Trudeau exhibe la diversidad de Canadá con su equipo de gobierno
El nuevo primer ministro jura el cargo y nombra a un militar sij en Defensa, a una líder nativa en Justicia y al especialista en federalismo, Dion, en Exteriores
Marc Bassets
Washington, El País
Una década de gobierno conservador en Canadá terminó oficialmente este miércoles. El liberal quebequés Justin Trudeau, de 43 años, juró el cargo de primer ministro junto a su gabinete. Trudeau derrotó al primer ministro saliente, Stephen Harper, en las elecciones generales del 19 de octubre. El nuevo Gobierno es más reducido y diverso que el anterior. Entre las prioridades de Trudeau figura la retirada de los aviones caza que bombardean en Siria e Irak y la reducción de impuestos para la clase media.
Trudeau regresa al 24 Sussex Drive —la residencia del primer ministro canadiense, donde vivió cuando su padre, Pierre Elliott Trudeau, ocupaba el cargo— con la bandera del cambio y la esperanza. El ambiente recuerda en algunos aspectos al que acompañó la victoria de Barack Obama en Estados Unidos en 2008. Aire fresco tras los años Harper: los del boom petrolero y la pujanza de las provincias del Oeste y el Pacífico; el giro a una política exterior más agresiva; y las tensiones con Obama por la política energética o medioambiental.
La composición del Gobierno refleja el estilo Trudeau. La mitad de los treinta miembros son mujeres. Seis ministros proceden de Quebec, la provincia francófona que ha celebrado dos referendos de independencia, en 1980 y 1995. Los liberales, partido natural del poder durante buena parte del siglo XX, son el partido del federalismo canadiense, opuesto a la secesión.
El gabinete también es un reflejo del nuevo Canadá. La ministra de Instituciones Democráticas, Maryam Monsef, es una refugiada que huyó hace 20 años de Afganistán. El ministro de Defensa, el teniente coronel Harjit Sajjan, es un expolicía sij que sirvió con las fuerzas armadas en Bosnia y Afganistán. La ministra de Justicia es Jody Wilson-Raybould, miembro de las llamadas naciones originarias de Canadá. Entre los ministros hay un hombre de negocios multimillonario, Bill Morneau, responsable de Finanzas en un momento de incertidumbre económica; un astronauta, Marc Garneau, titular de Transportes; y el exlíder del Partido Liberal, y especialista en federalismo y secesiones, Stéphane Dion, con la cartera de Exteriores.
La jura del cargo se celebró, como es preceptivo, en Rideau Hall, en la capital, Ottawa. Rideau Hall es la residencia del gobernador general, el representante de Isabel II, que es jefa de Estado y Reina de Canadá. Trudeau estuvo acompañado de su esposa, Sophie Grégoire, sus hijos, Xavier, Ella-Grace y Hadrian, y su madre, Margaret.
Trudeau, vigesimotercer primer ministro de Canadá, es el segundo más joven de la historia. Llega con un mensaje pospartidista, en contraste con la polarización de los años Harper. En campaña, repetía que los conservadores no eran los enemigos de los liberales, sino sus vecinos. Los éxitos electorales de Harper se apoyaron en parte en la inmigración asiática, pero sus posiciones ante los refugiados sirios, la oposición al uso del velo en actos de jura de la ciudadanía o la retórica sobre los canadienses “de alcurnia” le alejaron del electorado inmigrante.
Trudeau ha prometido legalizar la marihuana, renunciar al equilibrio presupuestario para invertir en infraestructuras, y acoger a 25.000 refugiados sirios antes de final de año. Quiere dar una nueva voz a Canadá en la política internacional. La incógnita es si el cambio con Trudeau será de estilo o sustancial. La transformación de Canadá con Harper no se explica sólo por Harper, sino por su capacidad para entender cambios profundos en la demografía y la economía del país. Hoy el país es muy distinto al de Pierre Elliott Trudeau, artífice del Canadá multicultural y multilingüe.
Obama, en la primera llamada telefónica tras la victoria de Justin Trudeau, bromeó con él sobre cómo el poder envejece. A Obama le han salido canas. "Me dijo que probablemente también yo tendré [canas] pronto", dijo Trudeau.
Marc Bassets
Washington, El País
Una década de gobierno conservador en Canadá terminó oficialmente este miércoles. El liberal quebequés Justin Trudeau, de 43 años, juró el cargo de primer ministro junto a su gabinete. Trudeau derrotó al primer ministro saliente, Stephen Harper, en las elecciones generales del 19 de octubre. El nuevo Gobierno es más reducido y diverso que el anterior. Entre las prioridades de Trudeau figura la retirada de los aviones caza que bombardean en Siria e Irak y la reducción de impuestos para la clase media.
Trudeau regresa al 24 Sussex Drive —la residencia del primer ministro canadiense, donde vivió cuando su padre, Pierre Elliott Trudeau, ocupaba el cargo— con la bandera del cambio y la esperanza. El ambiente recuerda en algunos aspectos al que acompañó la victoria de Barack Obama en Estados Unidos en 2008. Aire fresco tras los años Harper: los del boom petrolero y la pujanza de las provincias del Oeste y el Pacífico; el giro a una política exterior más agresiva; y las tensiones con Obama por la política energética o medioambiental.
La composición del Gobierno refleja el estilo Trudeau. La mitad de los treinta miembros son mujeres. Seis ministros proceden de Quebec, la provincia francófona que ha celebrado dos referendos de independencia, en 1980 y 1995. Los liberales, partido natural del poder durante buena parte del siglo XX, son el partido del federalismo canadiense, opuesto a la secesión.
El gabinete también es un reflejo del nuevo Canadá. La ministra de Instituciones Democráticas, Maryam Monsef, es una refugiada que huyó hace 20 años de Afganistán. El ministro de Defensa, el teniente coronel Harjit Sajjan, es un expolicía sij que sirvió con las fuerzas armadas en Bosnia y Afganistán. La ministra de Justicia es Jody Wilson-Raybould, miembro de las llamadas naciones originarias de Canadá. Entre los ministros hay un hombre de negocios multimillonario, Bill Morneau, responsable de Finanzas en un momento de incertidumbre económica; un astronauta, Marc Garneau, titular de Transportes; y el exlíder del Partido Liberal, y especialista en federalismo y secesiones, Stéphane Dion, con la cartera de Exteriores.
La jura del cargo se celebró, como es preceptivo, en Rideau Hall, en la capital, Ottawa. Rideau Hall es la residencia del gobernador general, el representante de Isabel II, que es jefa de Estado y Reina de Canadá. Trudeau estuvo acompañado de su esposa, Sophie Grégoire, sus hijos, Xavier, Ella-Grace y Hadrian, y su madre, Margaret.
Trudeau, vigesimotercer primer ministro de Canadá, es el segundo más joven de la historia. Llega con un mensaje pospartidista, en contraste con la polarización de los años Harper. En campaña, repetía que los conservadores no eran los enemigos de los liberales, sino sus vecinos. Los éxitos electorales de Harper se apoyaron en parte en la inmigración asiática, pero sus posiciones ante los refugiados sirios, la oposición al uso del velo en actos de jura de la ciudadanía o la retórica sobre los canadienses “de alcurnia” le alejaron del electorado inmigrante.
Trudeau ha prometido legalizar la marihuana, renunciar al equilibrio presupuestario para invertir en infraestructuras, y acoger a 25.000 refugiados sirios antes de final de año. Quiere dar una nueva voz a Canadá en la política internacional. La incógnita es si el cambio con Trudeau será de estilo o sustancial. La transformación de Canadá con Harper no se explica sólo por Harper, sino por su capacidad para entender cambios profundos en la demografía y la economía del país. Hoy el país es muy distinto al de Pierre Elliott Trudeau, artífice del Canadá multicultural y multilingüe.
Obama, en la primera llamada telefónica tras la victoria de Justin Trudeau, bromeó con él sobre cómo el poder envejece. A Obama le han salido canas. "Me dijo que probablemente también yo tendré [canas] pronto", dijo Trudeau.