Se incendia un campamento de migrantes en Eslovenia
Brszice, AP
Las bajas temperaturas y las tiendas de campaña en llamas reflejaban el miércoles la miseria de miles de personas que intentan cruzar Europa con la esperanza de encontrar asilo al final de su odisea.
Mientras tanto, el presidente de la Comisión Europea convocó a los líderes de los países por los que transcurre la ruta migratoria a una cumbre extraordinaria en Bruselas el domingo para mejorar su coordinación en la gestión del flujo migratorio transfronterizo.
Un incendio se produjo el miércoles en un campamento para inmigrantes en Eslovenia, la actual puerta de entrada a Austria y a países más al norte. La causa del fuego en el campo en Brezice, en la frontera con Croacia, se desconoce, pero los migrantes habían estado encendiendo fuegos en el exterior de las tiendas para resguardarse del clima frío del otoño boreal.
Los bomberos apagaron las llamas, que calcinaron varias tiendas. Mujeres y niños fueron evacuados. Muchos de los que esperan en el campo de Brezice llegaron durante la noche tras cruzar vadeando o a nado el río Sutla, con temperaturas cercanas a la congelación.
El secretario de Estado Interior de Eslovenia, Bostjan Sefic, dijo que está a la espera de un informe de la policía sobre el incendio.
Los migrantes "sólo quieren seguir su camino tan pronto como sea posible", afirmó Sefic. "Están muy insatisfechos e inquietos cuando se quedan en un lugar determinado".
Serbia, Croacia y Eslovenia intentan hacer frente a la incesante marea migratoria que recorre los Balcanes. La ruta es más complicada ahora después de que Hungría levantara vallas protegidas con alambre de púas y apostara policías y soldados en su frontera sur, lo que obligó a los refugiados a buscar nuevas rutas hacia el oeste.
Hungría impide el paso de migrantes a través de su frontera con Serbia desde el 15 de septiembre, y el pasado sábado hizo lo propio en su frontera con Croacia. Desde entonces, 21.500 migrantes han entrado en Eslovenia desde Croacia, incluidos 8.000 el martes, mientras miles más se dirigen al lugar.
A primera hora del miércoles, legisladores eslovenos aprobaron una ley que concede formalmente más poderes al ejército para trabajar con la policía en la gestión de la crisis migratoria en las fronteras de la pequeña nación alpina. Pocas horas después, alrededor de 200 soldados ya estaban participando en el control de las fronteras.
El esloveno Sefic dijo que un nuevo punto de entrada en Austria está a discusión con sus vecinos del norte para aliviar la presión sobre Eslovenia.
En Austria, al menos 1.000 migrantes se precipitaron desde Eslovenia tras eludir los controles policiacos. Comenzaron a caminar hacia el norte sobre una ruta de menor importancia cercana a la autopista A9 a Graz. Fritz Grundnig, portavoz de la policía, afirmó que los oficiales están bloqueando los puntos de entrada a la autopista A9 y acompañando a los migrantes en su marcha.
Más atrás en la ruta migratoria, cientos de personas entraron en Croacia tras pasar una gélida noche a la intemperie a la espera de cruzar desde Serbia.
Exhaustos y helados, los migrantes cruzaron un paso fronterizo lodoso y caminaron por campos de maíz. La policía croata se había desplegado en la frontera para frenarlos, pero finalmente se apartó.
"Lo lamento por Europa", dijo el migrante iraquí Ari Omar en un campo en Rigonce, Eslovenia, en la frontera con Croacia. "No pensábamos que Europa era así. No hay respeto por los refugiados, no nos tratan con dignidad. ¿Por qué es Europa así?"
Una responsable de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, Francesca Bonelli, dijo que unos 3.000 migrantes pasaron la noche en esa zona, incluidos niños pequeños, ancianos, personas en sillas de ruedas y muchos enfermos y agotados.
En Chipre, un país de la Unión Europea en el Mar Mediterráneo, 114 personas a bordo de dos botes pesqueros, incluidos 28 niños, llegaron a tierra en una base aérea británica en la costa sur de la isla.
Trabajadores de emergencias griegos se unieron a la búsqueda de 15 personas reportadas como desaparecidas, luego de que un pequeño bote que transportaba refugiados se hundiera en aguas turcas en su camino a una isla griega.
Más de 500.000 personas han arribado en lo que va del año a las islas del este de Grecia, pagando a contrabandistas para que los crucen en transbordadores desde la cercana Turquía.
La oficina del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo en un comunicado que la cumbre del domingo responde a la "necesidad de una cooperación mucho mayor, consultas más extensas y medidas operativas inmediatas".
Los países invitados son Austria, Bulgaria, Croacia, Alemania, Grecia, Hungría, Rumanía y Eslovenia, todos ellos pertenecientes al bloque, así como Serbia y Macedonia.
"El objetivo de la reunión será acordar soluciones operativas comunes que se implementarán de inmediato", explicó el comunicado de la UE.
Las bajas temperaturas y las tiendas de campaña en llamas reflejaban el miércoles la miseria de miles de personas que intentan cruzar Europa con la esperanza de encontrar asilo al final de su odisea.
Mientras tanto, el presidente de la Comisión Europea convocó a los líderes de los países por los que transcurre la ruta migratoria a una cumbre extraordinaria en Bruselas el domingo para mejorar su coordinación en la gestión del flujo migratorio transfronterizo.
Un incendio se produjo el miércoles en un campamento para inmigrantes en Eslovenia, la actual puerta de entrada a Austria y a países más al norte. La causa del fuego en el campo en Brezice, en la frontera con Croacia, se desconoce, pero los migrantes habían estado encendiendo fuegos en el exterior de las tiendas para resguardarse del clima frío del otoño boreal.
Los bomberos apagaron las llamas, que calcinaron varias tiendas. Mujeres y niños fueron evacuados. Muchos de los que esperan en el campo de Brezice llegaron durante la noche tras cruzar vadeando o a nado el río Sutla, con temperaturas cercanas a la congelación.
El secretario de Estado Interior de Eslovenia, Bostjan Sefic, dijo que está a la espera de un informe de la policía sobre el incendio.
Los migrantes "sólo quieren seguir su camino tan pronto como sea posible", afirmó Sefic. "Están muy insatisfechos e inquietos cuando se quedan en un lugar determinado".
Serbia, Croacia y Eslovenia intentan hacer frente a la incesante marea migratoria que recorre los Balcanes. La ruta es más complicada ahora después de que Hungría levantara vallas protegidas con alambre de púas y apostara policías y soldados en su frontera sur, lo que obligó a los refugiados a buscar nuevas rutas hacia el oeste.
Hungría impide el paso de migrantes a través de su frontera con Serbia desde el 15 de septiembre, y el pasado sábado hizo lo propio en su frontera con Croacia. Desde entonces, 21.500 migrantes han entrado en Eslovenia desde Croacia, incluidos 8.000 el martes, mientras miles más se dirigen al lugar.
A primera hora del miércoles, legisladores eslovenos aprobaron una ley que concede formalmente más poderes al ejército para trabajar con la policía en la gestión de la crisis migratoria en las fronteras de la pequeña nación alpina. Pocas horas después, alrededor de 200 soldados ya estaban participando en el control de las fronteras.
El esloveno Sefic dijo que un nuevo punto de entrada en Austria está a discusión con sus vecinos del norte para aliviar la presión sobre Eslovenia.
En Austria, al menos 1.000 migrantes se precipitaron desde Eslovenia tras eludir los controles policiacos. Comenzaron a caminar hacia el norte sobre una ruta de menor importancia cercana a la autopista A9 a Graz. Fritz Grundnig, portavoz de la policía, afirmó que los oficiales están bloqueando los puntos de entrada a la autopista A9 y acompañando a los migrantes en su marcha.
Más atrás en la ruta migratoria, cientos de personas entraron en Croacia tras pasar una gélida noche a la intemperie a la espera de cruzar desde Serbia.
Exhaustos y helados, los migrantes cruzaron un paso fronterizo lodoso y caminaron por campos de maíz. La policía croata se había desplegado en la frontera para frenarlos, pero finalmente se apartó.
"Lo lamento por Europa", dijo el migrante iraquí Ari Omar en un campo en Rigonce, Eslovenia, en la frontera con Croacia. "No pensábamos que Europa era así. No hay respeto por los refugiados, no nos tratan con dignidad. ¿Por qué es Europa así?"
Una responsable de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, Francesca Bonelli, dijo que unos 3.000 migrantes pasaron la noche en esa zona, incluidos niños pequeños, ancianos, personas en sillas de ruedas y muchos enfermos y agotados.
En Chipre, un país de la Unión Europea en el Mar Mediterráneo, 114 personas a bordo de dos botes pesqueros, incluidos 28 niños, llegaron a tierra en una base aérea británica en la costa sur de la isla.
Trabajadores de emergencias griegos se unieron a la búsqueda de 15 personas reportadas como desaparecidas, luego de que un pequeño bote que transportaba refugiados se hundiera en aguas turcas en su camino a una isla griega.
Más de 500.000 personas han arribado en lo que va del año a las islas del este de Grecia, pagando a contrabandistas para que los crucen en transbordadores desde la cercana Turquía.
La oficina del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo en un comunicado que la cumbre del domingo responde a la "necesidad de una cooperación mucho mayor, consultas más extensas y medidas operativas inmediatas".
Los países invitados son Austria, Bulgaria, Croacia, Alemania, Grecia, Hungría, Rumanía y Eslovenia, todos ellos pertenecientes al bloque, así como Serbia y Macedonia.
"El objetivo de la reunión será acordar soluciones operativas comunes que se implementarán de inmediato", explicó el comunicado de la UE.