"Realpolitik" de Putin busca convertir a Rusia en un país indispensable

Bruselas, Reuters
Al intervenir en Siria, el presidente Vladimir Putin ha roto el relativo aislamiento de Rusia y está convirtiéndola en una "nación indispensable" en los conflictos en Siria, Ucrania y con el Estado Islámico, mientras Estados Unidos se resiste a involucrarse más.


Pero en esta partida de póquer geopolítico no queda claro si será capaz de retirarse cuando esté ganando, especialmente si los eventos pueden dar giros inesperados como el derribo de un avión ruso por parte de la fuerza aérea de Turquía el martes.

Los ataques aéreos, los misiles crucero y los entrenadores rusos han vuelto a inclinar la balanza de fuerzas en Siria a favor del Ejército del presidente Bashar al-Assad, poniendo a la defensiva a una coalición respaldada por Estados Unidos que lanzó una campaña aérea contra el Estado Islámico.

Putin ha sacado ahora partido de los ataques del Estado Islámico (EI) este mes en París, que dejaron 130 muertos, y del derribamiento de un avión ruso en Egipto, que fue reivindicado por EI y que causó la muerte de las 224 personas a bordo, cambiando el foco y ofreciendo a Francia una alianza contra el grupo militante, también conocido como ISIS.

"Rusia ha estado dispuesta y ha sido capaz de trasladar un significativo poder de fuego para combatir a ISIS en un momento en que Francia está dispuesta pero no es totalmente capaz, y en que Estados Unidos es capaz, pero no está totalmente dispuesto a llevar todo su poder de fuego para atacar a ISIS en Siria", dijo Bruno Tertrais, investigador senior de la Fundación para Investigación Estratégica en París.

Considerado un paria en Occidente por su conducta en Ucrania, Putin se ha convertido en un interlocutor buscado gracias a su "realpolitik" (política realista) que combina el poder duro con la diplomacia.

Líderes occidentales, que lo reprendieron por Ucrania en la cumbre del G20 del año pasado en Brisbane en Australia y lo marginaron del G8 de los países industrializados, compitieron por tener reuniones privadas con él en la cumbre del G20 de este año en el complejo turístico turco en Antalya.

No significa que Putin pueda aún escapar a las sanciones occidentales por la captura de Crimea en 2014 y el apoyo a separatistas prorrusos en el este de Ucrania.

Ni tampoco garantiza al líder ruso un resultado exitoso de su incursión siria. Las intervenciones militares muchas veces comienzan con victorias y terminan en cenizas, como Estados Unidos y Gran Bretaña aprendieron en Irak y Afganistán, y como la Unión Soviética vivió en Afganistán en la década de 1980.

Putin cree que ha puesto a Rusia en la posición de un "país indispensable" en que la ex Secretaria de Estado Madeleine Albright colocó a Estados Unidos a fines de la década de 1990.

Pero algunos analistas creen que Putin está extralimitándose y conjurando peligros económicos y de seguridad para Rusia, de militantes locales y de potencias petroleras de Oriente Medio.

MAESTRO ESTRATEGA

"Putin es un maestro de la estrategia geopolítica. Nos guste o no -y a mí no me gusta- la 'Putinpolitik' está haciéndolo bastante bien", dijo Michael Emerson, ex enviado de la Unión Europea a Moscú.

Emerson destacó que es la segunda vez que Putin ha dejado en mal pie a Estados Unidos en Siria y que ha salvado a Assad de una posible derrota militar, convirtiéndolo en un socio indispensable para cualquier solución en el país.

La primera vez fue en agosto de 2013 cuando Putin persuadió a Obama de usar la diplomacia para alcanzar el desarme químico de Siria, en lugar de atacar a las fuerzas de Assad por el uso de armas prohibidas, según el límite que había establecido el líder estadounidense.

La decisión fue un "gran error de política exterior" que mostró el agotamiento de Estados Unidos en Oriente Medio y del que tomaron debida nota Moscú y Pekín, dijo el ex secretario general de la OTAN Jaap de Hoop Scheffer.

El instinto de Putin para explotar las debilidades que percibe en Estados Unidos y Europa ha sido una de las características de su política exterior, mientras intenta restablecer a Rusia como una gran potencia.

"Tiene un olfato increíble para la oportunidad política, pero también para el poder", dijo Mark Leonard, director del centro de estudios Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

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