El Califato irrumpe en Palmira, patrimonio de la humanidad
Los yihadistas asesinan a decenas de civiles a las puertas de la histórica ciudad siria
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Las milicias yihadistas del Estado Islámico (EI) irrumpieron el sábado en los barrios del norte de la histórica ciudad de Palmira, situada a 240 kilómetros al sureste de Damasco, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. La Unesco, que declaró patrimonio de la humanidad sus valiosos restos arqueológicos, ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que proteja a la llamada “perla del desierto” de Siria.
Palmira (Tadmur, en su denominación oficial en árabe) es también un enclave estratégico que abre la vía hacia el valle del río Éufrates, donde el Califato asienta aguas arriba su principal centro de poder, en la ciudad de Raqqa. El Ejército ha retrocedido en el centro del país ante los avances rebeldes hacia la capital.
Los combatientes del EI han asesinado a tiros o degollado a decenas de civiles en su avance hacia la histórica ciudad. El Observatorio precisó ayer que habían matado el viernes a 23 personas, entre ellas nueve niños y cinco mujeres, y el jueves a otras 26 en zonas de las afueras.
El director de Patrimonio Histórico del Gobierno sirio, Maamun Abdulkarim, aseguró a la agencia Reuters que los combates se hallan muy cerca de Palmira, que sigue en gran parte bajo control del Ejército. “¿A qué espera la comunidad internacional? ¿Al llanto y a la desesperación, como el norte de Irak?”, se preguntó en voz alta.
La destrucción de los restos arqueológicos de Nimrod, de Hatra y de la bíblica Nínive, en Irak, han sido una buena muestra de la amenaza que el fanatismo del Estado Islámico representa para el patrimonio histórico, ya que tacha de muestras de idolatría a todas las figuras y a las construcciones preislámicas.
Los yacimientos arqueológicos grecorromanos, entre los que figuran tumbas, templos y palacios con columnas y frisos aún bien conservados a pesar de sus más de dos mil años de antigüedad, se hallan en la parte sur de Palmira, que sigue bajo el control de las fuerzas leales a Bachar el Asad. En 2013, la Unesco declaró en situación de peligro todo el patrimonio histórico-artístico de Siria ante la amenaza de los combates de la guerra civil.
El Gobierno de Bagdad, mientras tanto, ha enviado refuerzos a la ciudad de Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar y la llave que abre la vía hacia Bagdad siguiendo el curso del Éufrates, para evitar que caiga por completo en manos de combatientes del EI. Miles de civiles huyen, según testimonios recogidos por France Presse, de las milicias yihadistas.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Las milicias yihadistas del Estado Islámico (EI) irrumpieron el sábado en los barrios del norte de la histórica ciudad de Palmira, situada a 240 kilómetros al sureste de Damasco, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. La Unesco, que declaró patrimonio de la humanidad sus valiosos restos arqueológicos, ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que proteja a la llamada “perla del desierto” de Siria.
Palmira (Tadmur, en su denominación oficial en árabe) es también un enclave estratégico que abre la vía hacia el valle del río Éufrates, donde el Califato asienta aguas arriba su principal centro de poder, en la ciudad de Raqqa. El Ejército ha retrocedido en el centro del país ante los avances rebeldes hacia la capital.
Los combatientes del EI han asesinado a tiros o degollado a decenas de civiles en su avance hacia la histórica ciudad. El Observatorio precisó ayer que habían matado el viernes a 23 personas, entre ellas nueve niños y cinco mujeres, y el jueves a otras 26 en zonas de las afueras.
El director de Patrimonio Histórico del Gobierno sirio, Maamun Abdulkarim, aseguró a la agencia Reuters que los combates se hallan muy cerca de Palmira, que sigue en gran parte bajo control del Ejército. “¿A qué espera la comunidad internacional? ¿Al llanto y a la desesperación, como el norte de Irak?”, se preguntó en voz alta.
La destrucción de los restos arqueológicos de Nimrod, de Hatra y de la bíblica Nínive, en Irak, han sido una buena muestra de la amenaza que el fanatismo del Estado Islámico representa para el patrimonio histórico, ya que tacha de muestras de idolatría a todas las figuras y a las construcciones preislámicas.
Los yacimientos arqueológicos grecorromanos, entre los que figuran tumbas, templos y palacios con columnas y frisos aún bien conservados a pesar de sus más de dos mil años de antigüedad, se hallan en la parte sur de Palmira, que sigue bajo el control de las fuerzas leales a Bachar el Asad. En 2013, la Unesco declaró en situación de peligro todo el patrimonio histórico-artístico de Siria ante la amenaza de los combates de la guerra civil.
El Gobierno de Bagdad, mientras tanto, ha enviado refuerzos a la ciudad de Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar y la llave que abre la vía hacia Bagdad siguiendo el curso del Éufrates, para evitar que caiga por completo en manos de combatientes del EI. Miles de civiles huyen, según testimonios recogidos por France Presse, de las milicias yihadistas.