Seis millones de dólares por 25 años en la cárcel por un crimen que no cometió
Javier Taeño | Gaceta trotamundos
Algo más de 6 millones de dólares (5,5 millones de euros) por 25 años de vida. Así a priori el cambio no parece muy interesante, ya que pese a garantizarte desde este momento una posición acomodada sin tener que sufrir por llegar a fin de mes, lo entregado es muchísimo. Bien lo sabe Jonathan Fleming, que pasó miles de días, de horas y minutos encerrado en la cárcel por un crimen que no cometió. Ahora el dinero ayuda a empezar una nueva vida, pero todas las cosas que se ha perdido no van a volver nunca más.
Para entender el caso hay que volver al año 1989 cuando se produjo la muerte de Darryl Rush en el barrio de Brooklyn, en Williamsburg (Nueva York). Era el 15 de agosto y este hombre moría acribillado a tiros. La fiscalía, con el testimonio de una testigo, culpó a Fleming del asesinato tras una supuesta pelea entre ambos. Pero había un problema en esta versión: que Jonathan no solo no había cometido el crimen, sino que ni siquiera estaba en Nueva York en esa fecha.
Su defensa presentó los billetes de avión, postales, fotos y demás recuerdos que mostraban que se encontraba de vacaciones en Disney World en Orlando (Florida), por lo que era imposible la acusación. Sin embargo todas estas pruebas no demostraban que justamente en el momento del crimen no estaba en la ciudad neoyorquina, por lo que el juez decidió condenarlo.
Fueron años duros, muy difíciles en los que este hombre, que en la actualidad tiene 52 años, se perdió los cumpleaños de sus hijos, la posibilidad de cuidar a su madre que estaba enferma y todas las cosas que hace una persona en libertad. Pero él sabía que era inocente. Finalmente la testigo se retractó de su acusación y admitió que había mentido, pero fue un recibo, que se encontraba en el bolsillo de Fleming en el momento de la detención, el que hizo que se reabriese el caso.
Fleming juega con el hijo de su abogado (AP)Fleming juega con el hijo de su abogado (AP)
Era un pago que el acusado había hecho en Florida apenas 5 horas antes del asesinato. Fue liberado en el mes de abril de 2014 en un mundo muy distinto al que él había conocido: sin móviles, sin tecnologías… Estaba arruinado y solo le quedaban 93 dólares en el bolsillo, pero una vez más la sociedad estadounidense respondió.
Y es que el concepto de buen samaritano está muy implantado en la cultura americana, por lo que una campaña para ayudarle recaudó la friolera de unos 49.000 dólares. Lo increíble fue que la campaña había empezado con el objetivo de recaudar 10.000.
Empezó entonces una batalla legal para intentar recuperar esos años, los momentos no podían volver, pero un poco de justicia podía llegar a través de una indemnización. Sus abogados reclamaban a la ciudad 162 millones, aunque finalmente el veredicto judicial dejó la cantidad en 6,25. Dinero de sobra para intentar empezar de nuevo a los 52, aunque de ellos haya pasado casi la mitad en prisión.
Algo más de 6 millones de dólares (5,5 millones de euros) por 25 años de vida. Así a priori el cambio no parece muy interesante, ya que pese a garantizarte desde este momento una posición acomodada sin tener que sufrir por llegar a fin de mes, lo entregado es muchísimo. Bien lo sabe Jonathan Fleming, que pasó miles de días, de horas y minutos encerrado en la cárcel por un crimen que no cometió. Ahora el dinero ayuda a empezar una nueva vida, pero todas las cosas que se ha perdido no van a volver nunca más.
Para entender el caso hay que volver al año 1989 cuando se produjo la muerte de Darryl Rush en el barrio de Brooklyn, en Williamsburg (Nueva York). Era el 15 de agosto y este hombre moría acribillado a tiros. La fiscalía, con el testimonio de una testigo, culpó a Fleming del asesinato tras una supuesta pelea entre ambos. Pero había un problema en esta versión: que Jonathan no solo no había cometido el crimen, sino que ni siquiera estaba en Nueva York en esa fecha.
Su defensa presentó los billetes de avión, postales, fotos y demás recuerdos que mostraban que se encontraba de vacaciones en Disney World en Orlando (Florida), por lo que era imposible la acusación. Sin embargo todas estas pruebas no demostraban que justamente en el momento del crimen no estaba en la ciudad neoyorquina, por lo que el juez decidió condenarlo.
Fueron años duros, muy difíciles en los que este hombre, que en la actualidad tiene 52 años, se perdió los cumpleaños de sus hijos, la posibilidad de cuidar a su madre que estaba enferma y todas las cosas que hace una persona en libertad. Pero él sabía que era inocente. Finalmente la testigo se retractó de su acusación y admitió que había mentido, pero fue un recibo, que se encontraba en el bolsillo de Fleming en el momento de la detención, el que hizo que se reabriese el caso.
Fleming juega con el hijo de su abogado (AP)Fleming juega con el hijo de su abogado (AP)
Era un pago que el acusado había hecho en Florida apenas 5 horas antes del asesinato. Fue liberado en el mes de abril de 2014 en un mundo muy distinto al que él había conocido: sin móviles, sin tecnologías… Estaba arruinado y solo le quedaban 93 dólares en el bolsillo, pero una vez más la sociedad estadounidense respondió.
Y es que el concepto de buen samaritano está muy implantado en la cultura americana, por lo que una campaña para ayudarle recaudó la friolera de unos 49.000 dólares. Lo increíble fue que la campaña había empezado con el objetivo de recaudar 10.000.
Empezó entonces una batalla legal para intentar recuperar esos años, los momentos no podían volver, pero un poco de justicia podía llegar a través de una indemnización. Sus abogados reclamaban a la ciudad 162 millones, aunque finalmente el veredicto judicial dejó la cantidad en 6,25. Dinero de sobra para intentar empezar de nuevo a los 52, aunque de ellos haya pasado casi la mitad en prisión.