Cameron inicia su ofensiva europea con el desafío de cambiar los tratados

El Gobierno británico advierte de que sus demandas exigen reformar los documentos constitutivos de la UE mientras el primer ministro inicia su viaje por cuatro capitales

Pablo Guimón
Londres, El País
Los planes de Reino Unido requieren reformas en los tratados europeos. Ese es el mensaje que se encargó ayer de recordar el ministro de Exteriores, Philip Hammond, antes de depositar en la Cámara de los Comunes el proyecto de ley para la convocatoria del referéndum y mientras David Cameron emprendía su viaje relámpago por cuatro capitales europeas. “Si nuestros socios no están de acuerdo con nosotros, no trabajan en este sentido, entonces nada está descartado”, advirtió el jefe del Foreign Office.


David Cameron se ha embarcado así en una complicada lucha contra el tiempo en una Unión Europea que, desde diversos frentes, ha venido mostrando su escasa disposición a tocar sus documentos constitutivos. El proyecto de ley introducido ayer obliga a celebrar el referéndum antes del 31 de diciembre de 2017. Para entonces, el primer ministro espera obtener un cambio en los tratados, sin el cual, advierte, difícilmente podrá convencer a sus ciudadanos de votar por permanecer en la UE.

El apetito hacia una apertura de los tratados es escaso entre el resto de los Estados miembros, y más con elecciones en Francia y Alemania en 2017. Así se encargaron de recordarlo hace solo seis días Hollande y Merkel, al acordar que las reformas en la eurozona deberán realizarse bajo el amparo de los tratados vigentes, en un documento conjunto enviado a Bruselas en favor de una mayor integración europea.

“Todos los expertos jurídicos que hemos consultado nos han dicho que hay elementos de los que consideramos fundamentales en la negociación que requieren cambios en los tratados”, explica David Lidington, secretario de Estado para Europa, y uno de los hombres fuertes de la negociación que ahora empieza, junto con el canciller del Exchequer, George Osborne, Hammond y el propio Cameron. “Creemos que serán necesarios cambios en los tratados, por eso debemos sentarnos con nuestros socios y ver cómo se pueden alcamzar esos cambios que queremos”, añade Lidington, que viajará a España el 2 de junio para preparar, junto a su homólogo Iñigo Méndez de Vigo, para preparar un futuro encuentro entre Cameron y Rajoy.

Respecto a las líneas rojas de la posición negociadora de Reino Unido, Lidington asegura que ha aconsejado al primer ministro no hacerlas públicas. “Mi consejo al jefe fue el de no publicar la posición negociadora completa”, explica. “No creo que sea inteligente hacerlo en ningún tipo de negociación”.

Medidas como la de limitar los derechos de los inmigrantes europeos, recogida en el programa electoral de los tories, tendrán difícil ganar el voto unánime en el Consejo, requerido para modificaciones esenciales en los tratados. Y la fuerza diplomática de Cameron en Europa, aunque algo reforzada después de la inesperada mayoría absoluta que arropa a su Gobierno, no es ni mucho menos sólida después de años de remar a contracorriente y de su enfrentamiento abierto con el presidente Juncker hace un año.

David Cameron inició ayer su viaje reuniéndose con el primer ministro holandés, Mark Rutte, y esta noche cena en París con François Hollande. El presidente francés ya ha descartado cualquier nuevo tratado antes de las elecciones presidenciales de 2017 y también ha expresado sus reservas a los planes de Cameron de excluir a los trabajadores europeos de las prestaciones sociales hasta que lleven cuatro años residiendo en Reino Unido. Las mismas reservadas le trasladará previsiblemente la canciller alemana, Angela Merkel, cuando reciba hoy a Cameron en Berlín, etapa final de su viaje relámpago, después de la reunión de este en Varsovia con su homóloga Ewa Kopacz.

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