Los intereses económicos comunes suavizan el pulso entre Turquía e Irán
Erdogan y Rohaní firman pactos comerciales pese a su rivalidad en la región
Ali Falahi / Andrés Mourenza
Teherán / Estambul, El País
Turquía e Irán situaron hoy martes en un primer plano sus lazos económicos y evitaron nuevas fricciones políticas en torno a conflictos como el de Yemen, en el que mantienen posiciones enfrentadas. Durante una visita oficial a Teherán, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo iraní, Hasan Rohaní, firmaron ocho acuerdos comerciales y destacaron los esfuerzos por estrechar la cooperación económica y aduanera entre los dos países. Con la pugna por el poder regional como telón de fondo, ambos mandatarios eludieron la confrontación y coincidieron en la necesidad de atajar el conflicto de Yemen, pero sin concretar propuestas. Turquía ha respaldado la ofensiva liderada por Arabia Saudí en Yemen contra la milicia Huthi, que es apoyada por Irán.
“Los presidentes de ambos países creemos que debe cesar lo más pronto posible la guerra y el baño de sangre en esta región [en referencia a Yemen] y establecerse un alto el fuego total que detenga los ataques”, afirmó hoy el presidente iraní, en una rueda de prensa conjunta con Erdogan.
Rohaní subrayó que ambos países tienen “las mismas ideas de que la inestabilidad, la inseguridad y la guerra deben ser controladas”. Y, en esa línea, Erdogan añadió que ambos países creen en la posibilidad de revisar “juntos los asuntos” de la región. “Debemos unirnos los unos a los otros y negociar y prevenir este baño de sangre”, señaló el presidente turco.
La visita de Erdogan a Teherán vino precedida de fuertes tensiones en las relaciones bilaterales por sus duras declaraciones contra el Gobierno persa. El mandatario turco acusó el 26 de marzo a Teherán de “intentar dominar Oriente Próximo” y dijo que, además de a Turquía, “a Arabia Saudí y los países del Golfo Pérsico se les ha agotado la paciencia” con Irán.
En respuesta a esas declaraciones, Mohammad Javad Zarif, el ministro de Exteriores iraní, atribuyó de forma tácita la inestabilidad de la región al apoyo de Ankara a los yihadistas y a los rebeldes de Siria y replicó: “Los que han causado daños irreparables con sus errores estratégicos y políticas ambiciosas, sería mejor que adoptaran políticas responsables para utilizar las capacidades existentes en función de establecer la calma y la unidad en la región”.
El volumen de las relaciones comerciales entre ambos países en 2014 llegó a 14.000 millones de dólares
Pero más allá de las discrepancias políticas en torno a Siria, Irak y Yemen, a ambos países les unen intereses económicos que el año pasado se tradujeron en un intercambio comercial cifrado en 14.000 millones de dólares (12.900 millones de euros), una cifra relevante teniendo en cuenta las sanciones a Teherán.
Los dos Gobiernos se necesitan y comparten el objetivo de doblar su volumen comercial hasta los 30.000 millones de dólares este año. Erdogan precisa de la presencia de Turquía en el mercado iraní para reactivar su economía. Mientras, el Gobierno de Hasan Rohaní, con su política de distensión, trata de mantener a Turquía como uno de sus mejores clientes de gas y petróleo y quiere abrir a Ankara las puertas de su mercado con el fin de prepararse para una reintegración más rápida en la comunidad internacional tras el acuerdo nuclear.
“Es importante recordar que las sanciones internacionales contra Irán han dañado al mismo tiempo los intereses turcos en la región. Es por ello que el Gobierno turco ha llamado repetidamente a una solución diplomática”, escribía este martes en su editorial el rotativo progubernamental turco Daily Sabah. Uno de los principales beneficios para Turquía de un Irán integrado en el comercio internacional es que los hidrocarburos persas sean tenidos en cuenta por la Unión Europea para su corredor gasístico del sur de Europa. En este proyecto Turquía desempeña un papel preeminente, ya que el gas llegará a través de su territorio.
“Hemos tenido importantes entendimientos (...) en el tema de energía, transporte y tránsito, en las inversiones que puede hacer el sector privado de un país en el otro, y las que pueden hacer en un tercer país. Y hemos revisado cuestiones comerciales y temas de aranceles preferenciales, así como un acuerdo de comercio preferencial”, resumió Rohaní la conjunción de intereses durante un encuentro en el que pesó más la economía que la política.
Ali Falahi / Andrés Mourenza
Teherán / Estambul, El País
Turquía e Irán situaron hoy martes en un primer plano sus lazos económicos y evitaron nuevas fricciones políticas en torno a conflictos como el de Yemen, en el que mantienen posiciones enfrentadas. Durante una visita oficial a Teherán, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo iraní, Hasan Rohaní, firmaron ocho acuerdos comerciales y destacaron los esfuerzos por estrechar la cooperación económica y aduanera entre los dos países. Con la pugna por el poder regional como telón de fondo, ambos mandatarios eludieron la confrontación y coincidieron en la necesidad de atajar el conflicto de Yemen, pero sin concretar propuestas. Turquía ha respaldado la ofensiva liderada por Arabia Saudí en Yemen contra la milicia Huthi, que es apoyada por Irán.
“Los presidentes de ambos países creemos que debe cesar lo más pronto posible la guerra y el baño de sangre en esta región [en referencia a Yemen] y establecerse un alto el fuego total que detenga los ataques”, afirmó hoy el presidente iraní, en una rueda de prensa conjunta con Erdogan.
Rohaní subrayó que ambos países tienen “las mismas ideas de que la inestabilidad, la inseguridad y la guerra deben ser controladas”. Y, en esa línea, Erdogan añadió que ambos países creen en la posibilidad de revisar “juntos los asuntos” de la región. “Debemos unirnos los unos a los otros y negociar y prevenir este baño de sangre”, señaló el presidente turco.
La visita de Erdogan a Teherán vino precedida de fuertes tensiones en las relaciones bilaterales por sus duras declaraciones contra el Gobierno persa. El mandatario turco acusó el 26 de marzo a Teherán de “intentar dominar Oriente Próximo” y dijo que, además de a Turquía, “a Arabia Saudí y los países del Golfo Pérsico se les ha agotado la paciencia” con Irán.
En respuesta a esas declaraciones, Mohammad Javad Zarif, el ministro de Exteriores iraní, atribuyó de forma tácita la inestabilidad de la región al apoyo de Ankara a los yihadistas y a los rebeldes de Siria y replicó: “Los que han causado daños irreparables con sus errores estratégicos y políticas ambiciosas, sería mejor que adoptaran políticas responsables para utilizar las capacidades existentes en función de establecer la calma y la unidad en la región”.
El volumen de las relaciones comerciales entre ambos países en 2014 llegó a 14.000 millones de dólares
Pero más allá de las discrepancias políticas en torno a Siria, Irak y Yemen, a ambos países les unen intereses económicos que el año pasado se tradujeron en un intercambio comercial cifrado en 14.000 millones de dólares (12.900 millones de euros), una cifra relevante teniendo en cuenta las sanciones a Teherán.
Los dos Gobiernos se necesitan y comparten el objetivo de doblar su volumen comercial hasta los 30.000 millones de dólares este año. Erdogan precisa de la presencia de Turquía en el mercado iraní para reactivar su economía. Mientras, el Gobierno de Hasan Rohaní, con su política de distensión, trata de mantener a Turquía como uno de sus mejores clientes de gas y petróleo y quiere abrir a Ankara las puertas de su mercado con el fin de prepararse para una reintegración más rápida en la comunidad internacional tras el acuerdo nuclear.
“Es importante recordar que las sanciones internacionales contra Irán han dañado al mismo tiempo los intereses turcos en la región. Es por ello que el Gobierno turco ha llamado repetidamente a una solución diplomática”, escribía este martes en su editorial el rotativo progubernamental turco Daily Sabah. Uno de los principales beneficios para Turquía de un Irán integrado en el comercio internacional es que los hidrocarburos persas sean tenidos en cuenta por la Unión Europea para su corredor gasístico del sur de Europa. En este proyecto Turquía desempeña un papel preeminente, ya que el gas llegará a través de su territorio.
“Hemos tenido importantes entendimientos (...) en el tema de energía, transporte y tránsito, en las inversiones que puede hacer el sector privado de un país en el otro, y las que pueden hacer en un tercer país. Y hemos revisado cuestiones comerciales y temas de aranceles preferenciales, así como un acuerdo de comercio preferencial”, resumió Rohaní la conjunción de intereses durante un encuentro en el que pesó más la economía que la política.