Las Bolsas chinas se estabilizan tras la debacle del lunes
La intervención de Pekín frenas las pérdidas, que se limitan al 0,3% en el índice de Shanghái
Xavier Fontdeglòria
Pekín, El País
Los mercados de valores de China lograron este martes estabilizarse en una jornada marcada una vez más por la volatilidad. Los dos principales índices de los parqués del país, Shanghái y Shenzhen, cerraron con caídas de un 0,26% y un 1,86%, respectivamente, después de que la jornada del lunes quedara suspendida por pérdidas superiores al 7%. Tanto el Banco Central chino como el regulador bursátil intervinieron hoy para tranquilizar a los inversores, cosa que lograron de forma provisional, pero los analistas advierten de que las turbulencias están lejos de desaparecer.
Ambos parqués abrieron con abruptas caídas, de alrededor del 3%, lo que presagiaba otra jornada negra. Pero en apenas veinte minutos lograron moderar las pérdidas y, en el caso de Shanghái, hasta se situó en varias ocasiones en terreno positivo. Era la respuesta de los inversores al anuncio de una nueva inyección de liquidez mediante operaciones de mercado abierto por parte del Banco Popular de China (PBOC), el regulador monetario, por valor de unos 130.000 millones de yuanes (unos 18.500 millones de euros). También, según Reuters, el PBOC habría usado las entidades financieras estatales para mantener a flote el valor del yuan frente al dólar estadounidense, en mínimos de casi cinco años.
Las Bolsas chinas suspendieron el lunes la negociación de los títulos de forma anticipada por la aplicación de un nuevo mecanismo que pretende frenar la volatilidad. En virtud de esta nueva ley, si el índice CSI 300 (que aglutina los títulos de 300 empresas de ambos parqués) registra una caída o subida diaria superior al 5%, la jornada queda paralizada durante quince minutos. Si una vez retomada la compraventa de acciones se alcanza el 7%, se suspende el resto de la sesión bursátil.
Más que contribuir a la calma, el lunes se comprobó que este cuarto de hora de receso aceleró la estampida una vez reanudada la negociación. "Hemos estado esperando una caída como esta durante mucho tiempo. La economía es débil, la valoración de las acciones sigue siendo alta, el yuan sigue deslizándose y las fugas de capitales se aceleran", afirmó a Reuters Samuel Chien, socio de la gestora de fondos de inversión BoomTrend, con base en Shanghái.
El episodio recordó a las caídas ininterrumpidas del verano del año pasado, cuando el estallido de una burbuja se llevó por delante miles de millones de euros en cotizaciones. La tendencia solamente logró frenarse con un plan de rescate de los mercados valorado, según Goldman Sachs, en 1,5 billones de yuanes (unos 213.000 millones de euros).
La Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China también salió tras el batacazo para defender el nuevo mecanismo de control de la volatilidad: "Tiene un gran impacto en la estabilización de los mercados y su principal función es proporcionar un 'periodo de reflexión' para evitar o reducir las decisiones precipitadas durante estas grandes oscilaciones", aseguró en un comunicado. Admitió, sin embargo, que los mercados "necesitan tiempo" para adaptarse al sistema y dejó la puerta abierta a modificarlo según los resultados.
Una de las razones que propiciaron las fuertes caídas del lunes fue el temor de que el fin de la prohibición de vender a los grandes accionistas, que se cumple este viernes, desate una nueva racha bajista. En este sentido, el regulador bursátil chino dijo hoy que "está estudiando" nuevas normas para regular las ventas de estos jugadores, entre ellas una que limitaría el número de acciones de las que podrían deshacerse en un periodo de tiempo determinado.
Estas medidas están lejos de desvanecer las dudas de muchos inversores. "Lo tengo claro, en cuanto vea otro episodio como el de ayer ejecuto gran parte de mis órdenes de venta", explicaba un veterano inversor chino de apellido Xu. "Y, siendo sincero, no creo que esto tarde mucho en ocurrir; las Bolsas chinas simplemente funcionan así".
Xavier Fontdeglòria
Pekín, El País
Los mercados de valores de China lograron este martes estabilizarse en una jornada marcada una vez más por la volatilidad. Los dos principales índices de los parqués del país, Shanghái y Shenzhen, cerraron con caídas de un 0,26% y un 1,86%, respectivamente, después de que la jornada del lunes quedara suspendida por pérdidas superiores al 7%. Tanto el Banco Central chino como el regulador bursátil intervinieron hoy para tranquilizar a los inversores, cosa que lograron de forma provisional, pero los analistas advierten de que las turbulencias están lejos de desaparecer.
Ambos parqués abrieron con abruptas caídas, de alrededor del 3%, lo que presagiaba otra jornada negra. Pero en apenas veinte minutos lograron moderar las pérdidas y, en el caso de Shanghái, hasta se situó en varias ocasiones en terreno positivo. Era la respuesta de los inversores al anuncio de una nueva inyección de liquidez mediante operaciones de mercado abierto por parte del Banco Popular de China (PBOC), el regulador monetario, por valor de unos 130.000 millones de yuanes (unos 18.500 millones de euros). También, según Reuters, el PBOC habría usado las entidades financieras estatales para mantener a flote el valor del yuan frente al dólar estadounidense, en mínimos de casi cinco años.
Las Bolsas chinas suspendieron el lunes la negociación de los títulos de forma anticipada por la aplicación de un nuevo mecanismo que pretende frenar la volatilidad. En virtud de esta nueva ley, si el índice CSI 300 (que aglutina los títulos de 300 empresas de ambos parqués) registra una caída o subida diaria superior al 5%, la jornada queda paralizada durante quince minutos. Si una vez retomada la compraventa de acciones se alcanza el 7%, se suspende el resto de la sesión bursátil.
Más que contribuir a la calma, el lunes se comprobó que este cuarto de hora de receso aceleró la estampida una vez reanudada la negociación. "Hemos estado esperando una caída como esta durante mucho tiempo. La economía es débil, la valoración de las acciones sigue siendo alta, el yuan sigue deslizándose y las fugas de capitales se aceleran", afirmó a Reuters Samuel Chien, socio de la gestora de fondos de inversión BoomTrend, con base en Shanghái.
El episodio recordó a las caídas ininterrumpidas del verano del año pasado, cuando el estallido de una burbuja se llevó por delante miles de millones de euros en cotizaciones. La tendencia solamente logró frenarse con un plan de rescate de los mercados valorado, según Goldman Sachs, en 1,5 billones de yuanes (unos 213.000 millones de euros).
La Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China también salió tras el batacazo para defender el nuevo mecanismo de control de la volatilidad: "Tiene un gran impacto en la estabilización de los mercados y su principal función es proporcionar un 'periodo de reflexión' para evitar o reducir las decisiones precipitadas durante estas grandes oscilaciones", aseguró en un comunicado. Admitió, sin embargo, que los mercados "necesitan tiempo" para adaptarse al sistema y dejó la puerta abierta a modificarlo según los resultados.
Una de las razones que propiciaron las fuertes caídas del lunes fue el temor de que el fin de la prohibición de vender a los grandes accionistas, que se cumple este viernes, desate una nueva racha bajista. En este sentido, el regulador bursátil chino dijo hoy que "está estudiando" nuevas normas para regular las ventas de estos jugadores, entre ellas una que limitaría el número de acciones de las que podrían deshacerse en un periodo de tiempo determinado.
Estas medidas están lejos de desvanecer las dudas de muchos inversores. "Lo tengo claro, en cuanto vea otro episodio como el de ayer ejecuto gran parte de mis órdenes de venta", explicaba un veterano inversor chino de apellido Xu. "Y, siendo sincero, no creo que esto tarde mucho en ocurrir; las Bolsas chinas simplemente funcionan así".