Un vicepresidente confirma sin querer el fichaje de Rafa Benítez
Eduardo Fernández de Blas lo hizo en el décimo aniversario de la Peña Madridista de Carabaña: “A partir de esta semana, para mí Benítez será el mejor técnico del mundo”.
Madrid, As
Eduardo Fernández de Blas, vicepresidente segundo del Madrid, confirmó ayer de manera accidental que Rafa Benítez será el próximo entrenador del Real Madrid. Lo hizo en el décimo aniversario de la Peña Madridista de Carabaña (Madrid): “Os voy a decir una cosa. Sólo una cosa. Carlo Ancelotti es un auténtico fenómeno. Le damos todo nuestro agradecimiento. Hasta hace tres días para mí era el mejor entrenador del mundo, como hasta hace dos años era José Mourinho, y como a partir de esta semana será Rafa Benítez”. De Blas se convirtió así en el primer directivo blanco en oficializar la llegada del técnico madrileño al banquillo del Bernabéu.
El dirigente, que estuvo acompañado de ilustres madridistas como Clifford Luyk, Sánchez Barrios, Juan José Sandokán y Paco Bonet, fue reprendido a lo largo de su discurso por varios asistentes al acto que no estaban nada conformes con la marcha de Ancelotti y la continuidad de Bale en la plantilla. Así, mientras estaba dirigiéndose a los peñistas, uno de ellos le espetó: “¡Habéis echado al mejor entrenador!”. De Blas replicó: “Ha sido un entrenador excepcional, un caballero al que tengo mucho cariño, y creo que todos los madridistas lo tienen igual...”. Pero fue cortado por la misma persona de manera tajante: “¡Sí, pero le echáis!”. Fue entonces cuando desde la presidencia de la peña se rogó una cierta tranquilidad para que el miembro de la Junta Directiva del Madrid pudiese seguir con su alegato.
Críticas. Sin embargo, las interrupciones a De Blas continuaron. “¿Y por qué no echáis a Bale?”, le lanzó otro peñista. El dirigente respondió y comenzó a elevar el tono: “Bale es un jugador que es auténticamente excepcional, y estoy orgulloso de que esté en la plantilla del Real Madrid. Parece ser que somos muy madridistas a veces, pero luego criticamos a los nuestros. Eso sí, cuando vienen los de fuera les aplaudimos en el Bernabéu, y cuando dejan de vestir nuestra camiseta y nos meten goles que nos eliminan, también les aplaudimos. Sin embargo, yo soy de los que aplaudo a los nuestros, a los que van de blanco y a los que defienden el escudo del Real Madrid”.
De Blas siguió alzando progresivamente la voz: “Las críticas, que las hay porque esto enriquece al club, en privado. Y mejor en el club, en la Asamblea de Compromisarios. Discutir estos temas en una fiesta me parece poco elegante. En cualquier caso, como directivo del Madrid, aunque alguno me llame sabandeño, que de sabandeño no tengo nada, os digo que lo único que hacemos es tomar decisiones. Muchas veces difíciles, a veces impopulares. Cuando vino Ancelotti, tenía un 7% de referéndum entre los socios, como tiene ahora mismo Benítez. Sin embargo, Carlo ahora tiene mucho más que cuando vino. Pero estamos para tomar decisiones, las que creemos que son las mejores para el club, no para que nos aplaudan ni nuestros enemigos, ni los del Atlético, ni determinados medios de prensa. Las que creemos y moriremos con ellas”.
De Blas, más calmado, concluyó: “Perdonadme el tono, pero creo que cuando se defiende una cosa con pasión y con ardor, hay que defenderla con intensidad. Y yo defiendo las cosas que digo. Estoy ilusionado y deseando que llegue julio para ver cómo 30 de los mejores futbolistas del mundo están a disposición de un excepcional entrenador...”.
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El dirigente, que estuvo acompañado de ilustres madridistas como Clifford Luyk, Sánchez Barrios, Juan José Sandokán y Paco Bonet, fue reprendido a lo largo de su discurso por varios asistentes al acto que no estaban nada conformes con la marcha de Ancelotti y la continuidad de Bale en la plantilla. Así, mientras estaba dirigiéndose a los peñistas, uno de ellos le espetó: “¡Habéis echado al mejor entrenador!”. De Blas replicó: “Ha sido un entrenador excepcional, un caballero al que tengo mucho cariño, y creo que todos los madridistas lo tienen igual...”. Pero fue cortado por la misma persona de manera tajante: “¡Sí, pero le echáis!”. Fue entonces cuando desde la presidencia de la peña se rogó una cierta tranquilidad para que el miembro de la Junta Directiva del Madrid pudiese seguir con su alegato.
Críticas. Sin embargo, las interrupciones a De Blas continuaron. “¿Y por qué no echáis a Bale?”, le lanzó otro peñista. El dirigente respondió y comenzó a elevar el tono: “Bale es un jugador que es auténticamente excepcional, y estoy orgulloso de que esté en la plantilla del Real Madrid. Parece ser que somos muy madridistas a veces, pero luego criticamos a los nuestros. Eso sí, cuando vienen los de fuera les aplaudimos en el Bernabéu, y cuando dejan de vestir nuestra camiseta y nos meten goles que nos eliminan, también les aplaudimos. Sin embargo, yo soy de los que aplaudo a los nuestros, a los que van de blanco y a los que defienden el escudo del Real Madrid”.
De Blas siguió alzando progresivamente la voz: “Las críticas, que las hay porque esto enriquece al club, en privado. Y mejor en el club, en la Asamblea de Compromisarios. Discutir estos temas en una fiesta me parece poco elegante. En cualquier caso, como directivo del Madrid, aunque alguno me llame sabandeño, que de sabandeño no tengo nada, os digo que lo único que hacemos es tomar decisiones. Muchas veces difíciles, a veces impopulares. Cuando vino Ancelotti, tenía un 7% de referéndum entre los socios, como tiene ahora mismo Benítez. Sin embargo, Carlo ahora tiene mucho más que cuando vino. Pero estamos para tomar decisiones, las que creemos que son las mejores para el club, no para que nos aplaudan ni nuestros enemigos, ni los del Atlético, ni determinados medios de prensa. Las que creemos y moriremos con ellas”.
De Blas, más calmado, concluyó: “Perdonadme el tono, pero creo que cuando se defiende una cosa con pasión y con ardor, hay que defenderla con intensidad. Y yo defiendo las cosas que digo. Estoy ilusionado y deseando que llegue julio para ver cómo 30 de los mejores futbolistas del mundo están a disposición de un excepcional entrenador...”.
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