Miles de iraquíes se manifiestan contra la corrupción
Bagdad, AP
Miles de iraquíes desafiaron el abrasador calor de verano para realizar el viernes una enorme manifestación en el centro de Bagdad, en la que exigieron al primer ministro que disuelva el Parlamento y despida a funcionarios corruptos.
Fuerzas de seguridad y policías antimotines acordonaron la emblemática Plaza Tahrir y revisaron a todas las personas que ingresaron en la zona, sin embargo decenas de miles de hombres, mujeres y niños atestaron el extenso lugar mientras numerosos manifestantes ondeaba banderas iraquíes.
"En nombre de la religión, los ladrones nos roban", gritaron a coro hasta la llegada de la noche.
Hombres de las Fuerzas de Movilización Popular (también conocidas como PMU), el grupo formado predominantemente por milicias chiítas, llegaron en camiones y distribuyeron entre los manifestantes botellas con agua fría.
Su gesto fue recibido con gritos de apoyo a la fuerza paramilitar que está combatiendo actualmente al grupo Estado Islámico. El PMU fue formado apresuradamente el año pasado, con milicias preexistentes y voluntarios, para reforzar a las fuerzas militares iraquíes después de que se desmoronaron ante la ofensiva relampagueante del grupo extremista sunita que se apoderó de una tercera parte del territorio del país.
"¡El gobierno está robando también a las Fuerzas de Movilización!", gritaron los manifestantes, mientras muchos combatientes del PMU reclamaban que no estaban recibiendo el salario prometido.
Éste es el segundo viernes de protestas en Bagdad y todo Irak en las que la gente exigió inicialmente a las autoridades que resuelvan los problemas crónicos del suministro eléctrico en momentos en que la temperatura en la capital rebasó los 50 grados Celsius (123 Fahrenheit).
Pero ante la poca acción del gobierno dominado por los chiitas después de las manifestaciones de la semana pasada, se intensificó la exigencia de cambios a nivel de gobierno.
Al acercarse el primer aniversario de la asunción de Haider al-Abadi como primer ministro, éste afronta como mayor reto a la fecha la crisis económica y la inhabilitante guerra contra el grupo Estado Islámico que estrangula los servicios internos.
El descontento va en aumento, incluso entre la mayoría chiíta del país, como lo muestran las protestas escenificadas en diversas ciudades desde Bagdad a Basora.
"Un cambio, eso es lo que necesitamos", dijo el profesor de escuela Najlaa Malek, uno de los manifestantes presentes en la plaza el viernes. "Los problemas en este país son demasiados para enlistarlos. Y nuestras autoridades hablan mucho pero luego no hacen nada para resolverlos".
Los manifestantes corresponden a diversas afiliaciones políticas y religiosas; los organizadores de la protesta dijeron que aproximadamente 75% de los participantes eran liberales, comunistas, vinculados a varios grupos políticos para jóvenes, o independientes. Participaron además sindicatos de profesionales en tanto que los miembros del sindicato de abogados marcharon por la plaza con su túnica judicial mientras exigían el respeto a los derechos humanos elementales.
Miles de iraquíes desafiaron el abrasador calor de verano para realizar el viernes una enorme manifestación en el centro de Bagdad, en la que exigieron al primer ministro que disuelva el Parlamento y despida a funcionarios corruptos.
Fuerzas de seguridad y policías antimotines acordonaron la emblemática Plaza Tahrir y revisaron a todas las personas que ingresaron en la zona, sin embargo decenas de miles de hombres, mujeres y niños atestaron el extenso lugar mientras numerosos manifestantes ondeaba banderas iraquíes.
"En nombre de la religión, los ladrones nos roban", gritaron a coro hasta la llegada de la noche.
Hombres de las Fuerzas de Movilización Popular (también conocidas como PMU), el grupo formado predominantemente por milicias chiítas, llegaron en camiones y distribuyeron entre los manifestantes botellas con agua fría.
Su gesto fue recibido con gritos de apoyo a la fuerza paramilitar que está combatiendo actualmente al grupo Estado Islámico. El PMU fue formado apresuradamente el año pasado, con milicias preexistentes y voluntarios, para reforzar a las fuerzas militares iraquíes después de que se desmoronaron ante la ofensiva relampagueante del grupo extremista sunita que se apoderó de una tercera parte del territorio del país.
"¡El gobierno está robando también a las Fuerzas de Movilización!", gritaron los manifestantes, mientras muchos combatientes del PMU reclamaban que no estaban recibiendo el salario prometido.
Éste es el segundo viernes de protestas en Bagdad y todo Irak en las que la gente exigió inicialmente a las autoridades que resuelvan los problemas crónicos del suministro eléctrico en momentos en que la temperatura en la capital rebasó los 50 grados Celsius (123 Fahrenheit).
Pero ante la poca acción del gobierno dominado por los chiitas después de las manifestaciones de la semana pasada, se intensificó la exigencia de cambios a nivel de gobierno.
Al acercarse el primer aniversario de la asunción de Haider al-Abadi como primer ministro, éste afronta como mayor reto a la fecha la crisis económica y la inhabilitante guerra contra el grupo Estado Islámico que estrangula los servicios internos.
El descontento va en aumento, incluso entre la mayoría chiíta del país, como lo muestran las protestas escenificadas en diversas ciudades desde Bagdad a Basora.
"Un cambio, eso es lo que necesitamos", dijo el profesor de escuela Najlaa Malek, uno de los manifestantes presentes en la plaza el viernes. "Los problemas en este país son demasiados para enlistarlos. Y nuestras autoridades hablan mucho pero luego no hacen nada para resolverlos".
Los manifestantes corresponden a diversas afiliaciones políticas y religiosas; los organizadores de la protesta dijeron que aproximadamente 75% de los participantes eran liberales, comunistas, vinculados a varios grupos políticos para jóvenes, o independientes. Participaron además sindicatos de profesionales en tanto que los miembros del sindicato de abogados marcharon por la plaza con su túnica judicial mientras exigían el respeto a los derechos humanos elementales.