Bandera de Cuba flamea en Washington tras restablecimiento de relaciones diplomáticas
Washington, Reuters
La bandera cubana fue izada el lunes en la embajada de La Habana en Washington por primera vez en 54 años luego de que Estados Unidos y Cuba restablecieron formalmente sus relaciones, en un nuevo capítulo entre los ex enemigos de la Guerra Fría.
El ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, encabezó la ceremonia de reapertura de la embajada, un hito en el deshielo diplomático que comenzó con el anuncio realizado por los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, el 17 de diciembre.
Aún hay grandes diferencias entre Estados Unidas y el gobierno comunista de Cuba y se espera que los esfuerzos por lograr la normalización plena de los vínculos avancen lentamente. Pero la ceremonia estuvo cargada de simbolismos después de dos años de negociaciones entre ambos gobiernos.
"Solo la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero que tanto daño y privaciones ocasiona a nuestro pueblo, la devolución del territorio ocupado en Guantánamo y el respeto a la soberanía de Cuba darán sentido al hecho histórico que estamos viviendo hoy", dijo Rodríguez en su discurso.
El canciller habló en una recepción dentro de la embajada, que fue visitada por el líder revolucionario Fidel Castro poco meses después de que tomó el poder con su revolución en 1959. El funcionario dijo que la bandera cubana que colgaba fuera de la embajada cuando fue cerrada en 1961 ahora será exhibida dentro.
Poco antes, una guardia de honor de tres hombres marchó frente a la embajada, donde la bandera cubana fue montada. Durante el izamiento de la enseña, un grupo numeroso de gente exclamaba "Cuba sí, embargo no" y otro más pequeño gritaba "Cuba sí, Fidel no"; más tarde se entonó el himno nacional de la isla.
"Ratificamos la voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de las relaciones con los Estados Unidos, con ánimo constructivo, pero sin menoscabo alguno a nuestra independencia, ni injerencia en asuntos que pertenecen a la exclusiva soberanía de los cubanos", apuntó Rodríguez.
"NUEVO COMIENZO"
En La Habana, la embajada de Estados Unidos también reabrió automáticamente. Su personal tenía nuevas credenciales y tarjetas de presentación y el sitio web, la cuenta de Twitter y la página de Facebook de la misión habían cambiado.
Pero no habrá una ceremonia oficial de izamiento de la bandera de rayas y estrellas hasta que el secretario de Estado, John Kerry, visite la isla el 14 de agosto.
En una señal de deseo para dejar atrás más de medio siglo de enemistad, Kerry recibió en el Departamento de Estado a su homólogo Rodríguez, quien se convirtió en el primer canciller en visitar Washington desde la Revolución Cubana de 1959.
Kerry más tarde llamó a un "nuevo comienzo" en las relaciones entre los dos gobiernos y dijo que el camino hacia la normalización será "largo y complejo".
El portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest dijo a periodistas que la administración estaba "esperanzada" de que Cuba en los próximos años comience a mostrar respeto por los derechos humanos básicos.
Desde 1977, los países sólo tenían en La Habana y Washington una sección de intereses para tratar temas de bajo perfil.
El proceso de normalización enfrenta retos como las diferencias de perspectiva sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, el deseo de La Habana de mantener un control estricto sobre su sociedad y la economía dirigida por el Estado, el persistente embargo económico estadounidense contra Cuba y la presencia militar norteamericana en Guantánamo.
Más de 500 personas, incluyendo funcionarios de la administración de Obama, legisladores estadounidenses y una gran delegación cubana participaron de la ceremonia en Washington, en la mansión de casi un siglo de antigüedad que fue convertida de nuevo en la embajada de Cuba.
La delegación estadounidense fue encabezada por la subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson.
Más temprano, y sin fanfarria, empleados de mantenimiento colgaron la bandera cubana en el lobby del Departamento de Estado estadounidense. La enseña se sumó a los colores de otros países con los que Estados Unidos tiene vínculos diplomáticos.
En La Habana, unos 100 cubanos, turistas y cubano-estadounidenses se reunieron frente al edificio de embajada estadounidense sosteniendo pequeñas banderas de Estados Unidos. "Bienvenido EEUU", decía uno de los pequeños carteles que sujetaba una cubana.
A la reapertura de la embajada en Washington no fueron políticos anticastristas, como los senadores Marco Rubio y Bob Menendez, que han criticado el acercamiento de Obama a la isla. Estuvieron presentes, en cambio, aquellos legisladores que apoyaron el restablecimiento de vínculos.
"Hemos esperado mucho tiempo para este día", dijo el senador Patrick Leahy. "Esto es sólo el comienzo".
La bandera cubana fue izada el lunes en la embajada de La Habana en Washington por primera vez en 54 años luego de que Estados Unidos y Cuba restablecieron formalmente sus relaciones, en un nuevo capítulo entre los ex enemigos de la Guerra Fría.
El ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, encabezó la ceremonia de reapertura de la embajada, un hito en el deshielo diplomático que comenzó con el anuncio realizado por los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, el 17 de diciembre.
Aún hay grandes diferencias entre Estados Unidas y el gobierno comunista de Cuba y se espera que los esfuerzos por lograr la normalización plena de los vínculos avancen lentamente. Pero la ceremonia estuvo cargada de simbolismos después de dos años de negociaciones entre ambos gobiernos.
"Solo la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero que tanto daño y privaciones ocasiona a nuestro pueblo, la devolución del territorio ocupado en Guantánamo y el respeto a la soberanía de Cuba darán sentido al hecho histórico que estamos viviendo hoy", dijo Rodríguez en su discurso.
El canciller habló en una recepción dentro de la embajada, que fue visitada por el líder revolucionario Fidel Castro poco meses después de que tomó el poder con su revolución en 1959. El funcionario dijo que la bandera cubana que colgaba fuera de la embajada cuando fue cerrada en 1961 ahora será exhibida dentro.
Poco antes, una guardia de honor de tres hombres marchó frente a la embajada, donde la bandera cubana fue montada. Durante el izamiento de la enseña, un grupo numeroso de gente exclamaba "Cuba sí, embargo no" y otro más pequeño gritaba "Cuba sí, Fidel no"; más tarde se entonó el himno nacional de la isla.
"Ratificamos la voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de las relaciones con los Estados Unidos, con ánimo constructivo, pero sin menoscabo alguno a nuestra independencia, ni injerencia en asuntos que pertenecen a la exclusiva soberanía de los cubanos", apuntó Rodríguez.
"NUEVO COMIENZO"
En La Habana, la embajada de Estados Unidos también reabrió automáticamente. Su personal tenía nuevas credenciales y tarjetas de presentación y el sitio web, la cuenta de Twitter y la página de Facebook de la misión habían cambiado.
Pero no habrá una ceremonia oficial de izamiento de la bandera de rayas y estrellas hasta que el secretario de Estado, John Kerry, visite la isla el 14 de agosto.
En una señal de deseo para dejar atrás más de medio siglo de enemistad, Kerry recibió en el Departamento de Estado a su homólogo Rodríguez, quien se convirtió en el primer canciller en visitar Washington desde la Revolución Cubana de 1959.
Kerry más tarde llamó a un "nuevo comienzo" en las relaciones entre los dos gobiernos y dijo que el camino hacia la normalización será "largo y complejo".
El portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest dijo a periodistas que la administración estaba "esperanzada" de que Cuba en los próximos años comience a mostrar respeto por los derechos humanos básicos.
Desde 1977, los países sólo tenían en La Habana y Washington una sección de intereses para tratar temas de bajo perfil.
El proceso de normalización enfrenta retos como las diferencias de perspectiva sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, el deseo de La Habana de mantener un control estricto sobre su sociedad y la economía dirigida por el Estado, el persistente embargo económico estadounidense contra Cuba y la presencia militar norteamericana en Guantánamo.
Más de 500 personas, incluyendo funcionarios de la administración de Obama, legisladores estadounidenses y una gran delegación cubana participaron de la ceremonia en Washington, en la mansión de casi un siglo de antigüedad que fue convertida de nuevo en la embajada de Cuba.
La delegación estadounidense fue encabezada por la subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson.
Más temprano, y sin fanfarria, empleados de mantenimiento colgaron la bandera cubana en el lobby del Departamento de Estado estadounidense. La enseña se sumó a los colores de otros países con los que Estados Unidos tiene vínculos diplomáticos.
En La Habana, unos 100 cubanos, turistas y cubano-estadounidenses se reunieron frente al edificio de embajada estadounidense sosteniendo pequeñas banderas de Estados Unidos. "Bienvenido EEUU", decía uno de los pequeños carteles que sujetaba una cubana.
A la reapertura de la embajada en Washington no fueron políticos anticastristas, como los senadores Marco Rubio y Bob Menendez, que han criticado el acercamiento de Obama a la isla. Estuvieron presentes, en cambio, aquellos legisladores que apoyaron el restablecimiento de vínculos.
"Hemos esperado mucho tiempo para este día", dijo el senador Patrick Leahy. "Esto es sólo el comienzo".