Presunto agresor de París se habría radicalizado en prisión
Bruselas, AP
Gran parte de la historia de Abdelhamid Abaaoud sigue siendo un misterio. Según el ministro de justicia de Bélgica, Koen Geens, el principal sospechoso de los ataques terroristas de París era estudiante en una buena escuela de Bruselas, pero se transformó "en un comando extremadamente profesional", capaz de atravesar fronteras desapercibido, riéndose de la incapacidad de las agencias de seguridad de atraparlo.
El miércoles, seguía incierta la suerte de este hijo de un inmigrante marroquí que trabajaba como comerciante. La policía allanó un apartamento en los suburbios de París pensando que estaba allí. El enfrentamiento concluyó con dos muertes y siete personas arrestadas, pero sin información clara sobre el paradero de Abaaoud.
Su propio padre cree que fue en la cárcel —a donde fue a parar por delitos menores— donde su hijo sufrió una metamorfosis. El padre, Omar Abaaoud, dice que después de salir de prisión, su hijo mostró "indicios de estar radicalizado", relató su abogada Nathalie Gallant, a la emisora RTBF.
De ser cierto, sería un esquema parecido al de otros yihadistas.
Una fuente en Bélgica allegada a la investigación dijo a la AP que Abaaoud, en el barrio belga de Molenbeek, se hizo "amigo cercano" de otro hijo de inmigrante que también había tenido problemas con la policía, Brahim Abdeslam.
Abaaoud atrajo atención a nivel internacional como combatiente islamista por primera vez en febrero del 2014, dijo Jasmine Opperman, directora del centro de análisis independiente Terrorism Research & Analysis Consortium.
Varios jóvenes islamistas habían viajado desde Europa y otros lugares hacia Siria con el fin de luchar contra las fuerzas del presidente Bashar Assad, y combatientes de Bélgica y de otros países de habla francesa coordinaban los ataques al norte de Alepo.
En esos combates, Abaaoud fue filmado al volante de un camión que arrastraba un montón de cadáveres mutilados, tras una ejecución masiva cometida por el grupo Estado Islámico en un lugar llamado Hraytan.
Abaaoud, que por entonces usaba el alias Abú Omar Susi, vestía el turbante típico de los muyahidines afganos y se le veía riéndose y bromeando.
"Su padre estaba totalmente en contra de que él viajara para allá", dijo la fuente belga a la AP.
Pero a la familia le llegarían peores noticias.
También en el 2014, Abaaoud convenció a su hermano menor Younes, entonces de 13 años de edad, a que lo acompañara a vivir en el territorio que en ese entonces estaba bajo el dominio del grupo Estado Islámico. Aunque de Bélgica han salido más islamistas radicales en proporción a su población que cualquier otro país europeo, la salida del menor —apodado "el yihadista más joven de Siria"— acaparó los titulares nacionales, y el nombre de Abaaoud se hizo famoso.
"La primera vez que supe de él fue cuando me enteré que había ido a Siria y que se había llevado a su hermano", dijo a la AP Francoise Schepmans, alcalde de Molenbeek-Saint-Jean, un distrito de Bruselas. "Este era un niño que venía de una familia totalmente normal... fue a la escuela en Molenbeek, y ni la agencia de servicios sociales ni la escuela podrían haberse imaginado que él se iría".
Gran parte de la historia de Abdelhamid Abaaoud sigue siendo un misterio. Según el ministro de justicia de Bélgica, Koen Geens, el principal sospechoso de los ataques terroristas de París era estudiante en una buena escuela de Bruselas, pero se transformó "en un comando extremadamente profesional", capaz de atravesar fronteras desapercibido, riéndose de la incapacidad de las agencias de seguridad de atraparlo.
El miércoles, seguía incierta la suerte de este hijo de un inmigrante marroquí que trabajaba como comerciante. La policía allanó un apartamento en los suburbios de París pensando que estaba allí. El enfrentamiento concluyó con dos muertes y siete personas arrestadas, pero sin información clara sobre el paradero de Abaaoud.
Su propio padre cree que fue en la cárcel —a donde fue a parar por delitos menores— donde su hijo sufrió una metamorfosis. El padre, Omar Abaaoud, dice que después de salir de prisión, su hijo mostró "indicios de estar radicalizado", relató su abogada Nathalie Gallant, a la emisora RTBF.
De ser cierto, sería un esquema parecido al de otros yihadistas.
Una fuente en Bélgica allegada a la investigación dijo a la AP que Abaaoud, en el barrio belga de Molenbeek, se hizo "amigo cercano" de otro hijo de inmigrante que también había tenido problemas con la policía, Brahim Abdeslam.
Abaaoud atrajo atención a nivel internacional como combatiente islamista por primera vez en febrero del 2014, dijo Jasmine Opperman, directora del centro de análisis independiente Terrorism Research & Analysis Consortium.
Varios jóvenes islamistas habían viajado desde Europa y otros lugares hacia Siria con el fin de luchar contra las fuerzas del presidente Bashar Assad, y combatientes de Bélgica y de otros países de habla francesa coordinaban los ataques al norte de Alepo.
En esos combates, Abaaoud fue filmado al volante de un camión que arrastraba un montón de cadáveres mutilados, tras una ejecución masiva cometida por el grupo Estado Islámico en un lugar llamado Hraytan.
Abaaoud, que por entonces usaba el alias Abú Omar Susi, vestía el turbante típico de los muyahidines afganos y se le veía riéndose y bromeando.
"Su padre estaba totalmente en contra de que él viajara para allá", dijo la fuente belga a la AP.
Pero a la familia le llegarían peores noticias.
También en el 2014, Abaaoud convenció a su hermano menor Younes, entonces de 13 años de edad, a que lo acompañara a vivir en el territorio que en ese entonces estaba bajo el dominio del grupo Estado Islámico. Aunque de Bélgica han salido más islamistas radicales en proporción a su población que cualquier otro país europeo, la salida del menor —apodado "el yihadista más joven de Siria"— acaparó los titulares nacionales, y el nombre de Abaaoud se hizo famoso.
"La primera vez que supe de él fue cuando me enteré que había ido a Siria y que se había llevado a su hermano", dijo a la AP Francoise Schepmans, alcalde de Molenbeek-Saint-Jean, un distrito de Bruselas. "Este era un niño que venía de una familia totalmente normal... fue a la escuela en Molenbeek, y ni la agencia de servicios sociales ni la escuela podrían haberse imaginado que él se iría".