Al menos ocho pedidos esperan al Papa Francisco a su llegada a Bolivia
La Paz, Erbol
Al menos ocho son los pedidos que le esperan al Papa Francisco a su llegada al país. Se trata de sectores y personas que tienen demandas pendientes con el Gobierno y sólo faltan dos días para el arribo del Santo Padre.
Pese a que hace unos días el presidente Evo Morales pidió a los movimientos sociales “no chantajear” al Gobierno con sus demandas durante la estadía del Pontífice, algunos sectores mantienen sus pedidos y generan un clima de tensión en el territorio nacional.
Uno de estos sectores movilizados es el Comité Cívico Potosinista (Comcipo), que ratificó sus medidas de presión en demanda de atención a su pliego petitorio regional que se centra en proyectos de desarrollo para el departamento.
“El paro indefinido se reactiva y la marcha llegará a la sede de Gobierno (esta semana)”, dijo su principal dirigente, Jhonny Llally.
Comcipo reinició su paro indefinido en la capital potosina, mientras que un grupo reducido de cívicos continúa en una la hacia la Sede de Gobierno, la cual se espera que llegue al centro político del país en los próximos días.
Por otro lado, la pasada semana se dio a conocer que al menos cien indígenas de las comunidades del río Isiboro llegaron a la ciudad de Santa Cruz para denunciar ante el Papa Francisco, durante su visita al país, lo que consideran una vulneración a sus derechos de parte del Gobierno central.
La principal protesta de este sector se centra en el rechazo a la construcción por medio del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Asimismo, los familiares de los implicados en el caso terrorismo también anunciaron que harán conocer de forma pública su pedido de amnistía a favor de lo que llaman como “perseguidos políticos”.
“Queremos que el Papa se entere del drama que están viviendo las 34 familias cruceñas de los presos y perseguidos de este caso que lleva más de 6 años en proceso de investigación. El Gobierno siempre va a tergiversar este tema y queremos hacer escuchar nuestra voz”, señaló Olivia Bustillos, directora de la organización Juventud Cívica de Santa Cruz.
De igual manera, se conoció que Leopoldo Fernández, exprefecto de Pando, remitió una carta al Pontífice en la que explica su caso y solicita amnistía para los “presos políticos”. Fernández está acusado por los hechos del Porvenir, registrados el 11 de septiembre del 2008, fecha en la que se enfrentaron campesinos con miembros del Comité Cívico y funcionarios de la Prefectura.
Un grupo de suboficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas (FFAA), que fue retirado después de sus movilizaciones públicas por pedir reformas en las normas castrenses, también se suma a esta lista de demandas que se intentará conocer al Papa Francisco a su llegada a Bolivia.
“Hay más de 25 uniformados que fueron retirados de las FFAA, hubo tres encarcelados y nosotros sólo pedimos algo que era justo para nuestra institución, pero todo esto lo va a conocer el Papa”, señaló un suboficial retirado en un contacto con ERBOL, quien pidió mantener en reserva su identidad.
El entrevistado aseguró que este grupo de sancionados se sumará a la protesta pública que pretenden hacer Roberto de la Cruz, en representación de las víctimas de la masacre de Octubre 2003, el exmagistrado Gualberto Cusi y los enfermos con cáncer.
“Ellos van a reclamar la injusticia que han vivido estos años después de la matanza de Octubre, los derechos humanos vulnerados del señor (Gualberto) Cusi y los enfermos de cáncer, la falta de equipos, medicamentos, la pobreza en los hospitales, en sí la falta de interés que hay en el Gobierno para tantos sectores”, apuntó.
Mirada internacional
El periódico chileno La Tercera publicó un análisis de los conflictos latentes en Sudamérica que coinciden con la visita del Santo Padre en esta región del mundo. Según el matutino extranjero, el medio ambiente y la demanda marítima boliviana son los puntos tensos que se generan en el país a la llegada del Papa Francisco.
Después que el Pontífice publicara su encíclica sobre el Medio Ambiente, el presidente Evo Morales enfrenta tensiones con grupos ecologistas por su decisión de autorizar la explotación petrolera en todas las áreas que actualmente están protegidas.
Incluso el mandatario amenazó con expulsar del país a todas las ONG que se oponen al desarrollo industrial.
Sólo ese tema ya adelanta tensiones, aunque la Iglesia insiste que será la reconciliación y la pobreza -la tasa de pobreza en el país supera el 45%- lo que debe marcar la visita.
”La pobreza extrema que se vive en esta “periferia” es muy dolorosa, desgarra el corazón. Y eso tiene consecuencias directas sobre las familias”, señaló a La Tercera, Marcelo Rojo, vicario del Opus Dei en Bolivia.
Pero al margen de ello, hay también otros factores que han atraído la atención, especialmente, en Chile.
Esto porque en el plano internacional el Mandatario ha apostado en posicionar el reclamo marítimo boliviano con una fuerte campaña comunicacional e incluso durante su última audiencia con el Papa en el Vaticano señaló que Francisco le había pedido “documentación” sobre la demanda.
Por ello, pese a que el Vaticano como el propio Morales han dicho que la visita es netamente pastoral, el tema ronda en el ambiente.
Esta semana incluso el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que el Papa espera que ambos países solucionen sus problemas “en la perspectiva de la paz” y reiteró que no se referirá al asunto durante el viaje. Para el analista boliviano Carlos Cordero no es necesario que Francisco aborde el tema en Bolivia para lograr un impacto mediático.
“Basta que Morales diga que el Papa apoya la demanda. La Iglesia no saldrá a negarlo, las aclaraciones se harán en privado”, dice.
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Eugenio Scarpellini, llamó a no instrumentalizar una visita cuyo objetivo es reavivar la fe católica en un país donde pese a que el 76% profesa esa religión, su predominio ha ido bajando y los evangélicos hoy son casi el 20%.
Incluso el propio Morales tuvo duros roces con la jerarquía católica, en un principio, a la que acusó de ser “oposición” a su gobierno.
Sin embargo, en el último tiempo recompuso las relaciones y varios analistas bolivianos no descartan que el mandatario busque aprovechar los réditos obtenidos por la visita del Papa Francisco para el creciente debate sobre una reforma que permita una nueva reelección (ver entrevista).
“Desde ya, sorprende que un gobierno que empezó enfrentado con la Iglesia, hoy sea uno de los más entusiasmados con la visita del Papa”, dice Bernardo Pacheco Bleichner, representante de la organización Voces Católicas en Bolivia.
Dos hechos más podrían marcar la visita. En La Paz, el Papa rendirá homenaje al sacerdote jesuita Luis Espinel, asesinado en 1980 por el régimen de Luis García Meza.
Además, en Santa Cruz vistará a los reclusos de la cárcel de Palmasola, en una práctica ya habitual en la agenda papal.
Al menos ocho son los pedidos que le esperan al Papa Francisco a su llegada al país. Se trata de sectores y personas que tienen demandas pendientes con el Gobierno y sólo faltan dos días para el arribo del Santo Padre.
Pese a que hace unos días el presidente Evo Morales pidió a los movimientos sociales “no chantajear” al Gobierno con sus demandas durante la estadía del Pontífice, algunos sectores mantienen sus pedidos y generan un clima de tensión en el territorio nacional.
Uno de estos sectores movilizados es el Comité Cívico Potosinista (Comcipo), que ratificó sus medidas de presión en demanda de atención a su pliego petitorio regional que se centra en proyectos de desarrollo para el departamento.
“El paro indefinido se reactiva y la marcha llegará a la sede de Gobierno (esta semana)”, dijo su principal dirigente, Jhonny Llally.
Comcipo reinició su paro indefinido en la capital potosina, mientras que un grupo reducido de cívicos continúa en una la hacia la Sede de Gobierno, la cual se espera que llegue al centro político del país en los próximos días.
Por otro lado, la pasada semana se dio a conocer que al menos cien indígenas de las comunidades del río Isiboro llegaron a la ciudad de Santa Cruz para denunciar ante el Papa Francisco, durante su visita al país, lo que consideran una vulneración a sus derechos de parte del Gobierno central.
La principal protesta de este sector se centra en el rechazo a la construcción por medio del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Asimismo, los familiares de los implicados en el caso terrorismo también anunciaron que harán conocer de forma pública su pedido de amnistía a favor de lo que llaman como “perseguidos políticos”.
“Queremos que el Papa se entere del drama que están viviendo las 34 familias cruceñas de los presos y perseguidos de este caso que lleva más de 6 años en proceso de investigación. El Gobierno siempre va a tergiversar este tema y queremos hacer escuchar nuestra voz”, señaló Olivia Bustillos, directora de la organización Juventud Cívica de Santa Cruz.
De igual manera, se conoció que Leopoldo Fernández, exprefecto de Pando, remitió una carta al Pontífice en la que explica su caso y solicita amnistía para los “presos políticos”. Fernández está acusado por los hechos del Porvenir, registrados el 11 de septiembre del 2008, fecha en la que se enfrentaron campesinos con miembros del Comité Cívico y funcionarios de la Prefectura.
Un grupo de suboficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas (FFAA), que fue retirado después de sus movilizaciones públicas por pedir reformas en las normas castrenses, también se suma a esta lista de demandas que se intentará conocer al Papa Francisco a su llegada a Bolivia.
“Hay más de 25 uniformados que fueron retirados de las FFAA, hubo tres encarcelados y nosotros sólo pedimos algo que era justo para nuestra institución, pero todo esto lo va a conocer el Papa”, señaló un suboficial retirado en un contacto con ERBOL, quien pidió mantener en reserva su identidad.
El entrevistado aseguró que este grupo de sancionados se sumará a la protesta pública que pretenden hacer Roberto de la Cruz, en representación de las víctimas de la masacre de Octubre 2003, el exmagistrado Gualberto Cusi y los enfermos con cáncer.
“Ellos van a reclamar la injusticia que han vivido estos años después de la matanza de Octubre, los derechos humanos vulnerados del señor (Gualberto) Cusi y los enfermos de cáncer, la falta de equipos, medicamentos, la pobreza en los hospitales, en sí la falta de interés que hay en el Gobierno para tantos sectores”, apuntó.
Mirada internacional
El periódico chileno La Tercera publicó un análisis de los conflictos latentes en Sudamérica que coinciden con la visita del Santo Padre en esta región del mundo. Según el matutino extranjero, el medio ambiente y la demanda marítima boliviana son los puntos tensos que se generan en el país a la llegada del Papa Francisco.
Después que el Pontífice publicara su encíclica sobre el Medio Ambiente, el presidente Evo Morales enfrenta tensiones con grupos ecologistas por su decisión de autorizar la explotación petrolera en todas las áreas que actualmente están protegidas.
Incluso el mandatario amenazó con expulsar del país a todas las ONG que se oponen al desarrollo industrial.
Sólo ese tema ya adelanta tensiones, aunque la Iglesia insiste que será la reconciliación y la pobreza -la tasa de pobreza en el país supera el 45%- lo que debe marcar la visita.
”La pobreza extrema que se vive en esta “periferia” es muy dolorosa, desgarra el corazón. Y eso tiene consecuencias directas sobre las familias”, señaló a La Tercera, Marcelo Rojo, vicario del Opus Dei en Bolivia.
Pero al margen de ello, hay también otros factores que han atraído la atención, especialmente, en Chile.
Esto porque en el plano internacional el Mandatario ha apostado en posicionar el reclamo marítimo boliviano con una fuerte campaña comunicacional e incluso durante su última audiencia con el Papa en el Vaticano señaló que Francisco le había pedido “documentación” sobre la demanda.
Por ello, pese a que el Vaticano como el propio Morales han dicho que la visita es netamente pastoral, el tema ronda en el ambiente.
Esta semana incluso el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que el Papa espera que ambos países solucionen sus problemas “en la perspectiva de la paz” y reiteró que no se referirá al asunto durante el viaje. Para el analista boliviano Carlos Cordero no es necesario que Francisco aborde el tema en Bolivia para lograr un impacto mediático.
“Basta que Morales diga que el Papa apoya la demanda. La Iglesia no saldrá a negarlo, las aclaraciones se harán en privado”, dice.
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Eugenio Scarpellini, llamó a no instrumentalizar una visita cuyo objetivo es reavivar la fe católica en un país donde pese a que el 76% profesa esa religión, su predominio ha ido bajando y los evangélicos hoy son casi el 20%.
Incluso el propio Morales tuvo duros roces con la jerarquía católica, en un principio, a la que acusó de ser “oposición” a su gobierno.
Sin embargo, en el último tiempo recompuso las relaciones y varios analistas bolivianos no descartan que el mandatario busque aprovechar los réditos obtenidos por la visita del Papa Francisco para el creciente debate sobre una reforma que permita una nueva reelección (ver entrevista).
“Desde ya, sorprende que un gobierno que empezó enfrentado con la Iglesia, hoy sea uno de los más entusiasmados con la visita del Papa”, dice Bernardo Pacheco Bleichner, representante de la organización Voces Católicas en Bolivia.
Dos hechos más podrían marcar la visita. En La Paz, el Papa rendirá homenaje al sacerdote jesuita Luis Espinel, asesinado en 1980 por el régimen de Luis García Meza.
Además, en Santa Cruz vistará a los reclusos de la cárcel de Palmasola, en una práctica ya habitual en la agenda papal.