El efecto Correa, alternativa al Madrid del recordman Cristiano
La principal virtud del Atlético de Simeone ha sido la optimización de los recursos, generalmente limitados. A partir de esa base, el Cholo ha construido equipos que compensaban su teórica inferioridad (en relación a Real Madrid y Barcelona, básicamente) con sacrificio físico y táctico. El sistema funcionaba y el discurso también. A la motivación deportiva se sumaba la inspiración, entre romántica y revolucionaria, que supone luchar contra los poderosos.
Al Atlético de hoy en día ya no le cabe el traje de Robin Hood. El club ha crecido y el equipo ha ganado músculo y plata, campeón de Copa, Liga y Supercopa en las tres últimas temporadas, rival sin complejos de Barça y Madrid. Ese crecimiento natural ha puesto en peligro la identidad de un equipo diseñado para tener hambre. A tenor de lo visto este principio de temporada, a Simeone le está siendo más difícil más gestionar la opulencia que administrar la escasez. La prueba es que le cuesta encontrar acomodo para los grandes fichajes del verano, Vietto (desaparecido antes del combate) y Jackson (con problemas de adaptación).
Influencia
No es fácil saber a qué juega el Atlético (y con quién), y menos aún después de encadenar dos derrotas consecutivas, en Villarreal (1-0) y frente al Benfica (1-2). El plan, el que sea, se ha visto alterado además por la fascinante irrupción de Correa, un futbolista excelente, pero que trastoca el escalafón y el dibujo. Alinearlo esta noche junto a Griezmann y Torres, dejaría al Atleti sin más centrocampistas recios que Tiago y Gabi, poco para el Cholo y casi nada contra el Madrid. La duda que se le plantea a Simeone entre Saúl y Correa describe un dilema más filosófico que deportivo. El canterano, por cierto, abandonó el entrenamiento de ayer molestias tras chocar con Jackson.
El Real Madrid, entretanto, llega sin turbulencias al derbi. Viene de ganar en Malmoe (0-2), está invicto y sólo ha recibido un gol en ocho partidos, un mérito que corresponde más a Keylor que a sus defensas. El juego no es excelente (sólo lo fue en la primera parte de San Mamés), pero el aspecto general es de solidez, de cemento que cuaja.La amenaza es todavía mayor si pensamos que Cristiano acude a la cita pleno de confianza, homenaje incluido; después de tantos años juntos (camino de siete) ya sabemos que el récord de goles le estimula tanto como el cariño del entorno, aunque no sea demasiado espontáneo.
Cambios
Sergio Ramos volverá al centro de la defensa y Bale, también recuperado, no parece tan seguro en el once titular. Kovacic podría salir de inicio, como en Bilbao, y el galés entrar de refresco en la segunda mitad. La inferioridad del Madrid en el mediocampo explica, en gran medida, los resultados adversos en los derbis de la pasada temporada: un triunfo, tres empates y cuatro derrotas. Simeone también le estará dando vueltas al asunto.
Desde la final de Copa de 2013, cuando se interrumpió la inercia de quince años de dominio madridista, el Atlético ha ganado seis derbis de catorce y el Madrid, cuatro. El cambio de tendencia iguala los pronósticos. Lo único seguro es que perder trae consecuencias: en la Liga, en el barrio, en la oficina o en algún lugar sagrado.
