Serbios y croatas se enzarzan en la frontera ante la crisis de refugiados
Los dos países balcánicos restringen el libre paso y se meten en una escalada diplomática
El País / Agencias
Madrid / Zagreb / Belgrado
La llegada masiva de refugiados a la frontera serbo-croata, alternativa en el periplo migratorio hacia el norte de Europa ante el cierre de Hungría, ha desatado una crisis bilateral de los viejos enemigos de los Balcanes. Ante el cruce la pasada semana de miles de exiliados desde territorio serbio a suelo croata, las autoridades de Zagreb decidieron cerrar la frontera con el país vecino de forma temporal, una decisión que el Gobierno serbio criticó duramente por dañar su economía. El Ejecutivo croata del primer ministro Zoran Milanovic pretendía presionar así a Serbia para que dejase de reconducir el flujo de refugiados bloqueados en el paso hacia Hungría.
Estirando más la cuerda, Croacia decidió cortar el paso a los vehículos de transporte de mercancías --salvo las perecederas-- y cerró siete de las ocho vías de acceso a Serbia. Belgrado, como contramedida, cortó de igual modo el paso a camiones croatas o vehículos que transportasen bienes --de nuevo, salvo los perecederos-- desde ese país.
En el último pulso, Zagreb decidió vetar la entrada de cualquier vehículo registrado en Serbia. Ninguno de los dos países ha bloqueado la entrada a ciudadanos, pero las restricciones complican sin duda el cruce, dado que los pasos fronterizos no facilitan geográficamente la entrada a pie de un territorio a otro.
Desde que el pasado martes empezasen a llegar miles de refugiados en autobuses al paso que separa las localidades de Sid, del lado serbio, y Tovarnik, del croata, alrededor de 50.000 personas han cruzado la frontera. La mayor parte, se han dirigido ya hacia el norte.
"No habrá ni guerra ni violencia", manifestó hoy Milanovic a una cadena de televisión desde Bruselas, "pero el comportamiento [de Serbia] no es normal". Croacia y Serbia, países miembro de la antigua Yugoslavia, se enfrentaron en una cruenta guerra desde 1991, año en el que Zagreb declaró la independencia, hasta 1995. El Ministerio de Asuntos Exteriores serbio señaló en un comunicado que "el carácter discriminatorio [de las restricciones croatas] solo puede ser comparado con medidas tomadas en el pasado, durante la Croacia independiente fascista".
Croacia es miembro de la Unión Europea desde 2013, mientras que Serbia es aún país candidato.
El País / Agencias
Madrid / Zagreb / Belgrado
La llegada masiva de refugiados a la frontera serbo-croata, alternativa en el periplo migratorio hacia el norte de Europa ante el cierre de Hungría, ha desatado una crisis bilateral de los viejos enemigos de los Balcanes. Ante el cruce la pasada semana de miles de exiliados desde territorio serbio a suelo croata, las autoridades de Zagreb decidieron cerrar la frontera con el país vecino de forma temporal, una decisión que el Gobierno serbio criticó duramente por dañar su economía. El Ejecutivo croata del primer ministro Zoran Milanovic pretendía presionar así a Serbia para que dejase de reconducir el flujo de refugiados bloqueados en el paso hacia Hungría.
Estirando más la cuerda, Croacia decidió cortar el paso a los vehículos de transporte de mercancías --salvo las perecederas-- y cerró siete de las ocho vías de acceso a Serbia. Belgrado, como contramedida, cortó de igual modo el paso a camiones croatas o vehículos que transportasen bienes --de nuevo, salvo los perecederos-- desde ese país.
En el último pulso, Zagreb decidió vetar la entrada de cualquier vehículo registrado en Serbia. Ninguno de los dos países ha bloqueado la entrada a ciudadanos, pero las restricciones complican sin duda el cruce, dado que los pasos fronterizos no facilitan geográficamente la entrada a pie de un territorio a otro.
Desde que el pasado martes empezasen a llegar miles de refugiados en autobuses al paso que separa las localidades de Sid, del lado serbio, y Tovarnik, del croata, alrededor de 50.000 personas han cruzado la frontera. La mayor parte, se han dirigido ya hacia el norte.
"No habrá ni guerra ni violencia", manifestó hoy Milanovic a una cadena de televisión desde Bruselas, "pero el comportamiento [de Serbia] no es normal". Croacia y Serbia, países miembro de la antigua Yugoslavia, se enfrentaron en una cruenta guerra desde 1991, año en el que Zagreb declaró la independencia, hasta 1995. El Ministerio de Asuntos Exteriores serbio señaló en un comunicado que "el carácter discriminatorio [de las restricciones croatas] solo puede ser comparado con medidas tomadas en el pasado, durante la Croacia independiente fascista".
Croacia es miembro de la Unión Europea desde 2013, mientras que Serbia es aún país candidato.