El petróleo de referencia en EE UU ya se paga más caro que el Brent
El cierre de pozos y el fin del embargo a las exportaciones encarecen el crudo de Texas
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
El mercado de la energía sigue ofreciendo sorpresas a pocos días de despedir 2015. El barril de petróleo que se produce en EE UU despidió la semana de la Navidad negociándose a un precio superior al que se utiliza de referencia en Europa, el Brent. La última vez que se produjo esta inversión de los precios de ambos índices fue en agosto de 2010. El cierre de pozos de extracción y el levantamiento del embargo a las exportaciones encarecen el crudo estadounidense.
El barril que se negocia en Nueva York, el West Texas Intermediate (WTI), cerró la semana a 38,12 dólares, tras subir un 1,6% en la jornada. Recuperó más de un 5% en cuatro días, lo que le ayudó a reducir las pérdidas para el mes a un 9%. Aún le queda un 30% que remontar para volver al máximo del año. El repunte provocó, sin embargo, que los inversores más propensos a asumir riesgos salieran a la caza de gangas en el sector de la energía anticipando un cambio de ciclo
El crudo Brent, entre tanto, también se apreció un 1,5% durante la jornada del jueves, para cerrar en los 37,92 dólares. Pero el repunte del petróleo que se extrae desde las plataformas del Mar del Norte y en Oriente Medio está siendo más lento. Eso explica que el WTI le haya comido terreno hasta rebasarlo el pasado martes después de cinco años por detrás. El Brent subió un 2,8% en la semana pero pierde el 15% desde finales de noviembre.
La inesperada caída en los inventarios de crudo, según los analistas de IHS Global, cimentó el sorpasso entre los precios de ambos índices. A este factor técnico en una semana de muy baja liquidez, con buena parte de los operadores de mercado y los inversores de vacaciones, se le sumó el hecho de que las petroleras estén reduciendo las perforaciones y que el Congreso de Estados Unidos haya pactado levantar el bloqueo que desde hace cuatro décadas pesa sobre las exportaciones de energía fósil.
El renacer energético de EE UU por la técnica de la fracturación hidráulica (fracking) provocó que el crudo de los yacimientos de Texas y Dakota del Norte se negociara desde el verano de 2010 con un importante descuento frente al petróleo importado, para así poder vender más barriles a las refinerías y compensarles por el sobrecoste de operar con una materia prima más ligera. La producción de West Texas, además, se modera mientras en el Mar del Norte se acelera.
Pero aunque los inversores parecen cargar más ahora contra el Brent, nadie en Nueva York descorcha la botella. La presión que sufre el mercado desde mediados de 2014 empuja a la baja y mantiene el valor del barril a nivel de hace 11 años. Al desequilibrio entre la oferta y la demanda por el exceso de producción se le suma que en las próximas semanas se levantará el embargo al petróleo iraní. Por eso se considera arriesgado decir que se tocó fondo.
El cártel de la OPEP y el resto de países productores no parece en este momento tener intención de cambiar el ritmo de producción. La moderación del crecimiento de China y la apreciación del dólar por el alza de tipos de interés en EE UU hacen que la perspectiva de precios sea más bien bajista. Hay analistas que ven posible que se toque el mínimo de 32,4 dólares que se vio en diciembre de 2008, aunque ven complicado que baje de ese nivel de resistencia.
Las compañías petroleras, productoras y de servicios, cambian entre tanto de estrategia presionadas por las dificultades financieras. Ahora lo que prima es la eficiencia más que el número de barriles que meten en el mercado. Los analistas coinciden, en todo caso, en que el nivel actual de precios del Texas y del Brent es insostenible, porque no genera la inversión necesaria para aguantar la producción en el futuro y cubrir la demanda. Para ello, dicen, debería volver a los 70 dólares.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
El mercado de la energía sigue ofreciendo sorpresas a pocos días de despedir 2015. El barril de petróleo que se produce en EE UU despidió la semana de la Navidad negociándose a un precio superior al que se utiliza de referencia en Europa, el Brent. La última vez que se produjo esta inversión de los precios de ambos índices fue en agosto de 2010. El cierre de pozos de extracción y el levantamiento del embargo a las exportaciones encarecen el crudo estadounidense.
El barril que se negocia en Nueva York, el West Texas Intermediate (WTI), cerró la semana a 38,12 dólares, tras subir un 1,6% en la jornada. Recuperó más de un 5% en cuatro días, lo que le ayudó a reducir las pérdidas para el mes a un 9%. Aún le queda un 30% que remontar para volver al máximo del año. El repunte provocó, sin embargo, que los inversores más propensos a asumir riesgos salieran a la caza de gangas en el sector de la energía anticipando un cambio de ciclo
El crudo Brent, entre tanto, también se apreció un 1,5% durante la jornada del jueves, para cerrar en los 37,92 dólares. Pero el repunte del petróleo que se extrae desde las plataformas del Mar del Norte y en Oriente Medio está siendo más lento. Eso explica que el WTI le haya comido terreno hasta rebasarlo el pasado martes después de cinco años por detrás. El Brent subió un 2,8% en la semana pero pierde el 15% desde finales de noviembre.
La inesperada caída en los inventarios de crudo, según los analistas de IHS Global, cimentó el sorpasso entre los precios de ambos índices. A este factor técnico en una semana de muy baja liquidez, con buena parte de los operadores de mercado y los inversores de vacaciones, se le sumó el hecho de que las petroleras estén reduciendo las perforaciones y que el Congreso de Estados Unidos haya pactado levantar el bloqueo que desde hace cuatro décadas pesa sobre las exportaciones de energía fósil.
El renacer energético de EE UU por la técnica de la fracturación hidráulica (fracking) provocó que el crudo de los yacimientos de Texas y Dakota del Norte se negociara desde el verano de 2010 con un importante descuento frente al petróleo importado, para así poder vender más barriles a las refinerías y compensarles por el sobrecoste de operar con una materia prima más ligera. La producción de West Texas, además, se modera mientras en el Mar del Norte se acelera.
Pero aunque los inversores parecen cargar más ahora contra el Brent, nadie en Nueva York descorcha la botella. La presión que sufre el mercado desde mediados de 2014 empuja a la baja y mantiene el valor del barril a nivel de hace 11 años. Al desequilibrio entre la oferta y la demanda por el exceso de producción se le suma que en las próximas semanas se levantará el embargo al petróleo iraní. Por eso se considera arriesgado decir que se tocó fondo.
El cártel de la OPEP y el resto de países productores no parece en este momento tener intención de cambiar el ritmo de producción. La moderación del crecimiento de China y la apreciación del dólar por el alza de tipos de interés en EE UU hacen que la perspectiva de precios sea más bien bajista. Hay analistas que ven posible que se toque el mínimo de 32,4 dólares que se vio en diciembre de 2008, aunque ven complicado que baje de ese nivel de resistencia.
Las compañías petroleras, productoras y de servicios, cambian entre tanto de estrategia presionadas por las dificultades financieras. Ahora lo que prima es la eficiencia más que el número de barriles que meten en el mercado. Los analistas coinciden, en todo caso, en que el nivel actual de precios del Texas y del Brent es insostenible, porque no genera la inversión necesaria para aguantar la producción en el futuro y cubrir la demanda. Para ello, dicen, debería volver a los 70 dólares.