Estados Unidos da apoyo aéreo a sus aliados rebeldes en Siria
La Casa Blanca autoriza que la aviación estadounidense defienda a los insurgentes moderados entrenados y armados por el Pentágono
Joan Faus
Washington, El País
Estados Unidos expande su estrategia militar en Siria. El Gobierno de Barack Obama aprobó recientemente que la aviación estadounidense ayude, en tareas ofensivas y defensivas, a los rebeldes moderados sirios entrenados y armados por el Pentágono.
El Departamento de Defensa ha empezado a prestar apoyo aéreo a los insurgentes, después de que, el viernes, estos fueran atacados por la filial de Al Qaeda en Siria. El objetivo de esos rebeldes es luchar contra el Estado Islámico (EI), pero el Pentágono podría defenderlos de cualquier agresor, incluido el Ejército del régimen sirio.
El respaldo desde el aire a los insurgentes moderados entrenados por el Pentágono se conoció este lunes, a las dos semanas de que entraran por primera vez en Siria. Y a la semana siguiente de que EE UU y Turquía anunciaran un plan para crear a lo largo de la porosa frontera turcosiria una zona libre de la presencia de los yihadistas suníes del EI.
El objetivo de los rebeldes es luchar contra el Estado Islámico, pero el Pentágono podría defenderlos también del Ejército sirio
El ataque del Frente al Nusra, la filial de Al Qaeda, consuma el inicio errático del programa del Pentágono con rebeldes moderados. Desde que arrancó en mayo, solo 60 combatientes han sido entrenados tras un exhaustivo filtro para descartar extremistas. La cifra queda lejos del objetivo inicial de reclutar entre 3.000 y 5.000 combatientes al año.
Y una vez sobre el terreno en Siria, las dificultades se han multiplicado: al margen del ataque del viernes —que fue “repelido” con éxito, según el Pentágono, y que contó con ayuda aérea—, Al Nusra asegura haber capturado días antes a otros insurgentes que, alega, fueron adiestrados por la CIA y comunicaban objetivos a bombardear a la aviación estadounidense. Un portavoz de la agencia de inteligencia consultado por este periódico declinó hacer comentarios sobre el caso.
Rusia advierte de no atacar al Ejército de El Asad
Tras conocerse la ampliación de la estrategia estadounidense en Siria, el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, advirtió este lunes a Washington de que un hipotético bombardeo contra el Ejército sirio complicaría la lucha contra el Estado Islámico, informa la agencia Reuters.
Moscú es uno de los principales aliados de Damasco. De visita en Qatar, Lavrov dijo que el EI es el mayor peligro en Siria y volvió a abogar por un diálogo entre todas las partes para acabar con la guerra civil siria.
Este inicio tormentoso evidencia los enormes desafíos de la estrategia de Washington en el laberinto sirio. El país árabe lleva cuatro años sumido en una guerra civil que ha causado al menos 230.000 muertos y ha desatado una pugna entre el régimen de Bachar el Asad, grupos yihadistas y una amalgama de debilitadas milicias moderadas.
Desde septiembre, EE UU y varios países árabes bombardean posiciones en Siria del EI, que también es enemigo de El Asad. Dada la animadversión con Damasco, EE UU carece en Siria —a diferencia de Irak, donde también bombardea a los yihadistas— de asesores militares.
Washington fía cualquier avance terrestre a la lucha de los rebeldes entrenados en Jordania y Turquía. Su misión es “primero y principalmente” combatir al EI, según explica por teléfono la comandante Elissa Smith, portavoz del Departamento de Defensa estadounidense. El Ejército sirio no es un objetivo, lo que incomoda a algunas facciones opositoras.
Pero la entrada en Siria de los insurgentes entrenados por el Pentágono supone el inicio de una nueva era. “Se está proporcionando a estas fuerzas una amplia gama de apoyo de la coalición en su misión de contrarrestar al EI, lo que incluye apoyo defensivo para protegerlas”, dijo este lunes en un correo electrónico Alistair Baskey, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
El apoyo aéreo se inició tras un ataque de la filial de Al Qaeda en Siria a los rebeldes entrenados por EE UU
Baskey declinó detallar el alcance de ese apoyo defensivo, pero subrayó que se tomarán “los pasos necesarios para garantizar que estas fuerzas [rebeldes] puedan llevar a cabo exitosamente su misión”.
El diario The Wall Street Journal publicó este lunes, citando a un alto cargo militar estadounidense, que la medida aprobada por Obama autoriza defender a los rebeldes de cualquier atacante, ya sea el EI, Al Nusra o el régimen de El Asad. “No buscamos enfrentar al régimen, pero nos hemos comprometido a ayudar a defender a esta gente”, dijo la fuente.
Una confrontación con las fuerzas oficiales supondría alterar los frágiles equilibrios en el polvorín sirio, donde hay enemigos entrecruzados y alianzas tácitas con otros enemigos. Washington —que en 2013 estuvo a punto de bombardear sus posiciones— parece ser consciente de que, si cae el régimen de El Asad (cuya salida sigue pidiendo oficialmente), el caos se agravará.
Hasta ahora, el Ejército sirio ha atacado tanto al EI como a la amalgama de grupos insurgentes moderados. Contra esos insurgentes también luchan el EI y Al Nusra, que, a su vez, combaten entre sí después de que el primero se escindiera de Al Qaeda. Y ahora, los rebeldes entrenados por EE UU pueden ser un nuevo blanco para todos.
En estos 11 meses de bombardeos contra el EI, Washington ha insistido en que no se coordina con Damasco. El régimen no ha desafiado, hasta ahora, el apoyo aéreo de EE UU a las milicias, como las kurdas, que combaten a los yihadistas suníes.
Joan Faus
Washington, El País
Estados Unidos expande su estrategia militar en Siria. El Gobierno de Barack Obama aprobó recientemente que la aviación estadounidense ayude, en tareas ofensivas y defensivas, a los rebeldes moderados sirios entrenados y armados por el Pentágono.
El Departamento de Defensa ha empezado a prestar apoyo aéreo a los insurgentes, después de que, el viernes, estos fueran atacados por la filial de Al Qaeda en Siria. El objetivo de esos rebeldes es luchar contra el Estado Islámico (EI), pero el Pentágono podría defenderlos de cualquier agresor, incluido el Ejército del régimen sirio.
El respaldo desde el aire a los insurgentes moderados entrenados por el Pentágono se conoció este lunes, a las dos semanas de que entraran por primera vez en Siria. Y a la semana siguiente de que EE UU y Turquía anunciaran un plan para crear a lo largo de la porosa frontera turcosiria una zona libre de la presencia de los yihadistas suníes del EI.
El objetivo de los rebeldes es luchar contra el Estado Islámico, pero el Pentágono podría defenderlos también del Ejército sirio
El ataque del Frente al Nusra, la filial de Al Qaeda, consuma el inicio errático del programa del Pentágono con rebeldes moderados. Desde que arrancó en mayo, solo 60 combatientes han sido entrenados tras un exhaustivo filtro para descartar extremistas. La cifra queda lejos del objetivo inicial de reclutar entre 3.000 y 5.000 combatientes al año.
Y una vez sobre el terreno en Siria, las dificultades se han multiplicado: al margen del ataque del viernes —que fue “repelido” con éxito, según el Pentágono, y que contó con ayuda aérea—, Al Nusra asegura haber capturado días antes a otros insurgentes que, alega, fueron adiestrados por la CIA y comunicaban objetivos a bombardear a la aviación estadounidense. Un portavoz de la agencia de inteligencia consultado por este periódico declinó hacer comentarios sobre el caso.
Rusia advierte de no atacar al Ejército de El Asad
Tras conocerse la ampliación de la estrategia estadounidense en Siria, el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, advirtió este lunes a Washington de que un hipotético bombardeo contra el Ejército sirio complicaría la lucha contra el Estado Islámico, informa la agencia Reuters.
Moscú es uno de los principales aliados de Damasco. De visita en Qatar, Lavrov dijo que el EI es el mayor peligro en Siria y volvió a abogar por un diálogo entre todas las partes para acabar con la guerra civil siria.
Este inicio tormentoso evidencia los enormes desafíos de la estrategia de Washington en el laberinto sirio. El país árabe lleva cuatro años sumido en una guerra civil que ha causado al menos 230.000 muertos y ha desatado una pugna entre el régimen de Bachar el Asad, grupos yihadistas y una amalgama de debilitadas milicias moderadas.
Desde septiembre, EE UU y varios países árabes bombardean posiciones en Siria del EI, que también es enemigo de El Asad. Dada la animadversión con Damasco, EE UU carece en Siria —a diferencia de Irak, donde también bombardea a los yihadistas— de asesores militares.
Washington fía cualquier avance terrestre a la lucha de los rebeldes entrenados en Jordania y Turquía. Su misión es “primero y principalmente” combatir al EI, según explica por teléfono la comandante Elissa Smith, portavoz del Departamento de Defensa estadounidense. El Ejército sirio no es un objetivo, lo que incomoda a algunas facciones opositoras.
Pero la entrada en Siria de los insurgentes entrenados por el Pentágono supone el inicio de una nueva era. “Se está proporcionando a estas fuerzas una amplia gama de apoyo de la coalición en su misión de contrarrestar al EI, lo que incluye apoyo defensivo para protegerlas”, dijo este lunes en un correo electrónico Alistair Baskey, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
El apoyo aéreo se inició tras un ataque de la filial de Al Qaeda en Siria a los rebeldes entrenados por EE UU
Baskey declinó detallar el alcance de ese apoyo defensivo, pero subrayó que se tomarán “los pasos necesarios para garantizar que estas fuerzas [rebeldes] puedan llevar a cabo exitosamente su misión”.
El diario The Wall Street Journal publicó este lunes, citando a un alto cargo militar estadounidense, que la medida aprobada por Obama autoriza defender a los rebeldes de cualquier atacante, ya sea el EI, Al Nusra o el régimen de El Asad. “No buscamos enfrentar al régimen, pero nos hemos comprometido a ayudar a defender a esta gente”, dijo la fuente.
Una confrontación con las fuerzas oficiales supondría alterar los frágiles equilibrios en el polvorín sirio, donde hay enemigos entrecruzados y alianzas tácitas con otros enemigos. Washington —que en 2013 estuvo a punto de bombardear sus posiciones— parece ser consciente de que, si cae el régimen de El Asad (cuya salida sigue pidiendo oficialmente), el caos se agravará.
Hasta ahora, el Ejército sirio ha atacado tanto al EI como a la amalgama de grupos insurgentes moderados. Contra esos insurgentes también luchan el EI y Al Nusra, que, a su vez, combaten entre sí después de que el primero se escindiera de Al Qaeda. Y ahora, los rebeldes entrenados por EE UU pueden ser un nuevo blanco para todos.
En estos 11 meses de bombardeos contra el EI, Washington ha insistido en que no se coordina con Damasco. El régimen no ha desafiado, hasta ahora, el apoyo aéreo de EE UU a las milicias, como las kurdas, que combaten a los yihadistas suníes.