China aprueba su primera ley antiterrorista y el segundo hijo

El controvertido texto da amplias competencias al Gobierno

Xavier Fontdeglòria
Pekín, El País
El órgano legislativo chino dio este domingo el visto bueno a tres importantes leyes que llevaban meses, incluso años, tramitándose y que pretenden dar respuesta a los nuevos retos a los que se enfrenta la sociedad china. Se trata de la ley antiterrorista, que ha recibido fuertes críticas por parte de Gobiernos extranjeros y organizaciones empresariales, la de lucha contra la violencia machista y la que permitirá a todas las parejas del gigante asiático tener un segundo hijo sin necesidad de pagar una multa.


Todas ellas han sido aprobadas por los 159 legisladores que forman el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, que estuvo reunido toda la semana para este fin. Las dos primeras nacen con el objetivo de dotar de un marco legal específico a ámbitos que carecían de él, mientras que la tercera escenifica el carpetazo definitivo a la polémica ley del hijo único que ha estado en vigor durante más de tres décadas y ha evitado unos 400 millones de nacimientos.

La primera ley antiterrorista de China busca "abordar el terrorismo en el país y ayudar a mantener la seguridad en el mundo", según informó la agencia oficial Xinhua. El borrador del texto conocido durante el periodo de discusión suscitó polémica por algunas de sus cláusulas. Por ejemplo, obliga a las empresas tecnológicas a entregar información considerada sensible al Gobierno chino así como a instalar puertas traseras (mecanismos para evitar los sistemas de seguridad) en sus productos.

La norma también determina quién, cuándo y cómo puede informar sobre terrorismo. Con excepción de los medios estatales que cuenten con autorización expresa, nadie podrá divulgar datos sobre ataques o sobre las políticas gubernamentales en este ámbito. Esta parte del texto se ideó especialmente, según señalaron los propios legisladores chinos, para restringir la información relacionada con el terrorismo que puedan publicar los ciudadanos en las redes sociales. Las organizaciones pro derechos humanos ven ahí una herramienta más para la censura, mientras que desde el Gobierno lo justifican por el hecho de que en la actualidad muchos ataques se planean a través del ciberespacio.

Li Shouwei, uno de los parlamentarios chinos, aseguró una vez aprobada la ley ante los periodistas que "China simplemente está haciendo lo que otras naciones ya hacen: pedir a las empresas tecnológicas ayuda para combatir el terror", informa Reuters, lo que sugiere que el texto no ha sufrido cambios significativos.

Pekín ha acelerado la tramitación de esta norma al considerar que el país es cada vez más proclive a sufrir atentados, especialmente por la actividad de varios grupos oriundos de la región noroccidental de Xinjiang, donde enfrentamientos entre los han y los uigures (de religión musulmana) han provocado cientos de muertos en los últimos años.

La ley contra la violencia machista lleva años discutiéndose. El último borrador fue revisado porque solamente incluía el maltrato físico e ignoraba el psicológico, que ahora sí forma parte del texto. La norma prevé que las víctimas por violencia de género puedan pedir un "orden de protección personal" que deberá ser concedido o denegado en un máximo de 72 horas por el juez.

Los tribunales podrán prohibir al agresor que se acerque o se ponga en contacto con la víctima, y de no respetar su decisión los abusadores se enfrentarán a penas que oscilan desde las multas a la cárcel dependiendo de la gravedad del caso.

Es un paso significativo en una sociedad donde los conflictos familiares son tratados como asuntos privados y en la que, a pesar de que las estimaciones oficiales indican que un 25% de las mujeres chinas han sufrido algún maltrato físico o psicológico, las denuncias son poco frecuentes.

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