Así espía Estados Unidos el envío de armamento ruso a Siria
lanacion.com
Un satélite militar estadounidense fotografió la base aérea de Latakia, en territorio sirio, en la que se aprecia nuevos tanques, camiones, helicópteros y demás armamento que llega en los enormes aviones de carga rusos.
En la imagen se ven dos aviones AN124 Condor rusos, cuya nariz se abre para permitir el desembarco del equipamiento militar ruso al ejército sirio, clave en la lucha contra los extremistas rebeldes que buscan derrocar al presidente Bashar Al-Assad.
La implicación rusa en el conflicto en Siria no es precisamente nueva: desde su inicio, en la primavera de 2011, Moscú ha sido un leal aliado del gobierno de Bashar al Asad, al que ha apoyado tanto militar como diplomáticamente. Pero, para preocupación de Occidente, todo indica que Moscú ha decidido asumir un rol cada vez más protagónico.
O eso es, al menos, lo que teme el Pentágono, que recientemente alertó sobre un aumento de la presencia militar rusa en el país, así como sobre supuestos planes para instalar una base aérea en la región noroccidental de Latakia.
La principal razón de ese temor: aunque Moscú y Washington tienen un enemigo común en el autodenominado Estado Islámico, los gobiernos occidentales también ven a al Asad -quien ha sido acusado de haber empleado armas químicas en contra de su pueblo- como parte del problema.
Aliado histórico
La solución occidental, sin embargo, pasa por la salida de Bashar al Asad en favor de los opositores más moderados que también lo combaten. Pero el líder sirio es desde hace tiempo el principal aliado de Moscú en el Medio Oriente.
Y el presidente ruso, Vladimir Putin, ya dejó claro que no está dispuesto a dejarlo sólo en lo que insiste en caracterizar como una batalla por mantener la institucionalidad de Siria y en contra del fundamentalismo islámico.
"Nosotros continuaremos apoyando al gobierno sirio en su lucha contra la agresión terrorista", dijo Putin este martes en referencia a EI. "Le hemos proporcionado y le vamos a seguir proporcionándole la ayuda técnica militar que sea necesaria", reconoció Putin.
"Llamamos a otros países a sumarse a esta iniciativa", agregó además el mandatario, quien parece creer que el temor por el avance de EI puede usarse para conseguir un respiro para el gobierno de Damasco.
EE.UU. quiere dialogar
La Casa Blanca dijo hoy que estaba abierta a conversar con Rusia sobre Siria, tras el despliegue de tropas y de armamento pesado por parte de Moscú en este país en guerra. Estados Unidos quiere mantener "discusiones tácticas y prácticas", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Washington está alarmado desde hace semanas por el incremento de la presencia militar rusa con el fin de intensificar su ayuda al régimen del presidente Bashar al Asad, mientras Estados Unidos encabeza una coalición internacional contra el grupo jihadista Estado Islámico (EI). No está claro aún si estas conversaciones estarían a cargo de militares o civiles, o a qué nivel serían.
El diálogo militar entre Rusia y Estados Unidos está suspendido desde 2014, tras la anexión de parte de Ucrania por parte de Moscú. La Casa Blanca indicó que usaría las conversaciones para urgir a Rusia a centrar sus acciones en Siria en el combate al EI.
Un satélite militar estadounidense fotografió la base aérea de Latakia, en territorio sirio, en la que se aprecia nuevos tanques, camiones, helicópteros y demás armamento que llega en los enormes aviones de carga rusos.
En la imagen se ven dos aviones AN124 Condor rusos, cuya nariz se abre para permitir el desembarco del equipamiento militar ruso al ejército sirio, clave en la lucha contra los extremistas rebeldes que buscan derrocar al presidente Bashar Al-Assad.
La implicación rusa en el conflicto en Siria no es precisamente nueva: desde su inicio, en la primavera de 2011, Moscú ha sido un leal aliado del gobierno de Bashar al Asad, al que ha apoyado tanto militar como diplomáticamente. Pero, para preocupación de Occidente, todo indica que Moscú ha decidido asumir un rol cada vez más protagónico.
O eso es, al menos, lo que teme el Pentágono, que recientemente alertó sobre un aumento de la presencia militar rusa en el país, así como sobre supuestos planes para instalar una base aérea en la región noroccidental de Latakia.
La principal razón de ese temor: aunque Moscú y Washington tienen un enemigo común en el autodenominado Estado Islámico, los gobiernos occidentales también ven a al Asad -quien ha sido acusado de haber empleado armas químicas en contra de su pueblo- como parte del problema.
Aliado histórico
La solución occidental, sin embargo, pasa por la salida de Bashar al Asad en favor de los opositores más moderados que también lo combaten. Pero el líder sirio es desde hace tiempo el principal aliado de Moscú en el Medio Oriente.
Y el presidente ruso, Vladimir Putin, ya dejó claro que no está dispuesto a dejarlo sólo en lo que insiste en caracterizar como una batalla por mantener la institucionalidad de Siria y en contra del fundamentalismo islámico.
"Nosotros continuaremos apoyando al gobierno sirio en su lucha contra la agresión terrorista", dijo Putin este martes en referencia a EI. "Le hemos proporcionado y le vamos a seguir proporcionándole la ayuda técnica militar que sea necesaria", reconoció Putin.
"Llamamos a otros países a sumarse a esta iniciativa", agregó además el mandatario, quien parece creer que el temor por el avance de EI puede usarse para conseguir un respiro para el gobierno de Damasco.
EE.UU. quiere dialogar
La Casa Blanca dijo hoy que estaba abierta a conversar con Rusia sobre Siria, tras el despliegue de tropas y de armamento pesado por parte de Moscú en este país en guerra. Estados Unidos quiere mantener "discusiones tácticas y prácticas", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Washington está alarmado desde hace semanas por el incremento de la presencia militar rusa con el fin de intensificar su ayuda al régimen del presidente Bashar al Asad, mientras Estados Unidos encabeza una coalición internacional contra el grupo jihadista Estado Islámico (EI). No está claro aún si estas conversaciones estarían a cargo de militares o civiles, o a qué nivel serían.
El diálogo militar entre Rusia y Estados Unidos está suspendido desde 2014, tras la anexión de parte de Ucrania por parte de Moscú. La Casa Blanca indicó que usaría las conversaciones para urgir a Rusia a centrar sus acciones en Siria en el combate al EI.