La OTAN alerta de la magnitud de la presencia rusa en territorio sirio
Turquía convoca al embajador ruso por otra violación del espacio aéreo
Lucía Abellán
Bruselas, El País
La creciente implicación de Rusia en Oriente Próximo inquieta a la OTAN. El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, alertó ayer de que Moscú ha emprendido “una escalada militar sustancial” durante las últimas semanas en Siria. Más allá de las fuerzas aéreas, esa presencia incluye barcos capacitados para el despliegue de tropas y también algunos soldados. La organización teme que la actuación rusa entorpezca la lucha contra el Estado Islámico.
El papel desestabilizador que comenzó a desempeñar Rusia en Ucrania hace casi dos años se traslada ahora a un terreno mucho más envenenado: la guerra de Siria. Sin querer concretar cifras, la OTAN avisa de que la presencia de fuerzas rusas en territorio sirio es más que testimonial. Y, sobre todo, llama la atención sobre el tipo de fuerzas presentes en ese país. Si los grupos que combaten al régimen de Bachar el Asad carecen de aviones, ¿por qué Rusia cuenta con aparatos de defensa aérea en la zona? Y si no tienen intención de intervenir sobre el terreno, ¿por qué hay en el Mediterráneo, cerca de Chipre, un barco con capacidad para desplegar tropas?, se preguntan fuentes de la organización.
“Hemos visto una escalada militar sustancial que incluye fuerzas aéreas —también de defensa aérea—, tropas terrestres, ligadas a la base que tienen allí [la base rusa de Tartus], y también presencia naval en Siria”, esbozó Stoltenberg en conferencia de prensa. El máximo responsable del mando militar de la OTAN en Europa, el comandante aliado supremo Philip Breedlove, avisó hace unos días de que Rusia estaba “creando una burbuja aérea” con aparatos que impiden a otras fuerzas acercarse al lugar que sobrevuelan.
Otras fuentes abundan en esas capacidades militares y hablan de fragatas, barcos de destrucción y barcos de apoyo. En el seno de la organización temen que, lejos de debilitar al Estado Islámico, esas operaciones obstaculicen los bombardeos que realiza la coalición internacional liderada por Estados Unidos para acabar con esa organización radical.
“Rusia no está atacando principalmente al Estado Islámico, sino a otros grupos de la oposición siria y a víctimas civiles”, censuró ayer Stoltenberg. Fuentes diplomáticas aseguran que Moscú golpea en zonas controladas por esos otros grupos, no las que están en poder de Daesh (acrónimo árabe del Estado Islámico).
“No fue un accidente”
Aunque la presencia rusa en Siria se ha ido constatando en las últimas semanas, la Alianza Atlántica lanza ahora las señales de alarma a raíz de la incursión de aviones rusos en espacio aéreo de Turquía, país miembro de la OTAN, el pasado fin de semana. El líder de la organización no se cree la versión del Kremlin según la cual el sobrevuelo en territorio turco “duró solo unos segundos y obedeció al mal tiempo”. Sin querer especular sobre los motivos, Stoltenberg aseguró: “No parece un accidente. [La incursión aérea] duró bastante tiempo. Y además ha habido dos”.
Las autoridades turcas informaron ayer de una tercera violación de su espacio aéreo. Un cazabombardero Mig-29 se aproximó a aviones turcos en la frontera con Siria, pero se desconoce si el aparato era sirio o ruso.
Los ministros de Defensa de los 28 Estados aliados se reunirán mañana en Bruselas con la guerra siria como uno de los puntos de debate. No se espera ninguna decisión concreta más allá de un llamamiento a Rusia para que cese las intervenciones contra lo que Occidente considera oposición moderada al régimen de El Asad. Fuentes diplomáticas advierten de que la presencia al mismo tiempo en el espacio aéreo sirio de aviones rusos y de otros de la coalición internacional contra Daesh puede implicar situaciones de riesgo. En buena medida porque Rusia no está empleando los canales militares ordinarios para informar de sus expediciones.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
La creciente implicación de Rusia en Oriente Próximo inquieta a la OTAN. El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, alertó ayer de que Moscú ha emprendido “una escalada militar sustancial” durante las últimas semanas en Siria. Más allá de las fuerzas aéreas, esa presencia incluye barcos capacitados para el despliegue de tropas y también algunos soldados. La organización teme que la actuación rusa entorpezca la lucha contra el Estado Islámico.
El papel desestabilizador que comenzó a desempeñar Rusia en Ucrania hace casi dos años se traslada ahora a un terreno mucho más envenenado: la guerra de Siria. Sin querer concretar cifras, la OTAN avisa de que la presencia de fuerzas rusas en territorio sirio es más que testimonial. Y, sobre todo, llama la atención sobre el tipo de fuerzas presentes en ese país. Si los grupos que combaten al régimen de Bachar el Asad carecen de aviones, ¿por qué Rusia cuenta con aparatos de defensa aérea en la zona? Y si no tienen intención de intervenir sobre el terreno, ¿por qué hay en el Mediterráneo, cerca de Chipre, un barco con capacidad para desplegar tropas?, se preguntan fuentes de la organización.
“Hemos visto una escalada militar sustancial que incluye fuerzas aéreas —también de defensa aérea—, tropas terrestres, ligadas a la base que tienen allí [la base rusa de Tartus], y también presencia naval en Siria”, esbozó Stoltenberg en conferencia de prensa. El máximo responsable del mando militar de la OTAN en Europa, el comandante aliado supremo Philip Breedlove, avisó hace unos días de que Rusia estaba “creando una burbuja aérea” con aparatos que impiden a otras fuerzas acercarse al lugar que sobrevuelan.
Otras fuentes abundan en esas capacidades militares y hablan de fragatas, barcos de destrucción y barcos de apoyo. En el seno de la organización temen que, lejos de debilitar al Estado Islámico, esas operaciones obstaculicen los bombardeos que realiza la coalición internacional liderada por Estados Unidos para acabar con esa organización radical.
“Rusia no está atacando principalmente al Estado Islámico, sino a otros grupos de la oposición siria y a víctimas civiles”, censuró ayer Stoltenberg. Fuentes diplomáticas aseguran que Moscú golpea en zonas controladas por esos otros grupos, no las que están en poder de Daesh (acrónimo árabe del Estado Islámico).
“No fue un accidente”
Aunque la presencia rusa en Siria se ha ido constatando en las últimas semanas, la Alianza Atlántica lanza ahora las señales de alarma a raíz de la incursión de aviones rusos en espacio aéreo de Turquía, país miembro de la OTAN, el pasado fin de semana. El líder de la organización no se cree la versión del Kremlin según la cual el sobrevuelo en territorio turco “duró solo unos segundos y obedeció al mal tiempo”. Sin querer especular sobre los motivos, Stoltenberg aseguró: “No parece un accidente. [La incursión aérea] duró bastante tiempo. Y además ha habido dos”.
Las autoridades turcas informaron ayer de una tercera violación de su espacio aéreo. Un cazabombardero Mig-29 se aproximó a aviones turcos en la frontera con Siria, pero se desconoce si el aparato era sirio o ruso.
Los ministros de Defensa de los 28 Estados aliados se reunirán mañana en Bruselas con la guerra siria como uno de los puntos de debate. No se espera ninguna decisión concreta más allá de un llamamiento a Rusia para que cese las intervenciones contra lo que Occidente considera oposición moderada al régimen de El Asad. Fuentes diplomáticas advierten de que la presencia al mismo tiempo en el espacio aéreo sirio de aviones rusos y de otros de la coalición internacional contra Daesh puede implicar situaciones de riesgo. En buena medida porque Rusia no está empleando los canales militares ordinarios para informar de sus expediciones.