Montañera celebra sobrevivir sismo en Malasia que mató a 13
Kuala Lumpur, AP
Equipos de rescate en el pico más alto de Malasia buscaban el domingo a seis montañeros tras recuperar los cuerpos de 13 víctimas de un fuerte terremoto que atrapó a decenas de alpinistas. Una sobreviviente dijo haber esperado un helicóptero de rescate que nunca llegó.
Un temblor de magnitud 5,9 lanzó el viernes rocas y grandes piedras sobre las rutas de senderismo en el monte Kinabalu, de 4.095 metros (13.425 pies) de altura. El lugar se encuentra en el estado occidental de Saba, en la isla de Borneo.
Nueve de los cadáveres hallados el sábado fueron trasladados en helicóptero y los otros dos se bajaron a pie, indicó Farhan Lee Abdulá, de la policía del distrito.
La mayor parte de los escaladores descendió de las montañas el sábado de madrugada, de noche, algunos con huesos rotos y uno en coma.
Amanda Peter señaló que los guías locales dijeron a su grupo de 21 montañeros que un helicóptero los recogería, pero cuando esto no ocurrió decidieron caminar tras una frustrante espera de nueve horas.
"Había riesgo de que muriéramos ahí arriba de frío durante la noche", dijo la montañera, de 23 años y procedente de Saba. "El guía dijo que podíamos morir de espera o morir intentándolo. Así que todos decidimos intentar el descenso a pie".
La testigo dijo haber visto dos cuerpos tendidos en una roca plana durante su trayecto. "Me afectó mucho, porque podría haber sido yo. Tuve suerte de recibir una oportunidad de vivir", dijo.
El descenso fue "muy arriesgado, y todos estábamos hambrientos, deshidratados y cansados, pero al menos intentamos salvarnos a nosotros mismos".
En su cuenta de Twitter, el ministro de Turismo de Saba, Masidi Manjun, dijo que "es fácil criticar los puntos débiles" de la operación de rescate, y que "estoy seguro de que hay muchos".
Estos problemas serán estudiados, señaló, pero "ahora no es el momento de buscar culpables".
Los dos cadáveres recuperados el viernes pertenecían a un guía local de 30 años y un estudiante singapurense de 12 años, señaló Farhan.
La policía dijo el sábado por la mañana que buscaba a otras 17 personas, incluidos ocho singapurenses y otras tres personas procedentes de China, Filipinas y Japón. El resto eran malasios. Las nacionalidades de los 11 muertos recuperados el sábado no estaban claras en un primer momento.
Unos 60 rescatistas y cuatro helicópteros peinaban la montaña, donde piedras y grandes rocas desplazadas durante el terremoto bloqueaban la ruta principal.
El temblor también dañó carreteras edificios, incluidas escuelas y un hospital en la costa oeste de Saba.
El vice primer ministro de Saba, Joseph Pairin Kitingan, atribuyó la tragedia a un grupo de 10 extranjeros que "mostraron una falta de respeto a la montaña sagrada" al posar desnudos en la cima la semana pasada. Kittingan señaló que se realizará un ritual especial para "aplacar al espíritu de la montaña".
Los extranjeros, entre los que había dos canadienses, dos holandeses y un alemán, se separaron de su grupo y se desnudaron antes de hacerse fotos en la cima de la montaña el 30 de mayo, según las autoridades.
Se cree que cinco de los turistas siguen en Malasia y se les impedirá marchar, acusados de indecencia grave, según la policía.
Equipos de rescate en el pico más alto de Malasia buscaban el domingo a seis montañeros tras recuperar los cuerpos de 13 víctimas de un fuerte terremoto que atrapó a decenas de alpinistas. Una sobreviviente dijo haber esperado un helicóptero de rescate que nunca llegó.
Un temblor de magnitud 5,9 lanzó el viernes rocas y grandes piedras sobre las rutas de senderismo en el monte Kinabalu, de 4.095 metros (13.425 pies) de altura. El lugar se encuentra en el estado occidental de Saba, en la isla de Borneo.
Nueve de los cadáveres hallados el sábado fueron trasladados en helicóptero y los otros dos se bajaron a pie, indicó Farhan Lee Abdulá, de la policía del distrito.
La mayor parte de los escaladores descendió de las montañas el sábado de madrugada, de noche, algunos con huesos rotos y uno en coma.
Amanda Peter señaló que los guías locales dijeron a su grupo de 21 montañeros que un helicóptero los recogería, pero cuando esto no ocurrió decidieron caminar tras una frustrante espera de nueve horas.
"Había riesgo de que muriéramos ahí arriba de frío durante la noche", dijo la montañera, de 23 años y procedente de Saba. "El guía dijo que podíamos morir de espera o morir intentándolo. Así que todos decidimos intentar el descenso a pie".
La testigo dijo haber visto dos cuerpos tendidos en una roca plana durante su trayecto. "Me afectó mucho, porque podría haber sido yo. Tuve suerte de recibir una oportunidad de vivir", dijo.
El descenso fue "muy arriesgado, y todos estábamos hambrientos, deshidratados y cansados, pero al menos intentamos salvarnos a nosotros mismos".
En su cuenta de Twitter, el ministro de Turismo de Saba, Masidi Manjun, dijo que "es fácil criticar los puntos débiles" de la operación de rescate, y que "estoy seguro de que hay muchos".
Estos problemas serán estudiados, señaló, pero "ahora no es el momento de buscar culpables".
Los dos cadáveres recuperados el viernes pertenecían a un guía local de 30 años y un estudiante singapurense de 12 años, señaló Farhan.
La policía dijo el sábado por la mañana que buscaba a otras 17 personas, incluidos ocho singapurenses y otras tres personas procedentes de China, Filipinas y Japón. El resto eran malasios. Las nacionalidades de los 11 muertos recuperados el sábado no estaban claras en un primer momento.
Unos 60 rescatistas y cuatro helicópteros peinaban la montaña, donde piedras y grandes rocas desplazadas durante el terremoto bloqueaban la ruta principal.
El temblor también dañó carreteras edificios, incluidas escuelas y un hospital en la costa oeste de Saba.
El vice primer ministro de Saba, Joseph Pairin Kitingan, atribuyó la tragedia a un grupo de 10 extranjeros que "mostraron una falta de respeto a la montaña sagrada" al posar desnudos en la cima la semana pasada. Kittingan señaló que se realizará un ritual especial para "aplacar al espíritu de la montaña".
Los extranjeros, entre los que había dos canadienses, dos holandeses y un alemán, se separaron de su grupo y se desnudaron antes de hacerse fotos en la cima de la montaña el 30 de mayo, según las autoridades.
Se cree que cinco de los turistas siguen en Malasia y se les impedirá marchar, acusados de indecencia grave, según la policía.