Obama y Merkel hacen frente común contra Putin en el G-7
EE UU y Alemania pactan mantener las sanciones hasta que Rusia cumpla el plan de paz
Luis Doncel
Elmau, El País
El idílico paisaje de las montañas bávaras sirvió ayer como escenario para ratificar la unidad del G-7 ante la crisis ucrania. Antes de recibir a sus otros invitados, la anfitriona, la canciller Angela Merkel, abordó con el presidente Barack Obama la necesidad de reformas en Grecia. Pero del encuentro sale sobre todo el compromiso de ambos de mantener las sanciones a Rusia hasta que el presidente ruso, Vladímir Putin, cumpla el acuerdo de paz de Minsk y respete la integridad territorial de Ucrania.
Obama llegaba a Alemania con un mensaje claro. Frente a los halcones que en su país le piden suministrar armas a Ucrania con las que hacer frente a los separatistas rusos, el presidente de EE UU busca un compromiso europeo de que no se va a rebajar la presión sobre Putin. “En estos dos días discutiremos sobre nuestro futuro compartido (…) y sobre cómo parar la agresión rusa en Ucrania”, dijo el presidente en la plaza de Krün, un pequeño pueblo que le recibió con sus 1.800 vecinos vestidos con los trajes tradicionales bávaros y en el que compartió con Merkel salchichas y cervezas (sin alcohol).
El pacto para mantener las sanciones a Rusia hasta que cumpla los compromisos firmados en Minsk —del que informaron fuentes estadounidenses y que el Gobierno alemán ni confirmó ni desmintió— da aún más razones para que los líderes europeos prorroguen las sanciones hasta finales de año en el Consejo del próximo 25 de junio, algo que ya estaba previsto. Tras los enfrentamientos en el este de Ucrania de los últimos días, los que abogan por aligerar las sanciones se han quedado casi sin argumentos.
De Elmau —el palacio en el que tiene lugar la reunión de los líderes de Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá, además de EE UU y Alemania— salieron ayer otros mensajes de dureza contra Putin. El primer ministro británico, David Cameron, pidió hacer todo lo posible por mantener la unidad y dar “una dura respuesta a la agresión respaldada por Rusia”. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, fue más allá cuando dijo que si algún socio planteaba revisar el régimen de las sanciones europeas, sería para reforzarlas. El polaco lanzaba así un aviso a los Estados de la UE —entre ellos Italia, representado en la cumbre por su primer ministro, Matteo Renzi— que abogan por una actitud más laxa hacia Rusia.
Merkel recibe al líder estadounidense en plena tormenta política interna por el escándalo de las escuchas estadounidenses y, sobre todo, la colaboración de los servicios secretos alemanes. A estos problemas se refirió la canciller cuando en su breve recibimiento a Obama mencionó “las diferencias de opinión que tenemos hoy”.
Además de Rusia, Obama y Merkel también abordaron la crisis griega. El presidente, según señaló el portavoz de la Casa Blanca, recordó a la canciller la importancia de que Atenas y sus socios europeos encuentren una solución “que no cause volatilidad en los mercados”. Una vez más, Washington tira de las orejas a Europa para recordar la importancia de evitar que un país que representa el 2% del PIB de la UE acabe provocando un accidente que ponga en riesgo la recuperación económica y la estabilidad en la región.
Palabras duras para Putin y Tsipras
Donald Tusk (presidente del Consejo Europeo): “Si debatimos cambiar el régimen de las sanciones [a Rusia], sería solo para endurecerlo".
David Cameron (primer ministro británico): “Confío en que la UE se muestre unida frente a la agresión respaldada por Rusia”.
Jean-Claude Juncker (presidente de la Comisión Europea): “Alexis Tsipras [el primer ministro griego] es y será mi amigo. Pero la amistad requiere unas normas mínimas”.
Luis Doncel
Elmau, El País
El idílico paisaje de las montañas bávaras sirvió ayer como escenario para ratificar la unidad del G-7 ante la crisis ucrania. Antes de recibir a sus otros invitados, la anfitriona, la canciller Angela Merkel, abordó con el presidente Barack Obama la necesidad de reformas en Grecia. Pero del encuentro sale sobre todo el compromiso de ambos de mantener las sanciones a Rusia hasta que el presidente ruso, Vladímir Putin, cumpla el acuerdo de paz de Minsk y respete la integridad territorial de Ucrania.
Obama llegaba a Alemania con un mensaje claro. Frente a los halcones que en su país le piden suministrar armas a Ucrania con las que hacer frente a los separatistas rusos, el presidente de EE UU busca un compromiso europeo de que no se va a rebajar la presión sobre Putin. “En estos dos días discutiremos sobre nuestro futuro compartido (…) y sobre cómo parar la agresión rusa en Ucrania”, dijo el presidente en la plaza de Krün, un pequeño pueblo que le recibió con sus 1.800 vecinos vestidos con los trajes tradicionales bávaros y en el que compartió con Merkel salchichas y cervezas (sin alcohol).
El pacto para mantener las sanciones a Rusia hasta que cumpla los compromisos firmados en Minsk —del que informaron fuentes estadounidenses y que el Gobierno alemán ni confirmó ni desmintió— da aún más razones para que los líderes europeos prorroguen las sanciones hasta finales de año en el Consejo del próximo 25 de junio, algo que ya estaba previsto. Tras los enfrentamientos en el este de Ucrania de los últimos días, los que abogan por aligerar las sanciones se han quedado casi sin argumentos.
De Elmau —el palacio en el que tiene lugar la reunión de los líderes de Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá, además de EE UU y Alemania— salieron ayer otros mensajes de dureza contra Putin. El primer ministro británico, David Cameron, pidió hacer todo lo posible por mantener la unidad y dar “una dura respuesta a la agresión respaldada por Rusia”. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, fue más allá cuando dijo que si algún socio planteaba revisar el régimen de las sanciones europeas, sería para reforzarlas. El polaco lanzaba así un aviso a los Estados de la UE —entre ellos Italia, representado en la cumbre por su primer ministro, Matteo Renzi— que abogan por una actitud más laxa hacia Rusia.
Merkel recibe al líder estadounidense en plena tormenta política interna por el escándalo de las escuchas estadounidenses y, sobre todo, la colaboración de los servicios secretos alemanes. A estos problemas se refirió la canciller cuando en su breve recibimiento a Obama mencionó “las diferencias de opinión que tenemos hoy”.
Además de Rusia, Obama y Merkel también abordaron la crisis griega. El presidente, según señaló el portavoz de la Casa Blanca, recordó a la canciller la importancia de que Atenas y sus socios europeos encuentren una solución “que no cause volatilidad en los mercados”. Una vez más, Washington tira de las orejas a Europa para recordar la importancia de evitar que un país que representa el 2% del PIB de la UE acabe provocando un accidente que ponga en riesgo la recuperación económica y la estabilidad en la región.
Palabras duras para Putin y Tsipras
Donald Tusk (presidente del Consejo Europeo): “Si debatimos cambiar el régimen de las sanciones [a Rusia], sería solo para endurecerlo".
David Cameron (primer ministro británico): “Confío en que la UE se muestre unida frente a la agresión respaldada por Rusia”.
Jean-Claude Juncker (presidente de la Comisión Europea): “Alexis Tsipras [el primer ministro griego] es y será mi amigo. Pero la amistad requiere unas normas mínimas”.