El Estado Islámico no ha cambiado de estrategia
El ISIS no ha cambiado sus planes solo ha comenzado a ponerlos en marcha también en Occidente
Fernando Reinares, El País
Tras los atentados del 13 de noviembre en París parece haberse convertido en lugar común afirmar que el Estado Islámico (ISIS) ha cambiado su estrategia y por eso atenta ahora en el mundo occidental. No es así. El ISIS no ha cambiado de estrategia. Sólo ha comenzado a ponerla en práctica, también en el seno de nuestras sociedades, cuando ha dispuesto de las capacidades necesarias. Algo que ocurrió hace aproximadamente un año, apenas seis meses después de que los seguidores de Abubaker al Bagdadi proclamasen un nuevo Califato. Iré por partes.
El Estado Islámico, desde octubre de 2014, por medio de su órgano de propaganda, Dabiq, venía amenazando con la ejecución de atentados en países del mundo occidental, señalando expresamente a Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Australia. A partir de entonces ha reiterado la aspiración de "conquistar Roma". No se trataba únicamente de un llamamiento a la actuación individual de sus simpatizantes en esos y otros países occidentales, cosa que han hecho desde el directorio de la organización yihadista. Sus intenciones iban mucho más allá.
A inicios de 2015, el Estado Islámico contaba ya con un entramado mediante el cual planificar y preparar atentados en Europa Occidental. No sólo atentados ejecutados por un terrorista o una pequeña célula, sino también atentados múltiples, complejos, planeados de un modo centralizado y potencialmente muy letales, como los últimos de París. Antes de éstos, dicho entramado tenía previsto otros, probablemente muy parecidos, en una o más ciudades de Bélgica. Una operación antiterrorista de la policía belga, el 15 de enero de 2015, desbarató el complot terrorista.
En el curso de esta operación fueron abatidos, en su refugio de Verviers, en Bruselas, dos terroristas y detenido un tercero. Otros trece fueron aprehendidos después en Bélgica, dos en Francia y uno más en Grecia. Formaban parte de un entramado, dotado con rifles Kalashnikov y explosivos —como los utilizados en París—, en el cual había yihadistas retornados de Siria e Irak, bajo órdenes del Estado Islámico y coordinado desde Atenas por Abdelhamid Abaaoud, muerto el miércoles en el asalto de los servicios antiterroristas franceses a su escondite de Saint-Denis.
Es muy verosímil que parte del entramado que coordinaba Abaadoud continúe activo en Bélgica, Francia u otros países europeos. En la valoración sobre el mismo que, basada en lo ocurrido a inicios de este año, hizo la comunidad estadounidense de inteligencia –concretamente la Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento de Seguridad Interior, titulado “Future ISIL Operations in the West Could Resemble Disrupted Belgian Plot”, se afirma que la investigación sobre las actividades del grupo se extiende a Grecia, Países Bajos y España.
Fernando Reinares es catedrático de Ciencia Política y Estudios de Seguridad en la Universidad Rey Juan Carlos. Actualmente profesor visitante en American University, Washington.
Fernando Reinares, El País
Tras los atentados del 13 de noviembre en París parece haberse convertido en lugar común afirmar que el Estado Islámico (ISIS) ha cambiado su estrategia y por eso atenta ahora en el mundo occidental. No es así. El ISIS no ha cambiado de estrategia. Sólo ha comenzado a ponerla en práctica, también en el seno de nuestras sociedades, cuando ha dispuesto de las capacidades necesarias. Algo que ocurrió hace aproximadamente un año, apenas seis meses después de que los seguidores de Abubaker al Bagdadi proclamasen un nuevo Califato. Iré por partes.
El Estado Islámico, desde octubre de 2014, por medio de su órgano de propaganda, Dabiq, venía amenazando con la ejecución de atentados en países del mundo occidental, señalando expresamente a Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Australia. A partir de entonces ha reiterado la aspiración de "conquistar Roma". No se trataba únicamente de un llamamiento a la actuación individual de sus simpatizantes en esos y otros países occidentales, cosa que han hecho desde el directorio de la organización yihadista. Sus intenciones iban mucho más allá.
A inicios de 2015, el Estado Islámico contaba ya con un entramado mediante el cual planificar y preparar atentados en Europa Occidental. No sólo atentados ejecutados por un terrorista o una pequeña célula, sino también atentados múltiples, complejos, planeados de un modo centralizado y potencialmente muy letales, como los últimos de París. Antes de éstos, dicho entramado tenía previsto otros, probablemente muy parecidos, en una o más ciudades de Bélgica. Una operación antiterrorista de la policía belga, el 15 de enero de 2015, desbarató el complot terrorista.
En el curso de esta operación fueron abatidos, en su refugio de Verviers, en Bruselas, dos terroristas y detenido un tercero. Otros trece fueron aprehendidos después en Bélgica, dos en Francia y uno más en Grecia. Formaban parte de un entramado, dotado con rifles Kalashnikov y explosivos —como los utilizados en París—, en el cual había yihadistas retornados de Siria e Irak, bajo órdenes del Estado Islámico y coordinado desde Atenas por Abdelhamid Abaaoud, muerto el miércoles en el asalto de los servicios antiterroristas franceses a su escondite de Saint-Denis.
Es muy verosímil que parte del entramado que coordinaba Abaadoud continúe activo en Bélgica, Francia u otros países europeos. En la valoración sobre el mismo que, basada en lo ocurrido a inicios de este año, hizo la comunidad estadounidense de inteligencia –concretamente la Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento de Seguridad Interior, titulado “Future ISIL Operations in the West Could Resemble Disrupted Belgian Plot”, se afirma que la investigación sobre las actividades del grupo se extiende a Grecia, Países Bajos y España.
Fernando Reinares es catedrático de Ciencia Política y Estudios de Seguridad en la Universidad Rey Juan Carlos. Actualmente profesor visitante en American University, Washington.