MSF asegura que el bombardeo en Kunduz buscaba “matar y destruir”
Kabul, EFE
Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció hoy que el bombardeo estadounidense al hospital de esta organización no gubernamental en Kunduz, en el norte de Afganistán, en el que murieron al menos 30 personas, pretendía “matar y destruir”.
“La opinión desde dentro del hospital es que este ataque tenía la intención de matar y destruir”, dijo en rueda de prensa en Kabul el director general de MSF, Christopher Stokes, sobre el bombardeo del 3 de octubre, que el Pentágono atribuyó a un “error” en la cadena de mando.
Stokes presentó los resultados de una investigación interna de la organización que concluyó que, en el momento del ataque, había en el centro sanitario veinte combatientes talibanes y siete miembros de las fuerzas afganas, todos ellos desarmados, como exigen las normas de ingreso.
El responsable de MSF subrayó que no había “combatientes armados o luchando en o desde el terreno del hospital”, de acuerdo con los testimonios, las fotografías, las grabaciones de conversaciones telefónicas y otro material revisado en este estudio.
La organización insistió en su petición de una investigación independiente que determine si el centro “perdió su estatus de protegido a los ojos de las fuerzas militares implicadas en el ataque y por qué”.
“Todavía no sabemos qué pasó en las diferentes cadenas de mando“, afirmó Stokes, quien apuntó que, si hubo un error, MSF quiere conocer “quién tomó la decisión final, designó como objetivo el hospital y dio la orden”.
De los treinta fallecidos, trece pertenecían a MSF, diez eran pacientes y siete cuerpos quemados quedaron irreconocibles.
La ONG teme que pueda haber más cadáveres entre los restos del hospital.
En el momento del ataque había 105 pacientes, 140 miembros afganos de MSF y 9 de otros países en el centro sanitario, en cuyo tejado ondeaban banderas de esta organización humanitaria y que ese día era uno de los pocos edificios iluminados de la ciudad, según Stokes.
El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió disculpas a MSF por el ataque y la Comisión Internacional Humanitaria de Ginebra activó una investigación independiente, el primer paso para analizar los hechos a la espera de que Washington y Kabul accedan a la apertura del procedimiento.
El ataque se produjo en la contraofensiva de tropas afganas para recuperar Kunduz, después de que el 28 de septiembre los talibanes tomaran la ciudad, en su mayor logro militar desde el fin de su régimen tras la invasión de Estados Unidos en 2001.
Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció hoy que el bombardeo estadounidense al hospital de esta organización no gubernamental en Kunduz, en el norte de Afganistán, en el que murieron al menos 30 personas, pretendía “matar y destruir”.
“La opinión desde dentro del hospital es que este ataque tenía la intención de matar y destruir”, dijo en rueda de prensa en Kabul el director general de MSF, Christopher Stokes, sobre el bombardeo del 3 de octubre, que el Pentágono atribuyó a un “error” en la cadena de mando.
Stokes presentó los resultados de una investigación interna de la organización que concluyó que, en el momento del ataque, había en el centro sanitario veinte combatientes talibanes y siete miembros de las fuerzas afganas, todos ellos desarmados, como exigen las normas de ingreso.
El responsable de MSF subrayó que no había “combatientes armados o luchando en o desde el terreno del hospital”, de acuerdo con los testimonios, las fotografías, las grabaciones de conversaciones telefónicas y otro material revisado en este estudio.
La organización insistió en su petición de una investigación independiente que determine si el centro “perdió su estatus de protegido a los ojos de las fuerzas militares implicadas en el ataque y por qué”.
“Todavía no sabemos qué pasó en las diferentes cadenas de mando“, afirmó Stokes, quien apuntó que, si hubo un error, MSF quiere conocer “quién tomó la decisión final, designó como objetivo el hospital y dio la orden”.
De los treinta fallecidos, trece pertenecían a MSF, diez eran pacientes y siete cuerpos quemados quedaron irreconocibles.
La ONG teme que pueda haber más cadáveres entre los restos del hospital.
En el momento del ataque había 105 pacientes, 140 miembros afganos de MSF y 9 de otros países en el centro sanitario, en cuyo tejado ondeaban banderas de esta organización humanitaria y que ese día era uno de los pocos edificios iluminados de la ciudad, según Stokes.
El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió disculpas a MSF por el ataque y la Comisión Internacional Humanitaria de Ginebra activó una investigación independiente, el primer paso para analizar los hechos a la espera de que Washington y Kabul accedan a la apertura del procedimiento.
El ataque se produjo en la contraofensiva de tropas afganas para recuperar Kunduz, después de que el 28 de septiembre los talibanes tomaran la ciudad, en su mayor logro militar desde el fin de su régimen tras la invasión de Estados Unidos en 2001.