Las expectativas de negocio marcan la visita del líder iraní a Roma y París
El presidente iraní califica el acuerdo nuclear como "un milagro político" y apuesta por seguir el ejemplo para alcanzar la paz en Oriente Medio, África y el sur del Mediterráneo
Ángeles Espinosa
Pablo Ordaz
Dubái / Roma, El País
La visita de Hasan Rohani a Italia y Francia que se inició ayer en Roma, la primera de un presidente iraní a Europa en 16 años, ha despertado enormes expectativas empresariales, en especial en el sector de la aviación. La UE espera aumentar sus intercambios comerciales con Teherán desde los actuales 7.600 millones de euros al año hasta los casi 28.000 millones anteriores a las sanciones internacionales que castigaron su programa nuclear hasta hace 10 días.
Durante su encuentro con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, el mandatario iraní se mostró optimista ante la posibilidad de “una solución política y no militar” a la inestabilidad en “Afganistán, Irak, Siria o Libia”: “Si para una cuestión complicada como el acuerdo nuclear, el mundo ha alcanzado un acuerdo que es un milagro político, ¿por qué no aplicar el mismo ejemplo para Oriente Medio, África y el Sur del Mediterráneo?”
No obstante, y aunque aún quedan algunos obstáculos antes de que se materialicen los primeros grandes contratos, la vertiente económica del viaje es la que más interés despierta. Irán resulta un mercado potencial formidable con 80 millones de habitantes y grandes necesidades de modernización de sus infraestructuras después de años de escasas inversiones. Además, los empresarios europeos quieren recuperar el terreno perdido a causa de las sanciones ante compañías de China, Turquía o Rusia. Del interés iraní da cuenta el hecho de que Rohani viaje acompañado de un centenar de empresarios además de varios ministros.
Italia, primera escala del presidente iraní, no ha escatimado facilidades. Incluso ha aceptado retirar el vino de la mesa para hacer posible que Rohani almuerce con su homólogo, Sergio Mattarella, y cene con el primer ministro, Matteo Renzi, antes de reunirse hoy con medio millar de empresarios y representantes de la industria. Los 17.000 millones de euros en contratos que, según los cálculos de Reuters, esperan firmar las empresas italianas parecen merecer esa concesión, algo que sin embargo el Gobierno francés ha solventado suprimiendo el habitual banquete que se ofrece en las visitas de Estado.
No en vano Italia era el primer socio económico y comercial antes de las sanciones, con unos intercambios de 7.000 millones de euros anuales. Entre los grandes anuncios que se esperan ahora destacan un oleoducto de 2.000 kilómetros valorado entre 3.600 millones y 4.300 millones a cargo del grupo Saipem, que no ha confirmado el encargo, y varios acuerdos de la acerera Danieli por importe de unos 5.250 millones, según un portavoz de la empresa.
Pero la parte del león es la renovación de la flota aeronáutica iraní. Los expertos estiman que las compañías iraníes necesitarán entre 400 y 500 aviones para sustituir los viejos 150 aparatos con que cuentan en la actualidad. El ministro de Transporte, Abba Akhoondi, anunció el domingo que llevaban 10 meses negociando la compra de 114 aviones a la europea Airbus. Pero los portavoces de esta compañía se mostraron prudentes al día siguiente dando a entender que aún no habían iniciado las negociaciones, aunque habían “escuchado a los iraníes” y estaban listos para hacerlo.
“Las sanciones se acaban de levantar, permitiendo que empiecen los contactos comerciales”, declaró Stefan Schaffath, un portavoz de Airbus en Toulouse (Francia) citado por The New York Times. “Aunque Irán necesita sin duda nuevos aviones, nosotros cumplimos estrictamente todas las leyes internacionales”.
El problema es que de momento los grandes bancos europeos se muestran renuentes a gestionar los pagos de Irán. Aunque se han levantado las sanciones internacionales, aún permanecen algunas de Estados Unidos y cierta incertidumbre legal. La Reserva Federal, que actúa como Banco Central de EE UU, ha distribuido un documento en el que explica que los bancos europeos pueden trabajar con Irán siempre que eviten ciertas entidades e individuos que aún están en la lista de sancionados por su vinculación al terrorismo o violaciones de derechos humanos. En ocasiones, puede resultar difícil saber quién es el destinatario último de los bienes o servicios contratados. Además, algunas empresas temen que un incumplimiento o un incidente diplomático puedan sabotear el pacto y llevar al restablecimiento de sanciones. “Nadie quiere ser el primero en dar el paso”, explicaba a este diario un inversor británico durante una reciente conferencia de petróleo en Teherán.
Durante la jornada de hoy, el presidente iraní será recibido por el papa Francisco, quien durante su visita a la Asamblea general de la ONU, en Nueva York, el pasado septiembre apoyó el pacto nuclear entre la Administración Obama e Irán.
Ángeles Espinosa
Pablo Ordaz
Dubái / Roma, El País
La visita de Hasan Rohani a Italia y Francia que se inició ayer en Roma, la primera de un presidente iraní a Europa en 16 años, ha despertado enormes expectativas empresariales, en especial en el sector de la aviación. La UE espera aumentar sus intercambios comerciales con Teherán desde los actuales 7.600 millones de euros al año hasta los casi 28.000 millones anteriores a las sanciones internacionales que castigaron su programa nuclear hasta hace 10 días.
Durante su encuentro con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, el mandatario iraní se mostró optimista ante la posibilidad de “una solución política y no militar” a la inestabilidad en “Afganistán, Irak, Siria o Libia”: “Si para una cuestión complicada como el acuerdo nuclear, el mundo ha alcanzado un acuerdo que es un milagro político, ¿por qué no aplicar el mismo ejemplo para Oriente Medio, África y el Sur del Mediterráneo?”
No obstante, y aunque aún quedan algunos obstáculos antes de que se materialicen los primeros grandes contratos, la vertiente económica del viaje es la que más interés despierta. Irán resulta un mercado potencial formidable con 80 millones de habitantes y grandes necesidades de modernización de sus infraestructuras después de años de escasas inversiones. Además, los empresarios europeos quieren recuperar el terreno perdido a causa de las sanciones ante compañías de China, Turquía o Rusia. Del interés iraní da cuenta el hecho de que Rohani viaje acompañado de un centenar de empresarios además de varios ministros.
Italia, primera escala del presidente iraní, no ha escatimado facilidades. Incluso ha aceptado retirar el vino de la mesa para hacer posible que Rohani almuerce con su homólogo, Sergio Mattarella, y cene con el primer ministro, Matteo Renzi, antes de reunirse hoy con medio millar de empresarios y representantes de la industria. Los 17.000 millones de euros en contratos que, según los cálculos de Reuters, esperan firmar las empresas italianas parecen merecer esa concesión, algo que sin embargo el Gobierno francés ha solventado suprimiendo el habitual banquete que se ofrece en las visitas de Estado.
No en vano Italia era el primer socio económico y comercial antes de las sanciones, con unos intercambios de 7.000 millones de euros anuales. Entre los grandes anuncios que se esperan ahora destacan un oleoducto de 2.000 kilómetros valorado entre 3.600 millones y 4.300 millones a cargo del grupo Saipem, que no ha confirmado el encargo, y varios acuerdos de la acerera Danieli por importe de unos 5.250 millones, según un portavoz de la empresa.
Pero la parte del león es la renovación de la flota aeronáutica iraní. Los expertos estiman que las compañías iraníes necesitarán entre 400 y 500 aviones para sustituir los viejos 150 aparatos con que cuentan en la actualidad. El ministro de Transporte, Abba Akhoondi, anunció el domingo que llevaban 10 meses negociando la compra de 114 aviones a la europea Airbus. Pero los portavoces de esta compañía se mostraron prudentes al día siguiente dando a entender que aún no habían iniciado las negociaciones, aunque habían “escuchado a los iraníes” y estaban listos para hacerlo.
“Las sanciones se acaban de levantar, permitiendo que empiecen los contactos comerciales”, declaró Stefan Schaffath, un portavoz de Airbus en Toulouse (Francia) citado por The New York Times. “Aunque Irán necesita sin duda nuevos aviones, nosotros cumplimos estrictamente todas las leyes internacionales”.
El problema es que de momento los grandes bancos europeos se muestran renuentes a gestionar los pagos de Irán. Aunque se han levantado las sanciones internacionales, aún permanecen algunas de Estados Unidos y cierta incertidumbre legal. La Reserva Federal, que actúa como Banco Central de EE UU, ha distribuido un documento en el que explica que los bancos europeos pueden trabajar con Irán siempre que eviten ciertas entidades e individuos que aún están en la lista de sancionados por su vinculación al terrorismo o violaciones de derechos humanos. En ocasiones, puede resultar difícil saber quién es el destinatario último de los bienes o servicios contratados. Además, algunas empresas temen que un incumplimiento o un incidente diplomático puedan sabotear el pacto y llevar al restablecimiento de sanciones. “Nadie quiere ser el primero en dar el paso”, explicaba a este diario un inversor británico durante una reciente conferencia de petróleo en Teherán.
Durante la jornada de hoy, el presidente iraní será recibido por el papa Francisco, quien durante su visita a la Asamblea general de la ONU, en Nueva York, el pasado septiembre apoyó el pacto nuclear entre la Administración Obama e Irán.