Netanyahu cree que el pacto con Irán es una amenaza para la existencia de Israel
El primer ministro asegura a Obama que el acuerdo eleva el riesgo de la proliferación nuclear y el riesgo de una nueva guerra
Beatriz Lecumberri
Jerusalén, El País
Para los dirigentes israelíes, la amenaza iraní se concreta un poco más tras el acuerdo logrado este jueves en Lausana (Suiza). Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, ha transmitido sus preocupaciones a Barack Obama por teléfono. El acuerdo "es una amenaza para la existencia de Israel", ha dicho el mandatario a su homólogo estadounidense.
Mark Regev, el portavoz del primer ministro, ha citado en Twitter algunos comentarios de la conversación telefónica que ocurrió horas después de que se diera a conocer el acuerdo entre las seis potencias e Irán tras ocho jornadas de negociaciones. El pacto, asegura Netanyahu, "no bloquea el camino de Irán para conseguir la bomba, se lo pavimenta. Eleva el riesgo de la proliferación nuclear y el de una horrorosa guerra".
El ministro de Asuntos Estratégicos, Yuval Steinitz, también lamentó el acuerdo alcanzado en Suiza. “Las sonrisas de Lausana están desconectadas de nuestra desdichada realidad”, afirmó en un comunicado.
Fuentes gubernamentales israelíes, citadas por el diario Haaretz, calificaron el acuerdo como un “error histórico que convierte al mundo en un lugar mucho más peligroso”. Según esas fuentes, el acuerdo-marco “da legitimidad internacional al programa nuclear iraní”, que “no tiene como objetivo la paz sino la guerra”.
Cuando las negociaciones entraban en la recta final Netanyahu recordó “el terrorismo y agresiones” de Irán e instó a llegar a un pacto que “reduzca considerablemente las capacidades nucleares de Teherán”.
“Seguiremos esforzándonos en explicar y convencer al mundo con la esperanza de evitar un mal acuerdo definitivo” en junio, prometió Steinitz este jueves. Horas antes, este afirmó que Israel no descartaba la opción militar para hacer frente a la amenaza iraní.
En los últimos días, Netanyahu ha repetido con insistencia lo que lleva diciendo meses y lo que la mayoría de la población cree: los israelíes no pueden cerrar los ojos ante “el peligro existencial” que representa para ellos un Irán nuclear y tienen “la obligación de defenderse”.
El Gobierno israelí considera que solo el aislamiento internacional, un aumento de las sanciones económicas contra Irán y la interrupción total de sus actividades de enriquecimiento de uranio pueden impedir que Teherán se convierta en una amenaza nuclear. Según dijo Netanyahu esta semana, un acuerdo como el logrado en Lausana “reducirá a menos de un año” el tiempo que Irán necesitará para dotarse del arma atómica.
La amenaza iraní fue uno de los temas centrales de la campaña electoral de Netanyahu, reelegido el 17 de marzo para un tercer mandato consecutivo. Además, las negociaciones de las seis potencias e Irán han sido una de las razones del reciente enfriamiento de las relaciones entre EE UU e Israel. Hace exactamente un mes, Netanyahu pronunció un discurso en el Congreso norteamericano sobre el peligro de llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear de Teherán. “Si Israel tiene que quedarse peleando solo, peleará solo”, garantizó.
Beatriz Lecumberri
Jerusalén, El País
Para los dirigentes israelíes, la amenaza iraní se concreta un poco más tras el acuerdo logrado este jueves en Lausana (Suiza). Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, ha transmitido sus preocupaciones a Barack Obama por teléfono. El acuerdo "es una amenaza para la existencia de Israel", ha dicho el mandatario a su homólogo estadounidense.
Mark Regev, el portavoz del primer ministro, ha citado en Twitter algunos comentarios de la conversación telefónica que ocurrió horas después de que se diera a conocer el acuerdo entre las seis potencias e Irán tras ocho jornadas de negociaciones. El pacto, asegura Netanyahu, "no bloquea el camino de Irán para conseguir la bomba, se lo pavimenta. Eleva el riesgo de la proliferación nuclear y el de una horrorosa guerra".
El ministro de Asuntos Estratégicos, Yuval Steinitz, también lamentó el acuerdo alcanzado en Suiza. “Las sonrisas de Lausana están desconectadas de nuestra desdichada realidad”, afirmó en un comunicado.
Fuentes gubernamentales israelíes, citadas por el diario Haaretz, calificaron el acuerdo como un “error histórico que convierte al mundo en un lugar mucho más peligroso”. Según esas fuentes, el acuerdo-marco “da legitimidad internacional al programa nuclear iraní”, que “no tiene como objetivo la paz sino la guerra”.
Cuando las negociaciones entraban en la recta final Netanyahu recordó “el terrorismo y agresiones” de Irán e instó a llegar a un pacto que “reduzca considerablemente las capacidades nucleares de Teherán”.
“Seguiremos esforzándonos en explicar y convencer al mundo con la esperanza de evitar un mal acuerdo definitivo” en junio, prometió Steinitz este jueves. Horas antes, este afirmó que Israel no descartaba la opción militar para hacer frente a la amenaza iraní.
En los últimos días, Netanyahu ha repetido con insistencia lo que lleva diciendo meses y lo que la mayoría de la población cree: los israelíes no pueden cerrar los ojos ante “el peligro existencial” que representa para ellos un Irán nuclear y tienen “la obligación de defenderse”.
El Gobierno israelí considera que solo el aislamiento internacional, un aumento de las sanciones económicas contra Irán y la interrupción total de sus actividades de enriquecimiento de uranio pueden impedir que Teherán se convierta en una amenaza nuclear. Según dijo Netanyahu esta semana, un acuerdo como el logrado en Lausana “reducirá a menos de un año” el tiempo que Irán necesitará para dotarse del arma atómica.
La amenaza iraní fue uno de los temas centrales de la campaña electoral de Netanyahu, reelegido el 17 de marzo para un tercer mandato consecutivo. Además, las negociaciones de las seis potencias e Irán han sido una de las razones del reciente enfriamiento de las relaciones entre EE UU e Israel. Hace exactamente un mes, Netanyahu pronunció un discurso en el Congreso norteamericano sobre el peligro de llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear de Teherán. “Si Israel tiene que quedarse peleando solo, peleará solo”, garantizó.