Smedberg: el hijo de un exiliado político es la figura de Bolivia
Smedberg-Dalence es su apellido. Juega de centrocampista en el Goteborg sueco y tiene 31 años. Hasta aquí todo bien. Lo raro viene a continuación. Con ese nombre, con 1,87 de estatura, diez centímetros más que la media del equipo, es la estrella de Bolivia en la Copa América. Un sueco nacido en Norrkoping. Un boliviano con raíces en Oruro. Según se mire. Y con una historia detrás.<
Su padre, Ramiro Dalence, originario de esta ciudad al oeste de Bolivia, tuvo que huir del país a principios de los 80 por motivos políticos. La dictadura de Luis García Meza se recrudecía por aquel entonces y se vio obligado a pedir exilio. Suecia, en la otra parte del mundo, se lo concedió. Nada hacía pensar que su matrimonio con una sueca, Britt-Marie Smedberg, y la posterior familia que tuvieron en Hammarkullen devolvería a Ramiro y a su apellido boliviano a la palestra.
Pero así es. Martin, el hijo de ambos, futbolista profesional en Suecia con una dilatada trayectoria, aceptó la propuesta de la federación boliviana y a los 30 años se vistió por primera vez la camiseta de la Verde. Había sido internacional en categorías inferiores con Suecia, pero nunca con la absoluta. Recuperó el apellido de su padre y lo unió al de su madre, el que siempre había utilizado por “seguridad”.
La convocatoria para la Copa América fue todo un acontecimiento y le permitió pisar Bolivia por primera vez en su vida. “Por supuesto que contesté que sí. Soy ciudadano sueco, pero una gran parte de mis raíces están en Bolivia. Incluso tengo parientes allí. Mi padre es de Oruro. Todos los papeles están en orden. Es un privilegio jugar como boliviano”.
Dicho y hecho. Su gol y asistencia ante Ecuador evidencian que el sueco de Oruro, el boliviano de Norrkoping, están llamados a hacer historia en el torneo. De momento, con cuatro puntos, Bolivia ya acaricia los cuartos de final 18 años después. Lo celebran los Dalence y también los Smedberg. Así de peculiar es el fútbol
