Las islas turísticas griegas también sufren la crisis económica

Limenas,Grecia, dpa
Los turistas pasean y se divierten en las playas de la isla griega vacacional de Tasos. Pero la primera impresión engaña y muchas de las hamacas están vacías estas semanas en la isla, situada a 20 kilómetros al sureste de Kavala.
Además no llegan suficientes veraneantes de países con un gran poder adquisitivo, como Reino Unido o Alemania, que podrían ayudar a aliviar la situación ante la próxima ola de recortes.
En la tienda de recuerdos de Spiros Voulgaridis, en la localidad de Limenas, los niños se entretienen con los juguetes de sus estanterías. Pero apenas se vende nada. Muchos clientes ni siquiera responden a su saludo de bienvenida, “gia sou”. “Si responden, muchos clientes tienen la sensación de que deben comprar algo”, explica el dueño, de 52 años.


Muchos de los turistas que llegan hasta allí proceden de Rumanía, Bulgaria y otros países balcánicos, y sus prespuestos para las vacaciones son a menudo limitados. Y los locales apenas viajan a la playa de Tasos los fines de semanas. “La gente tiene miedo del futuro y no tiene ánimo para irse de vacaciones”, lamenta el alcalde, Kostas Hatziemmanouil.

La tienda que Voulgaridis regenta junto a su mujer desde hace 20 años abre desde las diez de la mañana hasta la medianoche. Pero los ingresos bajan y los costes aumentan. “Estos días ganamos 50 euros (54 dólares) al día, una sexta parte de lo que ganábamos otros años. Hay seis semanas de temporada alta y con lo que saquemos en ellas tenemos que vivir y pagar el alquiler de todo el año”, explica “¿Y ahora hay más impuestos? ¿Cómo lo vamos a hacer?”, se lamenta.

El alcalde de Tasos confía en un tercer rescate para Grecia. Aunque esto suponga una nueva subida de impuestos, el regidor cree que esa ayuda podría implicar un nuevo comienzo para el país. “Un acuerdo ayudaría a mejorar el estado de ánimo y atraería a más turistas”, afirma convencido. “Creo que este acuerdo era necesario. Tenía que ocurrir. Tenemos que acatarlo y convertir ese acuerdo en el inicio de una solución real para la crisis”, agrega.

Pero el optimismo del alcalde es casi una excepción en la isla de 380 kilómetros cuadradados, en la que predomina el desaliento y la indignación.

Los seguidores del primer ministro Alexis Tsipras, que votaron “no” a nuevas reformas en el referéndum del 5 de julio, se sienten traicionados por su cambio de rumbo. “Votamos a Tsipras por un único motivo (…) y ahora hace lo contrario”, se queja Thanassis Mantzavelas. En opinión de este hotelero de 40 años, Grecia debería haberse declarado en bancarrota. “Entonces podríamos empezar de nuevo”, apunta. “Pero en lugar de eso volvemos a asumir créditos. Esta crisis ya dura cinco años y ahora se prolongará”.

Los habitantes de la isla creen que los turistas del oeste de Europa no viajan allí debido a las largas colas ante los cajeros automáticos y a los rumores sobre escasez de combustible.

Pero en el caso de los alemanes seguramente hay otro motivo. Y es que muchos griegos ponen mala cara con sólo escuchar el nombre de Angela Merkel. Para ellos la canciller alemana es la culpable de las políticas de austeridad. Pero aseguran que no se trata de nada personal y que los turistas alemanes siguen siendo bienvenidos.

Dos de ellos, Wolfgang y Silke Schenk, se lo pensaron bien antes de ir de vacaciones a Tasos con su hija. “Temíamos tener que llevar todo el dinero en efectivo y nos preocupaba el tema de la gasolina y de los ánimos caldeados”, reconoce Wolfgang Schenk. “Pero decidimos viajar porque amamos Grecia. La gente siempre fue agradable y no queríamos darles la espalda cuando nos necesitan”.

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