Gobierno avala sus políticas de desarrollo y extractivas en la Conferencia de Cambio Climático
Cochabamba, ANF
El gobierno en la II Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático condenó el sistema capitalista por ser el principal depredador de la naturaleza, pero defendió y validó sus políticas de desarrollo y extractivas, criticadas por ser incoherentes con el discurso global.
Por segunda vez se realiza en Bolivia el segundo encuentro para hacer propuestas de cara a la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático en París (COP21) que se realizará el mes de diciembre en Francia, donde los países se reunirán para analizar los efectos del cambio climático.
La defensa de la Madre Tierra, la naturaleza, la preservación de los bosques, el derecho al agua, y en definitiva el vivir en un planeta sano, han sido las principales líneas de discursos en esta Conferencia de los Pueblos que se realizó en Tiquipaya en el departamento de Cochabamba.
Las autoridades han culpado al capitalismo por ser responsable de los desastres en el planeta, por su visión mercantilista de la tierra, de la naturaleza, y por su permisibilidad con las empresas transnacionales que dañan el medio ambiente.
Pero las voces críticas creen que lo coherente es que “el vivir bien tiene que ser una realidad y no un discurso” como hasta ahora y que el discurso global encuentre un correlato en las prácticas locales.
Algunas políticas que son criticadas por organizaciones no gubernamentales y movimientos ambientalistas es que el gobierno impulse la ampliación de la frontera agrícola, que indulte a los empresarios los delitos de deforestación ilegal, que hayan abierto las reservas naturales para que las empresas realicen actividades petroleras o la construcción de infraestructura carretera en medio de los territorios indígenas.
Carolina Lagos miembro del Colectivo Viento Sur de Chile, que participa de la Conferencia, manifestó su pleno desacuerdo con la intervención en reservas naturales, o las actividades de deforestación, o reflejó su preocupación por la construcción de hidroeléctricas, ya que desde la experiencia en su país “tuvo efectos negativos” para los pueblos indígenas.
El gobierno en la II Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático condenó el sistema capitalista por ser el principal depredador de la naturaleza, pero defendió y validó sus políticas de desarrollo y extractivas, criticadas por ser incoherentes con el discurso global.
Por segunda vez se realiza en Bolivia el segundo encuentro para hacer propuestas de cara a la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático en París (COP21) que se realizará el mes de diciembre en Francia, donde los países se reunirán para analizar los efectos del cambio climático.
La defensa de la Madre Tierra, la naturaleza, la preservación de los bosques, el derecho al agua, y en definitiva el vivir en un planeta sano, han sido las principales líneas de discursos en esta Conferencia de los Pueblos que se realizó en Tiquipaya en el departamento de Cochabamba.
Las autoridades han culpado al capitalismo por ser responsable de los desastres en el planeta, por su visión mercantilista de la tierra, de la naturaleza, y por su permisibilidad con las empresas transnacionales que dañan el medio ambiente.
Pero las voces críticas creen que lo coherente es que “el vivir bien tiene que ser una realidad y no un discurso” como hasta ahora y que el discurso global encuentre un correlato en las prácticas locales.
Algunas políticas que son criticadas por organizaciones no gubernamentales y movimientos ambientalistas es que el gobierno impulse la ampliación de la frontera agrícola, que indulte a los empresarios los delitos de deforestación ilegal, que hayan abierto las reservas naturales para que las empresas realicen actividades petroleras o la construcción de infraestructura carretera en medio de los territorios indígenas.
Carolina Lagos miembro del Colectivo Viento Sur de Chile, que participa de la Conferencia, manifestó su pleno desacuerdo con la intervención en reservas naturales, o las actividades de deforestación, o reflejó su preocupación por la construcción de hidroeléctricas, ya que desde la experiencia en su país “tuvo efectos negativos” para los pueblos indígenas.