Brainard de Fed dice que problemas mundiales afectan a EEUU, podrían aplazar subida de tasas
Washington, Reuters
Podría ser imposible para la Reserva Federal subir las tasas de interés hasta que mejore la economía del resto del mundo, dijo el martes Lael Brainard, miembro de su Junta de Gobernadores, en el reconocimiento más directo hasta ahora de cuánto podrían maniatar los mercados globales al banco central estadounidense.
Brainard, muy atenta al impacto de la globalización por su anterior cargo como jefa de asuntos internacionales del Departamento del Tesoro, presentó un mundo en el que un dólar fuerte, una débil demanda exterior e, incluso, los salarios en China están retrasando la recuperación de Estados Unidos y, potencialmente, frenando los avances de la Fed hacia una normalización de la política monetaria.
Ante la ausencia de pruebas contrarias convincentes, Brainard dijo que el pobre desempeño del Producto Interno Bruto de Estados Unidos en el primer trimestre podría indicar una desaceleración más permanente, por lo que la Fed debía entrar en una fase de "espera vigilante" antes de subir las tasas.
Sus palabras pesaron sobre las ya escasas probabilidades de que la Fed suba las tasas en la reunión de junio del comité que fija la política monetaria del banco central, y podrían aplazar de forma indefinida una decisión que parecía segura para el otoño boreal.
"El impulso subyacente de la recuperación está demostrando ser relativamente susceptible a los sucesivos vientos en contra", señaló Brainard.
Los riesgos asociados con un posible cese de pagos de Grecia, la desaceleración en China y los continuos problemas de Europa "podrían durar algún tiempo", agregó.
"Es valiosa una espera vigilante mientras los datos adicionales ayudan a aclarar el impulso subyacente de la economía", indicó.
Brainard lleva un año en la junta de gobernadores de la Fed, con un perfil público relativamente bajo. Pero el martes usó un discurso en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales para ofrecer sus declaraciones más amplias sobre política hasta la fecha, poniendo un tono pesimista sobre los asuntos que mejor conoce.
La economista indicó que en vista de la fortaleza del dólar, el impacto de los bajos precios del petróleo sobre la inversión en energía en Estados Unidos y otros factores, el momento para una subida de las tasas podría estar aún muy lejano.
"Estamos sufriendo corrientes cruzadas del exterior que afectan a nuestra recuperación y a la respuesta política", dijo Brainard. "Las exportaciones netas han sido un gran lastre. Esto significa que las manufacturas son más débiles de lo que deberían y esto se transmite al mercado laboral".
Sus comentarios la alejaron de un destacado grupo de funcionarios de la Fed que cree que los efectos internacionales en Estados Unidos serán "transitorios" y, en particular, que los bajos precios del petróleo animarán el gasto de los consumidores.
Brainard no descartó de forma explícita una subida de tasas este año, pero también advirtió que el decepcionante crecimiento del primer trimestre podría ser algo más que una excepción, y dijo que se está haciendo más difícil de lo esperado para la Fed "discrepar" y empezar a subir las tasas cuando el resto de la economía mundial no está teniendo un buen desempeño.
"Los limitados datos a mano relativos al segundo trimestre no sugieren un repunte significativo en el gasto agregado", señaló. "Sería difícil (...) ignorar la posibilidad de que haya un freno más significativo en la economía".
El comité que fija la política monetaria de la Fed se reúne este mes y por vez primera desde la crisis tendrá la puerta abierta a un alza de las tasas. Funcionarios de la institución dijeron que es improbable una subida en junio, mientras los inversores apuntan a diciembre como la fecha probable del despegue.
Podría ser imposible para la Reserva Federal subir las tasas de interés hasta que mejore la economía del resto del mundo, dijo el martes Lael Brainard, miembro de su Junta de Gobernadores, en el reconocimiento más directo hasta ahora de cuánto podrían maniatar los mercados globales al banco central estadounidense.
Brainard, muy atenta al impacto de la globalización por su anterior cargo como jefa de asuntos internacionales del Departamento del Tesoro, presentó un mundo en el que un dólar fuerte, una débil demanda exterior e, incluso, los salarios en China están retrasando la recuperación de Estados Unidos y, potencialmente, frenando los avances de la Fed hacia una normalización de la política monetaria.
Ante la ausencia de pruebas contrarias convincentes, Brainard dijo que el pobre desempeño del Producto Interno Bruto de Estados Unidos en el primer trimestre podría indicar una desaceleración más permanente, por lo que la Fed debía entrar en una fase de "espera vigilante" antes de subir las tasas.
Sus palabras pesaron sobre las ya escasas probabilidades de que la Fed suba las tasas en la reunión de junio del comité que fija la política monetaria del banco central, y podrían aplazar de forma indefinida una decisión que parecía segura para el otoño boreal.
"El impulso subyacente de la recuperación está demostrando ser relativamente susceptible a los sucesivos vientos en contra", señaló Brainard.
Los riesgos asociados con un posible cese de pagos de Grecia, la desaceleración en China y los continuos problemas de Europa "podrían durar algún tiempo", agregó.
"Es valiosa una espera vigilante mientras los datos adicionales ayudan a aclarar el impulso subyacente de la economía", indicó.
Brainard lleva un año en la junta de gobernadores de la Fed, con un perfil público relativamente bajo. Pero el martes usó un discurso en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales para ofrecer sus declaraciones más amplias sobre política hasta la fecha, poniendo un tono pesimista sobre los asuntos que mejor conoce.
La economista indicó que en vista de la fortaleza del dólar, el impacto de los bajos precios del petróleo sobre la inversión en energía en Estados Unidos y otros factores, el momento para una subida de las tasas podría estar aún muy lejano.
"Estamos sufriendo corrientes cruzadas del exterior que afectan a nuestra recuperación y a la respuesta política", dijo Brainard. "Las exportaciones netas han sido un gran lastre. Esto significa que las manufacturas son más débiles de lo que deberían y esto se transmite al mercado laboral".
Sus comentarios la alejaron de un destacado grupo de funcionarios de la Fed que cree que los efectos internacionales en Estados Unidos serán "transitorios" y, en particular, que los bajos precios del petróleo animarán el gasto de los consumidores.
Brainard no descartó de forma explícita una subida de tasas este año, pero también advirtió que el decepcionante crecimiento del primer trimestre podría ser algo más que una excepción, y dijo que se está haciendo más difícil de lo esperado para la Fed "discrepar" y empezar a subir las tasas cuando el resto de la economía mundial no está teniendo un buen desempeño.
"Los limitados datos a mano relativos al segundo trimestre no sugieren un repunte significativo en el gasto agregado", señaló. "Sería difícil (...) ignorar la posibilidad de que haya un freno más significativo en la economía".
El comité que fija la política monetaria de la Fed se reúne este mes y por vez primera desde la crisis tendrá la puerta abierta a un alza de las tasas. Funcionarios de la institución dijeron que es improbable una subida en junio, mientras los inversores apuntan a diciembre como la fecha probable del despegue.