Obama insta a Kenia a trabajar sobre su duro pasado
Nairobi, AP
El presidente Barack Obama dijo el domingo que Kenia está en una encrucijada y le instó a "escoger la senda del progreso" y continuar su lucha contra la corrupción, la desigualdad y la exclusión de mujeres y niñas.
El mandatario estadounidense cerró su histórica visita al país donde nació su padre con un discurso en el que elogió los grandes progresos de Kenia, incluso en el tiempo que ha pasado desde que él nació. Sin embargo, afirmó, el país puede ir incluso más allá.
"Pueden elegir la senda del progreso, pero requiere tomar algunas decisiones importantes", dijo Obama en un discurso a miles de keniatas que abarrotaron un estadio cubierto en Nairobi.
Miles de personas se acercaron al recorrido que siguió el convoy de Obama hasta el recinto, y el discurso se emitió en directo por la televisión local.
Obama se convirtió el primer presidente estadounidense en el cargo que visita Kenia con su llegada la semana pasada, años después de su primera legislatura y cuando muchos empezaban a impacientarse esperando el regreso de un hombre al que consideran hijo del país. Obama había visitado Kenia en 2006 cuando era senador.
Al concluir su visita a Kenia el domingo en la tarde se dirigió hacia Etiopía, a donde arribó dos horas después a la capital Addis Ababa, donde se reunió con diplomáticos en la embajada estadounidense.
En el estadio en Kenia donde ofreció su discurso fue presentado por Auma Obama, su medio hermana por lado paterno, y que lo describió como "mi hermano, su hermano, nuestro hijo".
Obama describió en sus palabras la evolución de Kenia desde el colonialismo y el aislamiento a la independencia y el compromiso global desde que obtuvo la independencia de los británicos hace unos 50 años, en diciembre de 1963.
Sin embargo, señaló, hay desafíos por delante. El presidente instó a los kenianos, y en especial a sus líderes futuros, a combatir la corrupción y los conflictos tribales, crear oportunidades para todos, mejorar la educación y la atención sanitaria, tratar mejor a las mujeres y afrontar la amenaza del terrorismo.
"Cuando se trata de la gente de Kenia, en especial los jóvenes, creo que no hay límites a lo que ustedes pueden conseguir", dijo. "Dado el progreso de Kenia —dado a su potencial— ustedes pueden construir su futuro aquí mismo, ahora mismo".
El discurso tocó muchos de los mismos temas a los que se ha referido en visitas anteriores a África, en las que pidió a los líderes africanos a ganar fuerza y no acudir a otros para dar forma a su destino.
La corrupción, dijo, no es algo único de Kenia, pero su gran presencia en el país es un "cáncer" que frena todos los aspectos de la vida económica y civil como "un ancla".
Obama aludió a la floreciente economía keniata —una de las que crece más deprisa en África— y pidió que las ganancias económicas se compartan de forma más generalizada entre todos los ciudadanos.
También pidió el fin de las divisiones étnicas y tribales que, afirmó, están "condenadas a dividir nuestro país", y como hizo el sábado en sus reuniones con el presidente, Uhuru Kenyatta, instó a los líderes de Kenia a afrontar la amenaza terrorista que suponen los milicianos de al-Shabab que tienen su sede al otro lado de la frontera con Somalia. El grupo ha matado a decenas de personas en Kenia, en audaces atentados perpetrados en los últimos dos años.
Obama hizo hincapié en aumentar la tolerancia y el respeto por mujeres y niñas, y pidió el fin de la violencia contra las mujeres, de los matrimonios forzosos con niñas que deberían estar escolarizadas, de las agresiones sexuales y de la tradición conocida como "mutilación genital".
"Estas tradiciones pueden remontarse varios siglos atrás. No tienen lugar en el siglo XXI", afirmó.
Kenyatta ha tomado medidas para combatir la corrupción y suspendido a cuatro secretarios de su gobierno y 16 altos cargos por una investigación sobre malas prácticas. Pero las suspensiones han sido recibidas con escepticismo por el público, dado que en el pasado las suspensiones de funcionarios destacados no han llevado a que nadie sea procesado por un delito.
El presidente Barack Obama dijo el domingo que Kenia está en una encrucijada y le instó a "escoger la senda del progreso" y continuar su lucha contra la corrupción, la desigualdad y la exclusión de mujeres y niñas.
El mandatario estadounidense cerró su histórica visita al país donde nació su padre con un discurso en el que elogió los grandes progresos de Kenia, incluso en el tiempo que ha pasado desde que él nació. Sin embargo, afirmó, el país puede ir incluso más allá.
"Pueden elegir la senda del progreso, pero requiere tomar algunas decisiones importantes", dijo Obama en un discurso a miles de keniatas que abarrotaron un estadio cubierto en Nairobi.
Miles de personas se acercaron al recorrido que siguió el convoy de Obama hasta el recinto, y el discurso se emitió en directo por la televisión local.
Obama se convirtió el primer presidente estadounidense en el cargo que visita Kenia con su llegada la semana pasada, años después de su primera legislatura y cuando muchos empezaban a impacientarse esperando el regreso de un hombre al que consideran hijo del país. Obama había visitado Kenia en 2006 cuando era senador.
Al concluir su visita a Kenia el domingo en la tarde se dirigió hacia Etiopía, a donde arribó dos horas después a la capital Addis Ababa, donde se reunió con diplomáticos en la embajada estadounidense.
En el estadio en Kenia donde ofreció su discurso fue presentado por Auma Obama, su medio hermana por lado paterno, y que lo describió como "mi hermano, su hermano, nuestro hijo".
Obama describió en sus palabras la evolución de Kenia desde el colonialismo y el aislamiento a la independencia y el compromiso global desde que obtuvo la independencia de los británicos hace unos 50 años, en diciembre de 1963.
Sin embargo, señaló, hay desafíos por delante. El presidente instó a los kenianos, y en especial a sus líderes futuros, a combatir la corrupción y los conflictos tribales, crear oportunidades para todos, mejorar la educación y la atención sanitaria, tratar mejor a las mujeres y afrontar la amenaza del terrorismo.
"Cuando se trata de la gente de Kenia, en especial los jóvenes, creo que no hay límites a lo que ustedes pueden conseguir", dijo. "Dado el progreso de Kenia —dado a su potencial— ustedes pueden construir su futuro aquí mismo, ahora mismo".
El discurso tocó muchos de los mismos temas a los que se ha referido en visitas anteriores a África, en las que pidió a los líderes africanos a ganar fuerza y no acudir a otros para dar forma a su destino.
La corrupción, dijo, no es algo único de Kenia, pero su gran presencia en el país es un "cáncer" que frena todos los aspectos de la vida económica y civil como "un ancla".
Obama aludió a la floreciente economía keniata —una de las que crece más deprisa en África— y pidió que las ganancias económicas se compartan de forma más generalizada entre todos los ciudadanos.
También pidió el fin de las divisiones étnicas y tribales que, afirmó, están "condenadas a dividir nuestro país", y como hizo el sábado en sus reuniones con el presidente, Uhuru Kenyatta, instó a los líderes de Kenia a afrontar la amenaza terrorista que suponen los milicianos de al-Shabab que tienen su sede al otro lado de la frontera con Somalia. El grupo ha matado a decenas de personas en Kenia, en audaces atentados perpetrados en los últimos dos años.
Obama hizo hincapié en aumentar la tolerancia y el respeto por mujeres y niñas, y pidió el fin de la violencia contra las mujeres, de los matrimonios forzosos con niñas que deberían estar escolarizadas, de las agresiones sexuales y de la tradición conocida como "mutilación genital".
"Estas tradiciones pueden remontarse varios siglos atrás. No tienen lugar en el siglo XXI", afirmó.
Kenyatta ha tomado medidas para combatir la corrupción y suspendido a cuatro secretarios de su gobierno y 16 altos cargos por una investigación sobre malas prácticas. Pero las suspensiones han sido recibidas con escepticismo por el público, dado que en el pasado las suspensiones de funcionarios destacados no han llevado a que nadie sea procesado por un delito.