Autoridades chechenas combaten la "indecencia" en las bodas
¿Qué convierte a una boda en apropiada a ojos de las autoridades chechenas? Que no haya disparos, mantener a hombres y mujeres a cierta distancia en la pista de baile y que la novia no corte la tarta.
Estas son algunas de las recomendaciones emitidas el mes pasado por el Departamento de Cultura de la capital de la región, Grozny, para salvaguardar el "desarrollo espiritual y moral" de los jóvenes de la república. Aunque no son vinculantes, las recomendaciones tienen un peso importante ya que los chechenos están cada vez más presionados para adoptar costumbres conservadoras e islámicas bajo el mando del líder Ramzan Kadyrov.
En los últimos años, los jóvenes son cada vez más liberales en su comportamiento en las bodas, descuidando tradiciones chechenas conservadoras, dijo Madina Shagidaeva, miembro del departamento de cultura de la ciudad.
"No quiero ver comportamiento inmoral", agregó Shagidaeva. "Quiero ver un código de vestimenta".
Propietarios de restaurantes y salones de banquetes serán animados a aplicar las nuevas normas y discutir de antemano con sus clientes el comportamiento que esperan de sus invitados. Si los asistentes no cumplen con las recomendaciones en la pista de baile, la música se apagará hasta que se solucione el problema, dijo Zubair Bairakov, propietario de una agencia de planificación de bodas local.
Disparar cualquier tipo de arma está considerado también un comportamiento indeseable, según el código.
Tradicionalmente en las bodas del Cáucaso, los participantes disparan al aire para celebrar. Sin embargo, esta práctica se topa con cada vez más detractores en la capital rusa, donde la gran afluencia de migrantes de la región supuso un aumento de bodas chechenas.
Normalmente, es el novio quien asume el coste del enlace, al que suelen asistir los miembros de su familia. Los amigos y familiares del contrayente recogen a la novia de la casa de sus padres y la llevan a la ceremonia, donde se sitúa en una lugar especial, pero no participa en los bailes ni en otras celebraciones.
Según la tradición, el novio debe estar ausente durante toda la ceremonia y reunirse con la novia tras los festejos, lejos de miradas indiscretas.
