Castro: “El embargo es el principal obstáculo para el desarrollo de Cuba”
El presidente cubano se estrena en la ONU en la Cumbre del Desarrollo
Silvia Ayuso
Nueva York, El País
La verdadera prueba de fuego para Raúl Castro en Naciones Unidas llegará el lunes, cuando pronuncie su primer discurso como presidente de Cuba ante la Asamblea General anual. En plena normalización de relaciones con Estados Unidos, iniciado hace nueve meses, se buscará en cada palabra una señal sobre el estado del delicado proceso de deshielo tras más de medio siglo de tensiones. Su breve intervención este sábado, durante la Cumbre del Desarrollo Sostenible que precede al encuentro general, le sirvió tanto como precalentamiento como para dar pistas sobre su discurso central. Y Castro dejó claro que la condena al embargo estadounidense contra la isla seguirá siendo, pese a los gestos mutuos, una parte clave de la estrategia cubana en esta nueva etapa iniciada.
“El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE UU, la reapertura de embajadas y los cambios que el presidente Barack Obama ha declarado en la política hacia nuestro país constituyen un importante avance, que ha concitado el más alto apoyo de la comunidad internacional”, concedió Castro en su primera comparecencia ante el podio de la ONU.
“Sin embargo, persiste el bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba que causa daños y privaciones al pueblo cubano, es el principal obstáculo para el desarrollo económico de nuestro país, afecta a otras naciones por su alcance extraterritorial y continúa perjudicando los intereses de los ciudadanos y las compañías estadounidenses”, continuó.
El preestreno de Raúl Castro ante la ONU tuvo lugar en un día muy especial: otro 26 de septiembre, en 1960, era su hermano Fidel el que debutaba ante la ONU, con un discurso que desde entonces es recordado como el más largo de los 70 años de historia del organismo, cuatro horas y 29 minutos. El de su hermano menor se ajustó a las normas establecidas y no superó los siete minutos.
Fue además un precalentamiento cómodo: las políticas de desarrollo siempre fueron una prioridad en la Cuba de los Castro, que han hecho durante décadas de asuntos como la educación o la salud una cuestión de Estado. Cuba llegó a la cita que ha lanzado las nuevas metas para hacer del mundo un lugar menos pobre con los deberes cumplidos en materia de Objetivos del Milenio fijados hasta este 2015 “pese a todo”, como dijo Castro en referencia al embargo estadounidense. Un hito que le dio pie al presidente cubano para criticar los persistentes “niveles inaceptables de pobreza y desigualdad social, incluso en las propias naciones industrializadas”.
“La brecha entre el Norte y el Sur y la polarización de la riqueza se incrementan”, denunció Raúl Castro, que a la vez advirtió de que los medios para implementar la nueva agenda de desarrollo hasta 2030, “sin compromisos medibles ni calendarios, no son proporcionales al alcance de sus 17 objetivos de desarrollo sostenible”.
Raúl Castro se encuentra desde la tarde del jueves en Nueva York, en lo que constituye su primera visita a EE UU en más de medio siglo. Pese a las expectativas generadas por su presencia, mantiene una discreta pero intensa agenda con la que, además de encontrarse con aliados tradicionales como el presidente venezolano, Nicolás Maduro, también ha aprovechado para continuar la normalización bilateral. El viernes, Castro se reunió en Manhattan con algunos de los legisladores demócratas y republicanos que más han trabajado a favor del restablecimiento de relaciones, entre ellos el senador demócrata Patrick Leahy, otro de los impulsores del acercamiento a Washington. Raúl Castro también recibió al gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, el primer gobernador que viajó a Cuba tras la normalización de relaciones.
Silvia Ayuso
Nueva York, El País
La verdadera prueba de fuego para Raúl Castro en Naciones Unidas llegará el lunes, cuando pronuncie su primer discurso como presidente de Cuba ante la Asamblea General anual. En plena normalización de relaciones con Estados Unidos, iniciado hace nueve meses, se buscará en cada palabra una señal sobre el estado del delicado proceso de deshielo tras más de medio siglo de tensiones. Su breve intervención este sábado, durante la Cumbre del Desarrollo Sostenible que precede al encuentro general, le sirvió tanto como precalentamiento como para dar pistas sobre su discurso central. Y Castro dejó claro que la condena al embargo estadounidense contra la isla seguirá siendo, pese a los gestos mutuos, una parte clave de la estrategia cubana en esta nueva etapa iniciada.
“El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE UU, la reapertura de embajadas y los cambios que el presidente Barack Obama ha declarado en la política hacia nuestro país constituyen un importante avance, que ha concitado el más alto apoyo de la comunidad internacional”, concedió Castro en su primera comparecencia ante el podio de la ONU.
“Sin embargo, persiste el bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba que causa daños y privaciones al pueblo cubano, es el principal obstáculo para el desarrollo económico de nuestro país, afecta a otras naciones por su alcance extraterritorial y continúa perjudicando los intereses de los ciudadanos y las compañías estadounidenses”, continuó.
El preestreno de Raúl Castro ante la ONU tuvo lugar en un día muy especial: otro 26 de septiembre, en 1960, era su hermano Fidel el que debutaba ante la ONU, con un discurso que desde entonces es recordado como el más largo de los 70 años de historia del organismo, cuatro horas y 29 minutos. El de su hermano menor se ajustó a las normas establecidas y no superó los siete minutos.
Fue además un precalentamiento cómodo: las políticas de desarrollo siempre fueron una prioridad en la Cuba de los Castro, que han hecho durante décadas de asuntos como la educación o la salud una cuestión de Estado. Cuba llegó a la cita que ha lanzado las nuevas metas para hacer del mundo un lugar menos pobre con los deberes cumplidos en materia de Objetivos del Milenio fijados hasta este 2015 “pese a todo”, como dijo Castro en referencia al embargo estadounidense. Un hito que le dio pie al presidente cubano para criticar los persistentes “niveles inaceptables de pobreza y desigualdad social, incluso en las propias naciones industrializadas”.
“La brecha entre el Norte y el Sur y la polarización de la riqueza se incrementan”, denunció Raúl Castro, que a la vez advirtió de que los medios para implementar la nueva agenda de desarrollo hasta 2030, “sin compromisos medibles ni calendarios, no son proporcionales al alcance de sus 17 objetivos de desarrollo sostenible”.
Raúl Castro se encuentra desde la tarde del jueves en Nueva York, en lo que constituye su primera visita a EE UU en más de medio siglo. Pese a las expectativas generadas por su presencia, mantiene una discreta pero intensa agenda con la que, además de encontrarse con aliados tradicionales como el presidente venezolano, Nicolás Maduro, también ha aprovechado para continuar la normalización bilateral. El viernes, Castro se reunió en Manhattan con algunos de los legisladores demócratas y republicanos que más han trabajado a favor del restablecimiento de relaciones, entre ellos el senador demócrata Patrick Leahy, otro de los impulsores del acercamiento a Washington. Raúl Castro también recibió al gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, el primer gobernador que viajó a Cuba tras la normalización de relaciones.