El FMI prevé un leve aumento del PIB europeo por la llegada de refugiados
El organismo considera crucial su rápida integración en el mercado laboral
Alicia González
Davos, El País
La masiva llegada de inmigrantes que vive Europa en los últimos meses tendrá, a corto plazo, un positivo impacto económico aunque a largo plazo el impacto dependerá de la rápida integración de los solicitantes de asilo en el mercado laboral. Son las principales conclusiones de un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el repunte de los refugiados en Europa que su directora gerente ha presentado en el marco del Foro Económico Mundial que se celebra en la estación suiza de Davos.
La guerra civil que se vive en Siria y la inestabilidad que sufren distintos países de Oriente Próximo, así como los conflictos que atraviesan varios países en África y la situación en los Balcanes han provocado el mayor movimiento de personas desde la II Guerra Mundial. Alrededor de 60 millones de personas se vieron forzadas a dejar sus lugares de origen en 2014. De ellos, 14,4 millones eran refugiados, lo que supuso un aumento del 25% respecto a un año antes.
Y esa tendencia tiene importantes implicaciones económicas, políticas y sociales para los países de acogida. Dada la proximidad geográfica, Europa es uno de los destinos principales de quienes buscan asilo y solo en los 10 primeros meses de 2015 recibió 995.000 primeras solicitudes de asilo, más del doble que un año antes, con Alemania, Hungría, Suecia y Austria como principales destinos.
Según el FMI, los gastos derivados de los servicios que prestan los países a los refugiados provocarán un aumento del PIB del conjunto de la Unión Europea de un 0,1% en 2017 aunque el impacto será mayor en aquellos países que son destino final de los refugiados. Para 2020, calculan los expertos del Fondo, el PIB de Alemania, Suecia y Austria puede verse incrementado entre un 0,5% y un 1,1%, lo que supone un notable impulso para estas economías.
A largo plazo, los beneficios derivados de este incremento de población dependerán de su rápida integración en el mercado laboral. Eso reduciría el riesgo de exclusión social y elevaría la contribución de los refugiados a las finanzas públicas a largo plazo. Para ello, el FMI propone eliminar temporalmente y en determinados casos el salario mínimo a percibir por estos trabajadores y aprobar subsidios temporales para las empresas que contraten a los refugiados, cuidando eso sí, según matizan los expertos, que las excepciones no se enquisten y provoquen “el riesgo de crear un mercado laboral dual que puede ser difícil de desmontar”. Esas políticas deben ir acompañadas de programas educativos y de acceso a la vivienda y al sistema financiero.
Inicialmente, la llegada de los refugiados se traduce en un aumento de gastos que debe ser tenido en cuenta las autoridades europeas a la hora de analizar los programas de estabilidad. “La Comisión Europea debería desarrollar criterios transparentes para identificar los gastos relacionados con los refugiados, reconociendo que su composición puede ser muy diferente para los países de tránsito que para los países de acogida”, insiste el informe.
Alicia González
Davos, El País
La masiva llegada de inmigrantes que vive Europa en los últimos meses tendrá, a corto plazo, un positivo impacto económico aunque a largo plazo el impacto dependerá de la rápida integración de los solicitantes de asilo en el mercado laboral. Son las principales conclusiones de un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el repunte de los refugiados en Europa que su directora gerente ha presentado en el marco del Foro Económico Mundial que se celebra en la estación suiza de Davos.
La guerra civil que se vive en Siria y la inestabilidad que sufren distintos países de Oriente Próximo, así como los conflictos que atraviesan varios países en África y la situación en los Balcanes han provocado el mayor movimiento de personas desde la II Guerra Mundial. Alrededor de 60 millones de personas se vieron forzadas a dejar sus lugares de origen en 2014. De ellos, 14,4 millones eran refugiados, lo que supuso un aumento del 25% respecto a un año antes.
Y esa tendencia tiene importantes implicaciones económicas, políticas y sociales para los países de acogida. Dada la proximidad geográfica, Europa es uno de los destinos principales de quienes buscan asilo y solo en los 10 primeros meses de 2015 recibió 995.000 primeras solicitudes de asilo, más del doble que un año antes, con Alemania, Hungría, Suecia y Austria como principales destinos.
Según el FMI, los gastos derivados de los servicios que prestan los países a los refugiados provocarán un aumento del PIB del conjunto de la Unión Europea de un 0,1% en 2017 aunque el impacto será mayor en aquellos países que son destino final de los refugiados. Para 2020, calculan los expertos del Fondo, el PIB de Alemania, Suecia y Austria puede verse incrementado entre un 0,5% y un 1,1%, lo que supone un notable impulso para estas economías.
A largo plazo, los beneficios derivados de este incremento de población dependerán de su rápida integración en el mercado laboral. Eso reduciría el riesgo de exclusión social y elevaría la contribución de los refugiados a las finanzas públicas a largo plazo. Para ello, el FMI propone eliminar temporalmente y en determinados casos el salario mínimo a percibir por estos trabajadores y aprobar subsidios temporales para las empresas que contraten a los refugiados, cuidando eso sí, según matizan los expertos, que las excepciones no se enquisten y provoquen “el riesgo de crear un mercado laboral dual que puede ser difícil de desmontar”. Esas políticas deben ir acompañadas de programas educativos y de acceso a la vivienda y al sistema financiero.
Inicialmente, la llegada de los refugiados se traduce en un aumento de gastos que debe ser tenido en cuenta las autoridades europeas a la hora de analizar los programas de estabilidad. “La Comisión Europea debería desarrollar criterios transparentes para identificar los gastos relacionados con los refugiados, reconociendo que su composición puede ser muy diferente para los países de tránsito que para los países de acogida”, insiste el informe.