Comercios y restaurantes concentran el daño económico de la tormenta
Las primeras estimaciones descartan un efecto severo en el conjunto de la economía
Moody's Analytics estima una repercusión de unos 3.000 millones de dólares
Nueva York, El País
Jonas, la gran tormenta de nieve que ha colapsado un tercio de Estados Unidos y se ha cobrado más de 30 vidas, le saldrá cara al sector del transporte, la restauración, y el comercio, que se vio incluso sin posibilidades de abrir sus puertas este sábado. Para los trabajadores que cobran por horas, significó quedarse si el sueldo del día. Pero en términos generales, la factura económica de este primer temporal de 2016 no es elevada, ya que el temporal se concentró sobre todo en el fin de semana, de menos actividad, según las primeras estimaciones.
Tiendas, restaurantes, aeropuertos y trenes paralizados. No posible hacer aún un balance preciso del coste económico de la aparatosa tormenta, ya que este lunes aún estaban volviendo todos los servicios a la normalidad. Pero Chris Christopher, director de la Economía del Consumo en la consulta IHS, avanza que será menos gravosa para la economía que las de 2014 y 2015, por ejemplo, ya que se ha concentrado en el fin de semana. “Además, la economía ha cambiado mucho en el mundo y las tormentas tienen menos efecto: aunque la gente se quede en casa, sigue consumiendo: compran una película online si no han podido salir al cine o adquieren los productos por comercio electrónico, en Amazon u otros sitios”, reflexiona.
La firma está calculando un impacto de entre 500 y 1.000 millones de dólares, lo que puede considerarse reducido si se tiene en cuenta que Jonas recorrió 20 estados en un transcurso de unas 36 horas. El sueldo que han perdido muchos trabajadores se ha visto compensado por el extra de todos aquellos que se han tenido que arremangar para lidiar con la nieve y eso contiene los daños.
El gasto de Nueva York en la retirada de la nieve crece de año en año. El alcade alerta del "cambio climático".
Moody’s Analytics estimó este lunes los efectos de la tormenta y los situó en una horquilla de entre 2.500 y 3.000 millones de dólares, lo que resulta mínimo si se compara con los 19.000 millones perdidos por la tormenta Sandy de 2012 solo en Nueva York, según los cálculos hechos en su día por Michael Bloomberg. Aquello, además, sí supuso un considerable bocado a la economía del país.
El problema de los temporales no va a menos. Solo en Nueva York, por ejemplo, retirar la nieve costó 2,5 millones de dólares el año pasado, cuando en 2013 habían gastado 1,9 millones. “Estamos en la era del tiempo extremo. Esto es lo que nos hace el cambio climático, estas tormentas son mucho más grandes que en el pasado”, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
También las fuertes nevadas en el arranque de 2014 llevaron la economía estadounidense a un retroceso del 0,9% en el primer trimestre. El año pasado comenzó mal, pero también debido al bloqueo de los puertos y la apreciación de dólar, más allá del mal tiempo.
Pero el efecto de una tormenta en el crecimiento económico debe valorarse con cuidado. Va más allá de los que se deja de vender o lo que se deja de ingresar en sueldos: el hecho de que, por ejemplo, un ayuntamiento deba comprar cinco máquinas quitanieves, paradójicamente, tiene un impacto positivo en el Producto Interior Bruto. Además, aunque algunos gastos se han perdido (las de los estadounidenses que no pudieron salir a cenar el sábado o al teatro, por ejemplo), otras simplemente se aplazan.
Aun así, esta es solo la primera tormenta del año y no faltan analistas financieros que llaman a la prudencia. George Gero, de la firma RBC Capital Markets, opina que la Reserva Federal lo tendrá en cuenta esta semana en su reunión. “Probablemente debido al tiempo la Fed va a ser más blanda de los esperado, ya que esta terrible tormenta tendrá un impacto económico”.
Habrá daños para las aseguradoras por los el perjuicio a los edificios y los negocios que no pudieron abrir sus puertas. Aon Benfield dijo a Reuters que habría pérdidas de miles de millones.
Moody's Analytics estima una repercusión de unos 3.000 millones de dólares
Nueva York, El País
Jonas, la gran tormenta de nieve que ha colapsado un tercio de Estados Unidos y se ha cobrado más de 30 vidas, le saldrá cara al sector del transporte, la restauración, y el comercio, que se vio incluso sin posibilidades de abrir sus puertas este sábado. Para los trabajadores que cobran por horas, significó quedarse si el sueldo del día. Pero en términos generales, la factura económica de este primer temporal de 2016 no es elevada, ya que el temporal se concentró sobre todo en el fin de semana, de menos actividad, según las primeras estimaciones.
Tiendas, restaurantes, aeropuertos y trenes paralizados. No posible hacer aún un balance preciso del coste económico de la aparatosa tormenta, ya que este lunes aún estaban volviendo todos los servicios a la normalidad. Pero Chris Christopher, director de la Economía del Consumo en la consulta IHS, avanza que será menos gravosa para la economía que las de 2014 y 2015, por ejemplo, ya que se ha concentrado en el fin de semana. “Además, la economía ha cambiado mucho en el mundo y las tormentas tienen menos efecto: aunque la gente se quede en casa, sigue consumiendo: compran una película online si no han podido salir al cine o adquieren los productos por comercio electrónico, en Amazon u otros sitios”, reflexiona.
La firma está calculando un impacto de entre 500 y 1.000 millones de dólares, lo que puede considerarse reducido si se tiene en cuenta que Jonas recorrió 20 estados en un transcurso de unas 36 horas. El sueldo que han perdido muchos trabajadores se ha visto compensado por el extra de todos aquellos que se han tenido que arremangar para lidiar con la nieve y eso contiene los daños.
El gasto de Nueva York en la retirada de la nieve crece de año en año. El alcade alerta del "cambio climático".
Moody’s Analytics estimó este lunes los efectos de la tormenta y los situó en una horquilla de entre 2.500 y 3.000 millones de dólares, lo que resulta mínimo si se compara con los 19.000 millones perdidos por la tormenta Sandy de 2012 solo en Nueva York, según los cálculos hechos en su día por Michael Bloomberg. Aquello, además, sí supuso un considerable bocado a la economía del país.
El problema de los temporales no va a menos. Solo en Nueva York, por ejemplo, retirar la nieve costó 2,5 millones de dólares el año pasado, cuando en 2013 habían gastado 1,9 millones. “Estamos en la era del tiempo extremo. Esto es lo que nos hace el cambio climático, estas tormentas son mucho más grandes que en el pasado”, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
También las fuertes nevadas en el arranque de 2014 llevaron la economía estadounidense a un retroceso del 0,9% en el primer trimestre. El año pasado comenzó mal, pero también debido al bloqueo de los puertos y la apreciación de dólar, más allá del mal tiempo.
Pero el efecto de una tormenta en el crecimiento económico debe valorarse con cuidado. Va más allá de los que se deja de vender o lo que se deja de ingresar en sueldos: el hecho de que, por ejemplo, un ayuntamiento deba comprar cinco máquinas quitanieves, paradójicamente, tiene un impacto positivo en el Producto Interior Bruto. Además, aunque algunos gastos se han perdido (las de los estadounidenses que no pudieron salir a cenar el sábado o al teatro, por ejemplo), otras simplemente se aplazan.
Aun así, esta es solo la primera tormenta del año y no faltan analistas financieros que llaman a la prudencia. George Gero, de la firma RBC Capital Markets, opina que la Reserva Federal lo tendrá en cuenta esta semana en su reunión. “Probablemente debido al tiempo la Fed va a ser más blanda de los esperado, ya que esta terrible tormenta tendrá un impacto económico”.
Habrá daños para las aseguradoras por los el perjuicio a los edificios y los negocios que no pudieron abrir sus puertas. Aon Benfield dijo a Reuters que habría pérdidas de miles de millones.