La OTAN invita a Montenegro a unirse a la Alianza pese a la tensión con Rusia
El Kremlin anuncia que la maniobra de la Alianza no quedará sin respuesta
La Alianza mantiene la puerta abierta a la integración de Bosnia, Macedonia y Georgia
Lara Otero / Belén Domínguez Cebrián
Bruselas, El País
Montenegro apenas tiene 680.000 habitantes, preciosas playas bañadas por el mar Adriático y, desde hoy, una invitación formal para entrar en la OTAN. Pero también una situación política muy tensa a la que no es ajena la pretensión de su Gobierno de llevar a la exrepública yugoslava a la Alianza Atlántica, en un contexto de deterioro de relaciones de la OTAN con Rusia por los conflictos de Ucrania y Siria. La Alianza, además, ha dejado la puerta abierta a la negociación de adhesión de Georgia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia. Rusia no ha tardado en responder y ha anunciado que el movimiento de incorporar a Montenegro como el 29º miembro de la Alianza no puede quedar sin respuesta, según un portavoz del Kremlin que no ha dado más detalles.
Tras el consenso de los 28 aliados sobre la invitación a Montenegro, el proceso para la integración plena aún durará unos dos años ya que debe ser aprobada por todos los parlamentos de los países miembros, según ha explicado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que felicitó a Montenegro (también candidato a entrar en la UE) por sus esfuerzos para cumplir las condiciones de acceso. Stoltenberg apuntó también que todavía quedan reformas pendientes en el país balcánico para "reforzar el Estado de derecho, la lucha contra la corrupción y la construcción del apoyo ciudadano".
Stoltenberg soslayó la oposición rusa a la ampliación de la OTAN con Montenegro y apeló al derecho del país "a elegir su propio camino". La decisión de invitar a Montenegro "no tiene que ver con Rusia", dijo. Junto al secretario general de la Alianza, el ministro de Exteriores montenegrino, Igor Luksic, ha celebrado el "momento histórico" para su joven república, de sólo nueve años de vida, y calificó la invitación de "gran noticia para los Balcanes". "No es el fin de proceso sino el principio, las reformas tienen que continuar", ha dicho.
Y en ese proceso de reformas están también otros candidatos más rezagados a sumarse a la Alianza como Bosnia-Herzegovina, Macedonia y Georgia. Esta última en una situación mucho más complicada que Montenegro por tener un 20% de su territorio ocupado por separatistas prorrusos. Los aliados declararon ayer formalmente su apoyo a la decisión de Georgia de no utilizar la fuerza en Abjazia y Osetia del Sur, e instó a Rusia a dar marcha atrás en el reconocimiento de esos territorios como independientes. "Las puertas de la OTAN siguen abiertas para Georgia", ha proclamado Stoltenberg.
Cuando en octubre pasado miles de manifestantes capitaneados por el opositor Frente Democrático exigían en las calles de Podgorica (capital de Montenegro) la dimisión del primer ministro Milo Djukanovic, de 53 años, el Partido Democrático de los Socialistas, al que pertenece el jefe de Gobierno, acusó a la oposición de intentar para la entrada en la OTAN. Las recientes encuestas cifran el apoyo de la población a la entrada en la OTAN en un 52%.
La figura de Djukanovic, que ha sido jefe de Gobierno en cuatro ocasiones desde 1991, dos mandatos dentro de la unión con Serbia tras la desintegración de Yugoslavia y otras dos desde 2006 ya como república independiente tras el referéndum que apoyó el 55,5% de los votantes, es polémica por sus antiguos vínculos con Slobodan Milosevic (el presidente serbio juzgado por crímenes contra la humanidad en la guerra de Bosnia), sus erráticas decisiones políticas (se retiró dos veces de la escena pública) y porque estuvo envuelto en una investigación en Italia por contrabando de tabaco durante años.
Advertencias sobre Ucrania
Quedan pocas semanas para que se revisen los acuerdos de alto el fuego acordados entre Moscú y Kíev en Minsk (Bielorrusia) pero la tensión no disminuye, según han alertado este miércoles el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el secretario de Estado de Estados Unidos (EE UU); John Kerry.
"Aún hay [en el este de Ucrania] presencia de armas pesadas, de combatientes extranjeros y de tropas prorrusas", ha señalado Kerry en rueda de prensa. El estadounidense ha dejado claro que Ucrania no está sola frente a Rusia y que los aliados permanecerán a su lado.
Una alta fuente europea, sin embargo, aseguró hace días que la pretensión del presidente ruso, Vladímir Putin, no es la de aumentar el tono del conflicto sino dejar que Ucrania se colapse sola y, mientras eso ocurre, centrar sus esfuerzos en la lucha en Oriente Próximo, lo que por otra parte le conviene a Occidente pues Rusia e Irán son los únicos actores internacionales con influencia directa —y personal— en el presidente sirio Bachar el Asad.
Este mismo miércoles, el presidente ucranio, Petró Poroshenko, ha anunciado un gasto del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) en defensa y seguridad de sus fronteras para el año que viene frente a la amenaza rusa que se cierne sobre el país desde finales de 2013 y ahora congelada bajo el paraguas de los acuerdos de Minsk II, que se revisarán a final de año.
La Alianza mantiene la puerta abierta a la integración de Bosnia, Macedonia y Georgia
Lara Otero / Belén Domínguez Cebrián
Bruselas, El País
Montenegro apenas tiene 680.000 habitantes, preciosas playas bañadas por el mar Adriático y, desde hoy, una invitación formal para entrar en la OTAN. Pero también una situación política muy tensa a la que no es ajena la pretensión de su Gobierno de llevar a la exrepública yugoslava a la Alianza Atlántica, en un contexto de deterioro de relaciones de la OTAN con Rusia por los conflictos de Ucrania y Siria. La Alianza, además, ha dejado la puerta abierta a la negociación de adhesión de Georgia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia. Rusia no ha tardado en responder y ha anunciado que el movimiento de incorporar a Montenegro como el 29º miembro de la Alianza no puede quedar sin respuesta, según un portavoz del Kremlin que no ha dado más detalles.
Tras el consenso de los 28 aliados sobre la invitación a Montenegro, el proceso para la integración plena aún durará unos dos años ya que debe ser aprobada por todos los parlamentos de los países miembros, según ha explicado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que felicitó a Montenegro (también candidato a entrar en la UE) por sus esfuerzos para cumplir las condiciones de acceso. Stoltenberg apuntó también que todavía quedan reformas pendientes en el país balcánico para "reforzar el Estado de derecho, la lucha contra la corrupción y la construcción del apoyo ciudadano".
Stoltenberg soslayó la oposición rusa a la ampliación de la OTAN con Montenegro y apeló al derecho del país "a elegir su propio camino". La decisión de invitar a Montenegro "no tiene que ver con Rusia", dijo. Junto al secretario general de la Alianza, el ministro de Exteriores montenegrino, Igor Luksic, ha celebrado el "momento histórico" para su joven república, de sólo nueve años de vida, y calificó la invitación de "gran noticia para los Balcanes". "No es el fin de proceso sino el principio, las reformas tienen que continuar", ha dicho.
Y en ese proceso de reformas están también otros candidatos más rezagados a sumarse a la Alianza como Bosnia-Herzegovina, Macedonia y Georgia. Esta última en una situación mucho más complicada que Montenegro por tener un 20% de su territorio ocupado por separatistas prorrusos. Los aliados declararon ayer formalmente su apoyo a la decisión de Georgia de no utilizar la fuerza en Abjazia y Osetia del Sur, e instó a Rusia a dar marcha atrás en el reconocimiento de esos territorios como independientes. "Las puertas de la OTAN siguen abiertas para Georgia", ha proclamado Stoltenberg.
Cuando en octubre pasado miles de manifestantes capitaneados por el opositor Frente Democrático exigían en las calles de Podgorica (capital de Montenegro) la dimisión del primer ministro Milo Djukanovic, de 53 años, el Partido Democrático de los Socialistas, al que pertenece el jefe de Gobierno, acusó a la oposición de intentar para la entrada en la OTAN. Las recientes encuestas cifran el apoyo de la población a la entrada en la OTAN en un 52%.
La figura de Djukanovic, que ha sido jefe de Gobierno en cuatro ocasiones desde 1991, dos mandatos dentro de la unión con Serbia tras la desintegración de Yugoslavia y otras dos desde 2006 ya como república independiente tras el referéndum que apoyó el 55,5% de los votantes, es polémica por sus antiguos vínculos con Slobodan Milosevic (el presidente serbio juzgado por crímenes contra la humanidad en la guerra de Bosnia), sus erráticas decisiones políticas (se retiró dos veces de la escena pública) y porque estuvo envuelto en una investigación en Italia por contrabando de tabaco durante años.
Advertencias sobre Ucrania
Quedan pocas semanas para que se revisen los acuerdos de alto el fuego acordados entre Moscú y Kíev en Minsk (Bielorrusia) pero la tensión no disminuye, según han alertado este miércoles el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el secretario de Estado de Estados Unidos (EE UU); John Kerry.
"Aún hay [en el este de Ucrania] presencia de armas pesadas, de combatientes extranjeros y de tropas prorrusas", ha señalado Kerry en rueda de prensa. El estadounidense ha dejado claro que Ucrania no está sola frente a Rusia y que los aliados permanecerán a su lado.
Una alta fuente europea, sin embargo, aseguró hace días que la pretensión del presidente ruso, Vladímir Putin, no es la de aumentar el tono del conflicto sino dejar que Ucrania se colapse sola y, mientras eso ocurre, centrar sus esfuerzos en la lucha en Oriente Próximo, lo que por otra parte le conviene a Occidente pues Rusia e Irán son los únicos actores internacionales con influencia directa —y personal— en el presidente sirio Bachar el Asad.
Este mismo miércoles, el presidente ucranio, Petró Poroshenko, ha anunciado un gasto del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) en defensa y seguridad de sus fronteras para el año que viene frente a la amenaza rusa que se cierne sobre el país desde finales de 2013 y ahora congelada bajo el paraguas de los acuerdos de Minsk II, que se revisarán a final de año.