Las fuerzas afganas lanzan una ofensiva para recuperar Kunduz
La ciudad, en el norte del país, es la primera conquistada por los talibanes desde 2001
“Estamos haciendo todo lo posible para recuperar la ciudad”, ha asegurado Ghani durante su mensaje, según la traducción de Tolo TV. Sin duda no era el guion que tenía previsto para el día en que cumple un año al frente del Gabinete de unidad nacional. El presidente ha informado del envío de refuerzos no sólo a Kunduz, sino a la vecina provincia de Baghlan. “Las fuerzas de seguridad están avanzando y ya han recuperado el control de algunos edificios”, ha añadido antes de pedir a los afganos que confíen en ellas y mantengan la calma.
Con anterioridad, un comunicado oficial informó de que las tropas gubernamentales habían recuperado la sede de la policía provincial y la cárcel. Pero para entonces, los talibanes ya habían liberado a los 600 presos, entre ellos un centenar de miembros de esa insurgencia, según reconoció el jefe de la Dirección Nacional de Seguridad, Rahmatullah Nabil.
Ghani ha acusado a los talibanes de estar utilizando a los civiles como escudos humanos. Sin embargo, algunos testimonios recogidos dentro de Kunduz por las agencias de prensa dan a entender que los insurgentes están tratando de ganarse a los residentes. “Se están comportando muy bien con todo el mundo, en especial con el personal sanitario”, declaró un médico citado por Reuters. No obstante, un reportero de Tolo TV informaba de que la milicia islamista había incendiado edificios oficiales y estaba asaltando vehículos en la carretera que llega desde Baghlan. También han robado joyerías y bancos. “Conducen vehículos militares por las calles, creando el pánico entre la gente”, afirma Hamid Shirzai.
Aunque no hay cifras fiables de víctimas, el equipo de Médicos sin Fronteras (MSF) en Kunduz se ha visto desbordado desde que se iniciaran los combates el lunes de madrugada. “El centro de trauma ha recibido a 171 heridos, 46 de ellos niños, y tenido que colocar camas en pasillos y oficinas. Nuestros cirujanos han estado trabajando sin descanso para atender a heridos de bala”, ha declarado su representante para Afganistán, Ghilhem Molinie. El hospital que gestiona esa ONG es el único de la zona que facilita esa atención de forma gratuita.
Kunduz, de 300.000 habitantes, es un importante eje comercial del norte de Afganistán la primera capital provincial que los talibanes logran tomar desde que la intervención estadounidense en 2001 les expulsó del poder. Su importancia estratégica radica en que constituye la única vía de acceso desde Kabul tanto a Mazar-i-Sharif (la gran ciudad del norte) como a Tayikistán (cuya frontera apenas dista un centenar de kilómetros). De hecho, era la tercera intentona de los insurgentes este año y, a decir de los analistas, un éxito para su nuevo líder, el clérigo Akhtar Mansur.
“Esto es sólo el principio, nuestro objetivo es Kabul. Verán cómo capturamos Kabul y colgamos a esas marionetas [de gobernantes] en la plaza pública”, ha manifestado eufórico el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, citado por Reuters. Mujahid, que también ha anunciado el envío de más combatientes a Kunduz, ha explicado que una de las razones para el asalto a esta ciudad ha sido mostrar que los talibanes aún están unidos. El nombramiento de Mansur, tras revelarse el pasado julio que el mulá Omar murió en 2013, dio lugar a especulaciones sobre la división del grupo.
Desde la caída de su régimen, los talibanes han luchado contra el Gobierno respaldado por Occidente y las fuerzas extranjeras en el país. La salida del grueso de éstas alentó la esperanza de que fuera posible alcanzar una reconciliación. Ghani se comprometió a intentarla tras su elección el año pasado. Sin embargo, los islamistas radicales han aumentado sus ataques reorientándolos a las fuerzas de seguridad afganas y las conversaciones de paz están estancadas. Además, la creciente presencia del Estado Islámico, un grupo aún más extremista, añade presión a ambas partes.
“Estamos haciendo todo lo posible para recuperar la ciudad”, ha asegurado Ghani durante su mensaje, según la traducción de Tolo TV. Sin duda no era el guion que tenía previsto para el día en que cumple un año al frente del Gabinete de unidad nacional. El presidente ha informado del envío de refuerzos no sólo a Kunduz, sino a la vecina provincia de Baghlan. “Las fuerzas de seguridad están avanzando y ya han recuperado el control de algunos edificios”, ha añadido antes de pedir a los afganos que confíen en ellas y mantengan la calma.
Con anterioridad, un comunicado oficial informó de que las tropas gubernamentales habían recuperado la sede de la policía provincial y la cárcel. Pero para entonces, los talibanes ya habían liberado a los 600 presos, entre ellos un centenar de miembros de esa insurgencia, según reconoció el jefe de la Dirección Nacional de Seguridad, Rahmatullah Nabil.
Ghani ha acusado a los talibanes de estar utilizando a los civiles como escudos humanos. Sin embargo, algunos testimonios recogidos dentro de Kunduz por las agencias de prensa dan a entender que los insurgentes están tratando de ganarse a los residentes. “Se están comportando muy bien con todo el mundo, en especial con el personal sanitario”, declaró un médico citado por Reuters. No obstante, un reportero de Tolo TV informaba de que la milicia islamista había incendiado edificios oficiales y estaba asaltando vehículos en la carretera que llega desde Baghlan. También han robado joyerías y bancos. “Conducen vehículos militares por las calles, creando el pánico entre la gente”, afirma Hamid Shirzai.
Aunque no hay cifras fiables de víctimas, el equipo de Médicos sin Fronteras (MSF) en Kunduz se ha visto desbordado desde que se iniciaran los combates el lunes de madrugada. “El centro de trauma ha recibido a 171 heridos, 46 de ellos niños, y tenido que colocar camas en pasillos y oficinas. Nuestros cirujanos han estado trabajando sin descanso para atender a heridos de bala”, ha declarado su representante para Afganistán, Ghilhem Molinie. El hospital que gestiona esa ONG es el único de la zona que facilita esa atención de forma gratuita.
Kunduz, de 300.000 habitantes, es un importante eje comercial del norte de Afganistán la primera capital provincial que los talibanes logran tomar desde que la intervención estadounidense en 2001 les expulsó del poder. Su importancia estratégica radica en que constituye la única vía de acceso desde Kabul tanto a Mazar-i-Sharif (la gran ciudad del norte) como a Tayikistán (cuya frontera apenas dista un centenar de kilómetros). De hecho, era la tercera intentona de los insurgentes este año y, a decir de los analistas, un éxito para su nuevo líder, el clérigo Akhtar Mansur.
“Esto es sólo el principio, nuestro objetivo es Kabul. Verán cómo capturamos Kabul y colgamos a esas marionetas [de gobernantes] en la plaza pública”, ha manifestado eufórico el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, citado por Reuters. Mujahid, que también ha anunciado el envío de más combatientes a Kunduz, ha explicado que una de las razones para el asalto a esta ciudad ha sido mostrar que los talibanes aún están unidos. El nombramiento de Mansur, tras revelarse el pasado julio que el mulá Omar murió en 2013, dio lugar a especulaciones sobre la división del grupo.
Desde la caída de su régimen, los talibanes han luchado contra el Gobierno respaldado por Occidente y las fuerzas extranjeras en el país. La salida del grueso de éstas alentó la esperanza de que fuera posible alcanzar una reconciliación. Ghani se comprometió a intentarla tras su elección el año pasado. Sin embargo, los islamistas radicales han aumentado sus ataques reorientándolos a las fuerzas de seguridad afganas y las conversaciones de paz están estancadas. Además, la creciente presencia del Estado Islámico, un grupo aún más extremista, añade presión a ambas partes.