recibido a casi 2,5 millones de refugiados sirios y que necesitaba con urgencia la ayuda de la Unión Europea, que prometió 3.000 millones de euros para mejorar las condiciones de vida de los refugiados y que todavía no han sido transferidos.
"He prometido que la Unión Europea pondrá a disposición de Turquía los 3.000 millones de euros comprometidos", aseguró Merkel ante el primer ministro turco, al referirse a la oferta hecha por Bruselas para mejorar las condiciones de vida de los refugiados que viven en Turquía y también para frenar su llegada al continente europeo.
Davutoglu, por su parte, aseguró que su Gobierno mantendrá una política de "puertas abiertas" con los refugiados y que utilizaría todos sus recursos para combatir la inmigración ilegal. Pero el primer ministro turco recordó, durante la rueda de prensa conjunta, que la solución a la crisis de refugiados que ha sacudido a Europa y su país depende del éxito de las conversaciones de paz sobre Siria.
"La señora Merkel ha dado un paso histórico al ofrecer una solución humanitaria a la crisis de los refugiados. Dentro de 50 o 60 años se verá que se salvaron muchas vidas", dijo el primer ministro turco, al referirse a la decisión que puso en marcha la canciller alemana, el pasado 4 de septiembre, cuando decidió abrir las fronteras de su país a decenas de miles de refugiados que estaban retenidos en Budapest.
Merkel, por su parte, resaltó que el Gobierno turco está preparado para adoptar todas las medidas necesarias para poner fin a la inmigración ilegal, una observación interesada que le puede ayudar a combatir las críticas que está recibiendo en su propio país y que exigen que el Gobierno alemán fije un tope a la entrada de refugiados.
"No tengo la impresión de estar sola, ni en esta cuestión ni en otras situaciones", reveló la canciller, al defender su decisión de no cerrar las fronteras de su país a la llegada de refugiados. "La situación será resuelta, paso a paso", añadió Merkel al recordar que el próximo 18 de febrero el Consejo Europeo deberá dar una respuesta a los problemas que se han acumulado en los últimos meses.
Aunque las primeras consultas bilaterales entre Turquía y Alemania habían sido diseñadas para resaltar la estrecha cooperación que existe entre los dos países, en especial, en el tema de los refugiados, la cita concluyó sin resultados concretos y Merkel solo pudo resaltar que el encuentro había servido para profundizar las relaciones entre los dos países.
En otro intento para obtener la máxima cooperación de Ankara en la crisis de los refugiados, la canciller evitó mencionar el espinoso tema de los derechos humanos en Turquía y tampoco hizo referencia a la persecución que sufren los periodistas críticos con el régimen.
Esta reserva quedó reflejada en un comunicado conjunto que resumió el resultado del encuentro. "El primer ministro hizo hincapié en el compromiso del Gobierno de Turquía de realizar todos los esfuerzos posibles para reducir sustancialmente el número de migrantes irregulares en un futuro cercano", señala el comunicado. "La canciller y el primer ministro subrayaron su compromiso para hacer progresar significativamente las negociaciones entre Turquía y la Unión Europea, con el objetivo de levantar la obligación de visado para los ciudadanos turcos en el espacio Schengen antes de octubre de 2016".